Hace ya tiempo que las operadoras dejaron de ser simplemente proveedoras de acceso a internet y telefonía, tanto fija como móvil. Las ofertas convergentes propiciaron que estas grandes compañías se embarcasen en algo mucho mayor y atrayente con respecto a la competencia: la provisión y creación de contenidos audiovisuales.
Este proceso de reconversión hizo que pasasen de competir entre ellas, algo que ha sido necesario para el avance de las telecomunicaciones en el país, a luchar también contra los proveedores de contenidos externos que, durante un tiempo, se mantenían alejados del país. Hasta que entraron directamente en la pelea. La pregunta que toca hacerse es, ¿merece la pena crear contenidos para competir contra los expertos en la materia?
Movistar y Cero
El caso más claro que tenemos en España es el de Movistar. Desde la compra de Canal Plus, la operadora española comenzó a ofrecer la televisión dentro de su paquete de ADSL y fibra, hasta el punto que unió sus mayores velocidades a la contratación de la televisión. Podemos contratar fibra con Movistar sin televisión, claro que sí, pero sin acceso a los 300Mbps.
La presencia de los contenidos audiovisuales dentro de Movistar hizo que la operadora diese un paso que, por otra parte, era bastante lógico. Paralelamente a la contratación de derechos de proveedores externos, algo que también hace su competencia, se embarcó en la producción propia y de dicha idea nació, por ejemplo, el canal Cero.
Ni Cero despega ni Yomvi es alternativa real en el panorama actual
Movistar contaba con Yomvi para ofrecer su contenido por internet y competir así contra otros grandes jugadores del sector, pero con Cero podía ofrecer material 100% hecho en casa. 30 millones de euros fueron puestos sobre la mesa para sacar adelante este canal que ahora cuenta, por ejemplo, con cómicos como Buenafuente y David Broncano en la parrilla, y con otro material al que no se puede acceder desde fuera de Movistar.
El resultado, al menos a día de hoy, es que Cero no está logrando para Movistar la audiencia deseada. En su propia concepción puede estar su error, pues estos contenidos sólo son accesibles como clientes de Movistar que, aunque son mayoría, también acceden a otros proveedores externos como Netflix y HBO, o como la propia televisión tradicional, la TDT.
La competencia de Movistar Series
Movistar decidió poner en marcha Series, un nuevo canal con contenido específico para los amantes de las series y que competiría directamente tanto con Netflix (que llegaría al año siguiente) como con otros actores nacionales como Wuaki o Filmin. Lo puso en marcha a finales de 2014 y contaba con algunas exclusivas interesantes como Orange is the New Black, House of Cards o Juego de Tronos.
Estos contenidos están producidos tanto por Netflix como por HBO, ya presentes en nuestro país, y desde Series también emiten contenidos de Amazon Video, al que le falta poco para llegar a España. Cuando los productores de contenidos llegan para competir directamente contra ti, que sólo alquilas por un tiempo determinado, comienzan los problemas.
La llegada de Netflix a España ya causó tensiones con Movistar a causa de los derechos de sus series, que por ahora permanecen en Movistar para las últimas temporadas. Con HBO ha pasado algo similar, pese a que la productora norteamericana ya ha afirmado que todo su nuevo material se emitirá en España al mismo tiempo que en el resto del mundo. Cuando llegue Amazon, veremos qué sucede.
Esto deja a Movistar en una diatriba interesante: no tardará en quedar desprovisto de su contenido más interesante. Su posición de "importador" de material audiovisual ha quedado debilitada al aterrizar en el país los auténticos fabricantes. Restará ver qué tiempo les merece la pena mantener la inversión en este tipo de contenidos propios que resultan más o menos competitivos.
El precio frente a la exclusividad
Haciendo unas cuentas sencillas, disponer en nuestro domicilio de material audiovisual, tanto cine como series y documentales, suficiente para varias vidas requiere una inversión inferior a la que necesitamos realizar desde dentro de la propia Movistar. Su tarifa de fibra 50Mbps nos cuesta 36 euros a los que hemos de sumar 10 euros de Netflix, 8 euros de HBO y, si lo deseamos, 75 euros al año por Filmin o 13 euros al mes por Wuaki. Wuaki, por cierto, también incluye fútbol aunque contratar Bein Sports por nuestra cuenta nos costará únicamente 9,99 euros al mes.
Las ventajas de contratar cada paquete por separado parecen obvias. No sólo vemos lo que queremos sino que lo podemos hacer desde cualquier parte y con cualquier operadora. Desde el momento en que Netflix, HBO y compañía aterrizan en España y se ofrecen a las distintas operadoras, con el siempre atrayente fútbol realizando la misma estrategia, la posición de Movistar queda en entredicho.
- 36 euros de la línea con Movistar
- 10 euros de Netflix
- 8 euros de HBO
- 6 euros al mes de Filmin
- 13 euros de Wuaki ó
- 10 euros de Bein Sports
Podemos replicar la oferta de contenidos de Movistar con cualquier otra operadora
Por menos de 100 euros al mes podemos tener prácticamente todo lo que se emite hoy en día en cuanto a películas, series y deporte en nuestro país. Con la ventaja para los usuarios de que pueden sustituir el precio de la línea de Movistar por cualquier proveedor disponible en el mercado y su oferta apenas variaría. De hecho, quizá por el camino lograrían un descuento en algún otro servicio.
Así que esta enorme inversión de Movistar a la hora de ofrecer contenido exclusivo a sus clientes, con la noble intención de retenerlos en su operadora y atraer a los usuarios "díscolos" que aún tienen contrato con Vodafone, Orange y compañía, queda limitado a Cero, con menos de un 0,15% de Share, al Partidazo en exclusiva y a temporadas de series que, por ley de vida, volverán a sus productores originales.
¿Zapatero a tus zapatos?
Los usuarios quieren ver cada vez menos contenido "cuando toca" y sí "cuando quieren". Es el gran secreto del vídeo bajo demanda y el principal motivo del éxito de plataformas como Netflix y HBO a nivel internacional, o como Hulu en Estados Unidos. Tanto es así que lo que hasta hace no demasiado tiempo se entendía como algo gratuito a cambio de anuncios ha llegado a convertirse en algo de pago. Queremos pagar para ver las cosas a nuestro gusto. Cuando y como queremos.
Lo que en su momento pareció lógico, hoy se antoja arriesgado y posiblemente fallido
Parecía lógico que operadoras como Movistar se animasen a entrar en esta guerra para captar cuantos más clientes mejor y fortalecer su posición en el mercado, pero la expansión de los propios productores ha hecho que los movimientos previos se hayan vuelto demasiado arriesgados. A la hora de la verdad, Movistar no es la experta en creación de contenidos sino sólo una revendedora y su servicio se tambalea en comparación con la competencia.
¿Merecía la pena intentarlo? Lo que a priori pudo parecer buena idea ahora ya no lo es tanto. La solución de Movistar podría pasar por abrir su plataforma y equipararse tanto a Netflix como a HBO y compañía. Pero si hace sus contenidos accesibles desde cualquier lugar, ¿no perdería entonces la propia esencia de la exclusividad que trataban de vender desde primera hora? Un debate interesante que debe servir para todo el que se intente lanzar a la producción de contenidos a partir de ahora.
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