Me da igual que la autonomía sea corta, que tengan unos acabados de plástico sencillo o carezcan de ANC, pero hay una cualidad que es esencial para mí
Afortunadamente para mi bolsillo, no soy tan morrofino con los auriculares como con los teléfonos móviles o el pan: me gusta escuchar música en el coche o en altavoces, por lo que rara es la vez que me verás usando auriculares, más allá de cuando hago spinning en el gimnasio en una sesión dirigida, alguna llamada y que tenga el día melómano. Consecuencia: nunca me he gastado más de 50 euros en unos auriculares. De hecho, hasta el modelo elegido para ilustrar este artículo está fuera de mi presupuesto.
Con esa inversión una no puede esperar milagros en autonomía, los materiales y acabados más premium, las últimas novedades o funciones más o menos avanzadas como la cancelación de ruido (nota: tengo unos auriculares que prometen ANC, pero en la práctica es algo testimonial) ni por supuesto, la mejor calidad de sonido. No pasa nada: siempre compro auriculares baratos y entre mis mínimos hay una función imprescindible, que sea multidispositivo.
Que sean multidispositivo y poco más
De hecho, mis requisitos son bastante sencillos: me gusta que se ajusten bien a mis oídos para olvidarme que los llevo puestos y al mismo tiempo que no se caigan, que tengan buen volumen (aunque quizás eso implique cierta irremediable distorsión al exigirles) y que sean multidispositivo o multipunto, Curiosamente una función que suele pasar bastante desapercibida y para mí es esencial.
Después de probar unas cuantas marcas, sé que aunque a nivel de ficha técnica las especificaciones no difieren demasiado, a título personal me han dado una mejor experiencia aquellos de marcas reputadas a nivel sonoro en sus modelos más básicos, como por ejemplo los Jabra 65t que tengo actualmente, que además de tener función multipunto cuentan con una aplicación de ecualizador, otro extra que suelo agradecer bastante (aunque podría vivir sin él).
El multipunto tiene mucho misterio, pero sí utilidad: permite alternar la fuente del sonido de un dispositivo a otro simplemente eligiéndolo desde el dispositivo en cuestión. Así, en un momento determinado puedes escuchar música desde el móvil para luego pasar a la tablet, por ejemplo.
Me explico: sí, es posible desvincular unos auriculares de tu móvil para posteriormente emparejarlos con el portátil para cambiar la fuente y aunque apenas lleva un par de minutos, es un procedimiento tedioso que haría que directamente descartara esa opción y apostara por mis viejos earpods y su fiable cable. Quiero ir al Bluetooth de mi móvil, tablet o de mi ordenador, ver mis auriculares, elegirlos y olvidarme.
El problema es que es una función tan poco publicitada que hasta cuesta encontrarla en la ficha técnica de los auriculares de muchos fabricantes, lo que me lleva en muchos casos a esperar a reviews completas para salir de dudas. No obstante no es una función nueva ni mucho menos, si bien desde el veterano Bluetooth 4.0 (que data de 2010) está disponible esa posibilidad y capacidad. Luego está que sea implementado y en qué grado. Yo me conformo con lo mínimo, que es evitarme el tedioso emparejado y desemparejado.
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