Clash Royale se ha convertido en sus nueve meses de vida en algo más que un juego para móvil con el que pasar el rato mientras esperamos el metro. La aplicación ha pasado al nivel de eSport, como League of Legends, y entorno a él hay competiciones y torneos a nivel mundial, con clanes que eligen a sus miembros de canteras propias.
El último éxito de Supercell es un juego free to play cuyos ingresos diarios gracias a las compras dentro de la aplicación ascienden a más de un millón de dólares. Estas compras son la vía rápida para que los usuarios puedan conseguir la mejor tropa, pero ¿qué es exactamente lo que nos impulsa a comprar cartas como el bebé dragón? ¿por qué somos capaces de pagar por algo intangible?
Un 5% de los usuarios realiza compras in-app
Las compras in-app son un modo de monetización con la que el desarrollador facilita la descarga de la aplicación ofreciéndola de forma gratuita, para después de esto, conseguir beneficios una vez que el usuario ya está metido dentro de la mecánica del juego.
Sin embargo, aunque el mercado de compras in-app está creciendo y actualmente está muy cerca de alcanzar a las apps de pago -tal y como podemos ver en el siguiente gráfico-, este aumento de ganancias se debe tan solo a un pequeño porcentaje de usuarios. Concretamente, solo el 5% de los usuarios terminan realizando compras dentro de las aplicaciones.
Pagar acelera el proceso pero no asegura la victoria
Las compras in-app son parte del sistema que encontramos en estos modelos de negocio freemium, donde la paciencia de los usuarios juega un papel importante. Si somos lo suficientemente pacientes, podremos conseguir avanzar en el juego a base de jugar y jugar, pero si no lo somos, podemos pasar por caja para conseguir gemas que intercambiar por monedas o cofres para hacernos con cartas épicas que completen nuestro mazo.
Entre estas cartas épicas se encuentra el bebé dragón, una de las más preciadas por los jugadores debido a su técnica de desgaste (va quemando a los rivales poco a poco) y por lo complicado que es derrotarla. Pero la paciencia no es la única variable que condiciona a los jugadores a gastar dinero en el juego. Dentro de Clash Royale hay algo más que juega un papel importante: el reconocimiento social.
Este reconocimiento social depende de nuestro estatus dentro del juego, que además es completamente público. Tanto nuestras puntuaciones -reflejadas en niveles y copas- como nuestra posición en todos los rankings, se muestra a todos aquellos que quieran consultarlo dentro de la propia aplicación, algo que fomenta la rivalidad entre jugadores.
Preguntamos a Askabaal, uno de los integrantes de Spanish Takers, el clan número 1 en el ranking de España y que ocupa el número 13 dentro del top mundial, para para ahondar en el tema de si es necesario pagar para llegar a lo más alto y qué es exactamente lo que les mueve a canjear dinero real por gemas.
Cuando le preguntamos al jugador si paga para conseguir cartas, su respuesta es un rotundo sí al que además añade que «Todos los jugadores top han pagado y siguen pagando a día de hoy». Además, todos los jugadores del mismo clan tienen que tener un estatus semejante, con un número de copas similar, por lo que pagar es un recurso para mantener ese reconocimiento social y, en consecuencia seguir perteneciendo al clan.
Askabaal también añade que «lo bonito de este juego al final es jugar contra los jugadores más importantes, intentar ganarles, y sobre todo el grupo de amigos que se termina formando en un clan que se acaba convirtiendo casi en una red social». Está claro que el reconocimiento social y la lucha por ser el mejor clan hacen que sea necesario pagar, puesto que de otra forma se tardaría demasiado en esperar que las mejores cartas llegasen a base de abrir cofres. Pero entonces, ¿pagar te asegura ganar? La respuesta es igual de rotunda: no.
El pay to win no asegura ser el mejor
Según explica el colíder de Spanish Takers -y mejor jugador de España- pagar es necesario si queremos alcanzar altos niveles en rankings mundiales, pero de nada sirve si no sabes jugar bien. De hecho, podemos encontrar usuarios con niveles superiores pero con pocas copas, debido a que pagan para tener las mejores cartas pero después no consiguen ganar ya que no tienen la técnica adecuada.
En conclusión, a Supercell le da resultados la estrategia pay to win de Clash Royale por un lado, porque se sustenta de la falta de paciencia de los usuarios que ven en el juego algo más que un pasatiempo puntual y por otro, gracias al gasto de aquellos que buscan -fomentado por los rankings públicos- la motivación social y el reconocimiento dentro de un grupo.
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