Todo lo que sabemos sobre la ley de IA de la Unión Europea: así nos afectará

Con la Inteligencia Artificial en el foco de la actividad tecnológica, y las lógicas reticencias que la generación de contenido y tratamiento de datos personales puede ocasionar, la Unión Europea ha planteado la primera ley mundial para regular la IA. El acuerdo está formalizado y, a falta de la ratificación y de la entrada en vigor, la normativa afectará especialmente a la IA generativa y a la vigilancia biométrica.

Europa llevaba años tratando de edificar una normativa que regulara la Inteligencia Artificial en el territorio. Y el pasado viernes 8 de diciembre se logró el acuerdo tras una maratoniana jornada de dos sesiones y un total de día y medio de negociaciones. Anunciado por la Presidencia Española del Consejo de la UE como un gran pacto, la futura ley plantea un marco regulatorio bajo el que tendrán que amoldarse empresas como Google, Meta, Microsoft u Open AI. Esta ley nos afectará como ciudadanos, sobre todo a la manera en la que interactuaremos con las herramientas generativas.

Cuatro niveles de riesgo y sanciones significativas por incumplimiento

Dada la creciente relación de los ciudadanos con la Inteligencia Artificial, a menudo sin que sepamos realmente que interactuamos con una máquina, en Europa dispondremos de una ley que regulará las implicaciones de estos sistemas tanto para dichos ciudadanos como para las empresas; en pos de garantizar un uso adecuado de la tecnología en relación a la seguridad y la privacidad.

Según palabras de Ursula von Der Leyen tras el histórico acuerdo para regular la IA a nivel europeo:

"El acuerdo alcanzado hoy centra la normativa en los riesgos identificables, proporciona seguridad jurídica y abre el camino a la innovación en una IA fiable. Al garantizar la seguridad y los derechos fundamentales de las personas y las empresas, la Ley apoyará el desarrollo, despliegue y asimilación de la IA en la UE centrados en el ser humano, transparentes y responsables".

La normativa pactada por el Parlamento Europeo y el Consejo divide los riesgos de la Inteligencia Artificial en cuatro niveles:

• Riesgo Mínimo. Aplicaciones como sistemas de recomendación y filtros de spam; que tendrán escasas restricciones una vez entre en vigor la nueva ley.
• Alto Riesgo. Sistemas de IA en áreas críticas como la medicina o la justicia. Éstas deberán cumplir con estrictos requisitos de seguridad y de privacidad.
• Riesgo Inaceptable. Los sistemas de IA que manipulen el comportamiento humano o realicen puntuaciones sociales estarán estrictamente prohibidos en territorio europeo.
• Riesgo específico de transparencia. Los usuarios serán conscientes de lo que implica interactuar con elementos de IA; tales como bots conversacionales, generación de contenido y similares. Todo lo generado deberá marcarse como creado por una IA.

En base a los citados riesgos, y siempre que se demuestre el incumplimiento por parte de las empresas, gobiernos o ciudadanos, la Unión Europea aplicará sanciones por infracción que podrían ser especialmente duras en los casos de alto riesgo e inaceptable: Europa podrá imponer multas que van desde 35 millones de euros o el 7% de la facturación global hasta los 7,5 millones o el 1,5% de la facturación global.

Pese a que el acuerdo para regular la Inteligencia Artificial es reciente, los movimientos para cerrarlo llevan años produciéndose: desde abril de 2021 nada menos. Y no terminan una vez cerradas las negociaciones: la normativa pactada debe ser ratificada y, después, ha de entrar en vigor; pasos que se demorarán, al menos, otros dos o tres años.

Imagen | DALL-E 3 en ChatGPT, editada

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