Finalmente se ha aprobado la Ley de Conservación de Datos, que afecta de forma directa a todos los usuarios de tarjetas prepago, que deberán ser identificados por las operadoras. Las compañías tendrán tres meses desde que la ley se publique en el BOE para adaptarse a la situación y obtener los datos de todas las tarjetas prepago, no solo las nuevas que se pongan a la venta. Además, la ley obliga a guardar durante un año los datos de las comunicaciones: origen, destino, duración,... aunque en ningún caso sus contenidos.
Las consecuencias de esto son importantes, porque no es necesario una orden judicial para obtener estos datos y la Policía podrá acceder a ellos para facilitar las investigaciones.
Por otro lado, el coste de guardar todos estos datos es elevado, unos 20 millones de euros según las operadoras, los cuales a buen seguro acaban repercutiendo en el usuario final.
Vía | Error500.