Aunque hoy en día las modas sean efímeras, estemos invadidos de virales y los (pseudo)neologismos para estilos de dudoso éxito sean habituales, aún hay tendencias que nos llaman la atención, incluso en tecnología. Más allá de carcasas de horterismo extremo o la app del momento, desde hace aproximadamente un año se están viendo aparentemente más usuarios de teléfonos “de concha” que ni siquiera son “smart”. ¿Hay algo más allá de la nostalgia?
Justo ayer vimos como LG ha decidido apostar por este formato con el lanzamiento a nivel mundial del LG Wine Smart, que además de la concha nos retrotrae a décadas anteriores por ese acabado tipo cuero.
Este curioso lanzamiento por parte de los coreanos puede tener como base lo que parece una tendencia que empezaría hace alrededor de un año en Estados Unidos por causas que podemos clasificar en tres vertientes: una más bien práctica, una en relación a la moda y otra por las implicaciones en nuestros hábitos en relación con el teléfono móvil.
La bisagra de la liberación
Los “clamphones” (la bisagra separa las dos partes del terminal, pantalla y teclado) o "flip-phones” (la bisagra es para una tapa sencilla) empezaron a verse al parecer más frecuentemente por una mezcla entre moda y protesta, por lo que se conoce como phubbing y que puede resultar tan molesto para quien lo sufre por parte de sus acompañantes.
"Los dumbphones son sólo eso, teléfonos, y los smartphones son nuestra vida y nuestro cerebro"
Los usuarios que buscan en el teléfono de concha una vuelta a la sencillez exponen argumentos como el que estos teléfonos (hablando de los antiguos, los “dumb”) son sólo eso, teléfonos, y que los smartphones son “nuestra vida y nuestro cerebro”, o bien que promueven que dediquemos demasiado tiempo a redes sociales y otros servicios online (aludiendo a la dependencia de los mismos).
Con esas palabras explicaba en este artículo Henry Parrish, alcalde de Cocoa (Florida) de 51 años, que se niega a volver a su iPhone 6. Así, la edad es un factor importante por el componente generacional y la antigüedad de la tecnología. Vemos, de hecho, que en un estudio incluido en un artículo de Time sobre esta aparente moda la mayoría de adultos que usan terminales “no inteligentes” pasa de los 34 años.
Pero hay un 28% entre 18 y 34 que pese a no ser mayoritario destaca por esto mismo, por tratarse de usuarios que por edad (sobre todo en la fracción hasta los 24 años) no están igual de familiarizados con estos teléfonos (sino más bien lo contrario), pero que se decantan por esta opción.
Como comentábamos, el abuso de los teléfonos por parte de no pocos usuarios en situaciones sociales como estar en una mesa motivan el que se recurra a estos teléfonos en cierto modo como una reivindicación social, en un intento de depurar estas situaciones. Otro ejemplo que podemos ver en el artículo de Time es el caso de Andrew Lipstein, de 26 años, que asegura que no volverá a los smartphones aunque llegue a ser motivo incluso de quedarse sin trabajo.
¿El año del Flip Style?
Por otra parte, hay otras razones más bien prácticas a la hora de optar por estos terminales, como el hecho de que tanto su coste como sus tarifas (algunos ni siquiera soportan conexión a internet) se mucho menor al de smartphones de media-baja gama, y su resistencia y durabilidad.
Es lo que cuentan otros entrevistados en el artículo de Time, como Sam Hertz (de 27 años) que lleva cinco años con un teléfono de concha Samsung argumentando que “simplemente sobrevive” a caídas por las escaleras o fuertes lluvias. En cuanto al tema económico, Andrew Nellis explica que su teléfono (del cual aseguró ni siquiera recordar la marca) le salió prácticamente gratis, a parte de ahorrarse el plan de datos, y apreciar la mayor duración de la autonomía.
¿Se trata pues de una moda? Sí parece haber habido cierto auge, y de hecho se registró un aumento del 5,7% en las unidades distribuidas de teléfonos de concha a nivel mundial entre 2013 y 2014. No obstante, en cuanto a la cifra de dumbphones frente a smartphones éstas siguen separándose cada vez más aunque el mercado de smartphones tampoco se encuentre en su mejor momento en 2015.
Está, además, el fenómeno celebrity. Es posible que, además de las razones que explican los actuales usuarios, el hecho de que se empezase a ver a ciertas personas conocidas usando estos teléfonos influyese en ese aumento relativo de las ventas. Desde hace un tiempo han ido circulando por la red fotos de personajes como Rihanna, Scarlett Johansonn o incluso relacionadas con el mundo de la moda, como Anna Wintour (jefa de edición en Vogue) usando estos terminales.
A este respecto podríamos pensar que no es más que algo de cara a los medios dado que son personajes cuyos cargos y/o repercusión requieren estar conectados al mundo por algo más que las llamadas telefónicas, pero al preguntarles suelen explicar que se trata de una manera de librarse del estrés (al ser un filtro de las comunicaciones a la fuerza) y un modo de dormir más y mejor, además de comentar también el rechazo al phubbing.
Una tendencia a medias
A falta de tener cifras claras a nivel mundial de la proporción de teléfonos de concha con respecto al total, no parece que sea una moda fuerte como sí ocurrió con las BlackBerry Curve hace unos años. Si bien hay quien sí lo ve claramente como tendencia, adjudicándola a colectivos (hipsters, etc.) o designándola como “normcore”, de momento es una opción minoritaria y es más bien anecdótico ver a alguien utilizar uno de estos terminales (sobre todo por este motivo).
No obstante, tenemos la reciente apuesta mundial de LG, que si bien es el más nuevo no es el único disponible ni mucho menos. Otros fabricantes han apostado por estos modelos desde años atrás como BlackBerry en 2010 con su Style 9670 (con teclado QWERTY) o el Motorola X810 con puntero (también en 2010), y otros tan recientes como el Samsung Galaxy Folder, lanzado en el pasado mes de julio, aunque muchos de ellos no fueron lanzados a escala global.
Estaremos atentos a la jugada de LG con su Wine y, por otra parte, en cuanto a los dumbphones, veremos si bien por moda, por liberación o por protesta, siguen viéndose más o menos puntualmente tanto en Estados Unidos como a nivel mundial, y se desvanece el tópico generacional de que sea “el móvil para padres”.
En Xataka Android | Dos teléfonos de concha para esta generación, la curiosa batalla que se libra en Corea
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