Las llamadas de spam son un suplicio y todavía más si ya hemos tomado todas las medidas posibles para evitarlas, como apuntarnos a la Lista Robinson. Si bien en principio queda ya poco para que las llamadas de spam sean historia, no cantes victoria todavía: hecha la ley, hecha la trampa. La trampa, de hecho, es el viejo conocido de las llamadas VOIP.
Lo dice la propia Agencia Española de Protección de Datos en un informe que hemos conocido por un tweet de Secuoya Group en el que se salen a relucir las trampas que usan este tipo de organizaciones para burlar la ley y seguir haciendo de spam sin ninguna repercusión.
Quien llama no es quien parece ser
Un expediente de la AEPD nos muestra la dura realidad de lo difícil que es la lucha contra las llamadas comerciales no deseadas, comúnmente conocidas como llamadas de spam. El informe proviene de una reclamación contra Vodafone interpuesta por un particular el año pasado, después de haber recibido llamadas comerciales en las que el llamante se identifica como Vodafone.
Las pesquisas iniciales incluyeron preguntar a Vodafone, que no reconoció ninguno de los números de teléfono como pertenecientes a ningún asociado, y la empresa "no puede descartar que estas llamadas hayan sido realizadas por terceros ajenos a Vodafone o sus agentes, suplantando la identidad corporativa de esta entidad". Es decir, haciéndose pasar por Vodafone.
La peor parte de la investigación llega cuando la AEPD empezó a tirar del hilo para ver de dónde procedían realmente las diez llamadas de spam registradas por parte de la parte reclamante. En todos los casos se detectó, con muy alta probabilidad, que se usó una técnica de suplantación de CLI o spoofing telefónico para cambiar el número que aparece como origen de la llamada, usando además números prepago y llamadas VOIP para enmascarar el origen real de la llamada.
Por si esto fuera poco, algunas de las llamadas provenían de Perú, donde la AEPD no tiene competencias, mientras que otras lo hacían de una empresa de Venezuela que no ha respondido a los requerimientos emitidos por la AEPD.
El desesperante resultado de este informe es el archivo del caso, y una demostración más de la impunidad de este tipo de organizaciones sin escrúpulos que hacen del "hecha la ley, hecha la trampa" una forma de vida.
Vía | @jgarciaherrero
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