Llegó el día, tras numerosos rumores ya tenemos entre nosotros al sucesor de los Google Chromecast. Y no, no es un Chromecast, ya que Google decidió darle otro nombre: Google TV Streamer. Mantiene la esencia de sus predecesores para ampliar sus capacidades hasta niveles nunca antes vistos en la familia. Y perdiendo por el camino parte de lo que a mí me enamoró del Chromecast original.
Corría julio de 2013 y Google presentó las anticipadas Nexus 7 de 2013, unas tablets que se convertían automáticamente en las más deseadas de Android. Y no vinieron solas, un nuevo dispositivo vio la luz quedándose casi en la sombra: el Google Chromecast original. Este accesorio prometía reproducir en la tele cualquier contenido que pudiese verse en el smartphone. El impacto fue tan enorme, que hoy en día no hay web ni app de contenidos que no tenga un botón de enviar al Chromecast (o aspire a tenerlo).
Me compré un Google Chromecast hace once años y aún lo sigo usando
Mi Google Chromecast original aún sigue funcionando
Fui de los que encargó el reproductor HDMI a Estados Unidos para recibirlo poco después del lanzamiento. Lo puse detrás de la tele, lo configuré en el inicio y poco pude hacer más: apenas había servicios compatibles. Después llegó Netflix, pude usar aplicaciones para enviar a la tele casi cualquier vídeo y hasta adquirí un Chromecast Ultra con Google Stadia. Parece que fuera ayer. Y casi fue ayer cuando Stadia desapareció junto con el Chromecast Ultra.
Google decidió evolucionar la idea original del Chromecast desde un dispositivo sencillo al que enviarle contenido a uno más complejo y completamente autónomo. Android TV fue el soporte perfecto para ello, junto con la capa Google TV: ahí quedaron el Chromecast con Google TV 4K y la versión en 1080p. Dos reproductores que ahora asisten al nacimiento de su hermano evolucionado.
El Google TV Streamer es la suma de todos sus hermanos potenciada por una nueva estrategia: destacar en el comedor. Si todos los Chromecast anteriores quedaban disimulados detrás de la tele, el nuevo Streamer reclama un espacio a la vista. No es que el diseño sea precisamente feo, a mí me parece muy atractivo, el problema es que yo no tengo mucho espacio para colocarlo y que se vea.
Google ha pasado de ofrecer lo mejor posible para una necesidad, la de reproducir contenido en la tele, a ser uno más entre la enorme amalgama de reproductores multimedia y set-top-boxes que puebla el mercado tecnológico. El avance técnico es notorio, no pongo en duda sus capacidades, pero ya lo refleja el dicho popular: «quien mucho abarca poco aprieta».
El Google TV Streamer también es un Chromecast, sí, pero cargado de extras que no necesito
Google Tv Streamer
Mi uso de la tele es disponer de un centro de streaming a golpe de mando a distancia. Mi Nvidia Shield lleva dando la talla desde hace siete años, ahora también compagino su uso con un Amazon Fire TV 4K Max (y con otro Android TV del que hablaré en un futuro). Los dos me permiten instalar las apps, pero si quiero compartir algo rápido desde el móvil siempre acudo a mi Chromecast original. Tiene un HDMI con su nombre en mi tele.
El Chromecast es mucho más ágil a la hora de enviarle contenido, no ofrece funciones superfluas que entorpezcan el uso, está orientado por completo al smartphone y se mantiene compatible con casi todas las webs y apps que gestionan tanto audio como vídeo. Incluso después de que Google le haya retirado el soporte, me parece todo un logro para un dispositivo electrónico que tiene ya once años.
La fórmula de incrementar la potencia y añadir más funciones es la habitual en tecnología. Y al final termina ocurriendo lo esperable: dispositivos que se quedan obsoletos porque no son capaces de funcionar con las aplicaciones y servicios del momento. Las primeras generaciones de los Amazon Fire TV adolecen este problema, incluso los Chromecast con Google TV.
Bajo mi opinión, prefiero un reproductor especializado que cumpla perfectamente con una tarea que disponer de un todo en uno que intente abarcar demasiado. Por eso me parece tan redondo el Chromecast original, Google supo cómo compaginar la extrema sencillez de uso y el máximo potencial en la reproducción. Dudo que este Google TV Streamer pueda aguantar once años casi como el primer día.
Imagen de portada | Montaje a partir de una foto de Iván Linares y de Google
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