Las grandes ciudades cuentan con gigantescos sistemas de transporte público, o deberían hacerlo. Pero el flujo de personas tiende a ser errático y variable, y los grandes estudios no aciertan al 100% con la predicción de quién se moverá o hacia dónde. Todo son estimaciones, pero en Los Ángeles pueden haber encontrado un sistema mucho más preciso: el análisis de los teléfonos móviles.
Si bien en Los Ángeles han estado realizado diversas encuestas para conocer las necesidades de mejora de su línea de autobuses pública de primera mano, hay testigos silenciosos de estos usos que "recuerdan" más que sus propios usuarios. Y ahí es donde la ciudad norteamericana busca poner el foco: observar los móviles para poder rediseñar su línea de autobuses.
En las grandes ciudades no hay sólo dos picos de transporte, sino muchos
Cuenta Los Ángeles con la llamada Línea Naranja, una línea específica y muy organizada que mueve cada día a más de 20.000 personas por la superficie de la ciudad. Pero esta línea es sólo una raya en el agua de una metrópolis de semejantes dimensiones, con 4 millones de habitantes censados en 2017 y una superficie "cableada" con autobuses de más de 2.400 kilómetros de cuadrados.
Se consulta a los usuarios de las líneas de autobús sobre qué aspectos deben mejorar, a qué horas conviene reforzar las líneas para que no haya largas esperas ni se produzcan incomodidades, pero como informan Wired, la mayoría de personas sólo recuerda sus viajes más largos. Las horas intermedias entre los dos momentos punta del día, la mañana y la noche, se disminuye el servicio pero es ahí donde más problemas se producen.
La idea de Cambridge Systematics es la de acudir a los teléfonos móviles, analizar sus datos de geolocalización y así calibrar con mayor precisión qué debe hacerse con las líneas de autobús público a lo largo de todo el día. No analizando únicamente las dos horas punta, o los datos de la memoria de sus usuarios.
Dice Cambridge Systematica que "muchos viajes ocurren entre las 7 y las 9 de la mañana, y luego entre las 3 y las 6 de la tarde". El inicio y el fin de la jornada, tanto laboral como escolar. Pero entre esas horas hay también mucho tráfico, y el móvil puede contarles qué está ocurriendo en cada momento con una precisión asombrosa. No todo es un gran desplazamiento, también podemos ir en autobús a tomar café.
Dejar el viaje largo y centrarse en el corto
"Lo que hemos aprendido es que las áreas que tienen la mayor densidad de población y la densidad de empleo no son necesariamente las áreas en las que hacemos muchos viajes" - Conan Cheung, Oficial Ejecutivo Superior para el desasrrollo, programación y análisis de servicios en la Autoridad de Transporte Metropolitano del Condado de Los Ángeles
Con los datos de los móviles en la mano, la ciudad de Los Ángeles podría calcular mejor sus rutas en cada momento y línea de autobuses del día, aprovechando así la variabilidad de los trazados que ofrece el autobús frente a líneas fijas como la del metro. Así, se optimizarían también los trayectos cortos y no sólo los largos, que son ahora los que llevan la mayor carga de estudio.
A través de estos nuevos estudios basados en los datos de los teléfonos móviles, Los Ángeles no sólo planea rediseñar sus líneas de autobuses sino también las tarifas. Buscando así que la mayor parte de la población emplee el transporte público y reste peso a los transportes privados, ya sean en coches propios o a través de taxis, Uber y compañía. Estudios que también tendrán impacto en el medio ambiente.
Si todo esto se consigue aplicar con eficiencia, tal vez en el futuro Los Ángeles se plantee restructuraciones de mayor calado. Como quitar subvenciones a los vehículos privados, quitar de en medio alguna que otra autopista e incluso crear distritos comerciales diseñados para peatones y no para coches. Con autobuses más eficientes que permitan optimizarlo todo hasta el extremo.
Vía | Wired
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