Así ha evolucionado el comercio online durante los últimos años

Así ha evolucionado el comercio online durante los últimos años
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Sus dedos resbalan confiadamente sobre el teclado en un baile imposible y escribe con nerviosismo el número de su tarjeta de crédito, impaciente por realizar su compra. Echa un último vistazo a su lista de productos y descubre horrorizado que todavía le quedan datos por rellenar. La centelleante pantalla de error parece reírse de él. Y maldice en silencio.

Seguro que esta situación le resulta familiar a más de uno; un contexto que bien sirve para ilustrar el proceso al que muchos se han visto abocados alguna vez al comprar online, y que ha cambiado durante los últimos años, ofreciendo alternativas de pago y webs más sencillas de usar. Un mercado que ha crecido notablemente y que aquí analizamos con detalle. Porque, ¿cómo ha evolucionado el comercio online durante los últimos años?

Un poco de historia

Con el fin de comprender el fenómeno, cabe remontarse a la década de los 90, cuando empezó a utilizarse el término e-commerce de un modo similar al que se le da hoy en día —anteriormente se usaba para referirse a las transacciones que tenían lugar empleando dispositivos electrónicos—. Fue entonces y con el advenimiento de Internet cuando comenzó a usarse para denominar lo que en la actualidad: la venta de bienes y servicios a través de la red.

Una práctica que inicialmente fue vista como una suerte de venta por catálogo avanzada pero que ha cambiado mucho desde aquel momento. En 1991, más concretamente fue cuando la National Science Foundation permitió usar por primera vez Internet con fines comerciales.

Cuatro años después, los miembros del G7 crearon lo que llamaron Mercado global para PYMES, una iniciativa cuyo objetivo fue el de acelerar la adopción del comercio electrónico por parte de empresas de todo el mundo. Fue a partir de entonces cuando empezó a despegar e incorporando, hasta ahora, nuevos modelos de negocio, sistemas de pago, servicios online y un largo etcétera.

En 1991, la National Science Foundation permitió usar por primera vez Internet con fines comerciales

Sin embargo, el boom definitivo en nuestro país se produjo hace cuatro años —un tanto después de que tuviera lugar al otro lado del charco—, cuando Amazon desembarcó dentro de nuestras fronteras —con unas condiciones y garantías que excedían a las ofrecidas por sus competidores— y obligó al resto de actores del mercado a ponerse manos a la obra para no perder clientes.

La transformación de la propia plataforma, que comenzó con unos dos millones de productos y seis categorías y ha acabado teniendo hasta 70 y 26 respectivamente, evidencia el cambio que hizo que marcas asociadas a tiendas físicas empezaran a apostar por la web con más fuerza. Fue el caso de Inditex, El Corte Inglés y similares, que también se sumaron pronto a los llamados Black Friday y Cyber Monday.

Algunas cifras

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En 2014 y según los datos del Informe Anual de la Sociedad en Red del Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (Ontsi), el volumen de negocio del comercio electrónico en España creció un 18%, alcanzando los 14.610 millones de euros. Un despunte que no ha sido único en su especie, pues el e-commerce no ha dejado de batir récords desde hace varios años. De hecho, en 2015 superó ligeramente los 20.000 millones de euros.

Respecto a las últimas cifras conocidas y tal y como refleja el Eurostat más del 50% de las personas realizaron algún tipo de compra por Internet este año, un porcentaje que baja al 42% para el caso español. Ahora bien, cabe comentar que hace nueve años este se encontraba en el 15%. En cuanto al perfil de los usuarios, también ha cambiado pues, si bien en 2006 las mujeres representaban el 39,95% de los compradores, actualmente son el 47,16%. Los jóvenes entre 25 y 34 años son los que más compran, seguidos de los que cuentan entre 35 y 44 años.

Más del 50% de las personas realizaron algún tipo de compra por Internet este año

En cuanto a sectores, no es equitativo. Por ejemplo, el Ministerio de Agricultura estima que sólo un 0,8% de las compras en alimentación se llevan a cabo online. Algo que no ha evitado que surjan negocios y supermercados que sólo operan de este modo y que requerirá de un cambio de mentalidad que podría verse beneficiado por el aterrizaje de Amazon Prime en nuestro país.

El móvil, el nuevo favorito

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La popularización de los smartphones y la aparición de nuevas tarifas de datos ha llevado aparejado un cambio: son muchos los consumidores que realizan sus compras a través de este dispositivo. Una forma de comprar un tanto más ágil que, además, puede llevarse a cabo en prácticamente cualquier lugar.

Tal es así que las ventas móviles llegaron a representar ya el año pasado y en términos globales, más del 30% de las ventas mundiales de comercio electrónico. Incluso en España supusieron el 28%, un punto porcentual por encima de los Estados Unidos.

El año pasado las ventas móviles supusieron el 30% de las ventas mundiales de comercio electrónico

Respecto a este último país cabe destacar que el 25% de los retailers genera casi el 40% de sus operaciones desde el móvil. Un tercio de los dispositivos usados son Android. Otras fuentes apuntan a un crecimiento de más de 120% para el 2018.

Formación y prevención, clave para las compras seguras

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El crecimiento de las transacciones a través el móvil por otra parte, implicará tener en cuenta algunas medidas básicas para evitar ser víctimas de estafas online. Nos estamos refiriendo a aquellos timos que se propagan a través de mensajes, WhatsApps y redes sociales, e incluso a aquellas aplicaciones cuya instalación requiere de permisos sospechosos.

En el caso de los primeros, destacamos el famoso caso de los SMS Premium, uno de los mayores de este tipo en nuestro país y cuyos orígenes se remontan casi una década atrás. El timo consistía en enviar distintos mensajes a la potencial víctima con el fin de tentarla. Podían ofrecerle desde una falsa entrevista de trabajo hasta un encuentro sexual.

Si respondía, a ésta se le cobraban 1,2 euros; y esto sólo era el principio, pues la técnica se perfeccionó hasta tal punto que la red logró hacerse con más de 8.000 euros de un mismo sujeto y contar con su propia base de datos. La investigación, terminada a principios de octubre de este mismo año, reveló que hasta 2,5 millones de personas habían caído en la trampa dentro de nuestras fronteras.

Algo que empezó a practicarse mediante SMS y que posteriormente migró a WhatsApp, una plataforma donde también se difunden estafas relacionadas con promociones y cupones de descuento de distintas entidades (Burger King, Ikea, Aldi, Lidl, H&M, y Amazon, cuyo nombre se ha aprovechado) que enlazan a sitios repletos de malware, solicitan datos de nuestra tarjeta de crédito, o se hacen pasar por uno de nuestros contactos.

Resulta conveniente que optemos siempre por contraseñas seguras

Dicho lo cual, los chollos y descuentos impresionantes, y los mensajes difundidos masivamente ya deberían hacernos desconfiar. Otras medidas que podemos poner en marcha a la hora de comprar a través de nuestro dispositivo son, en el caso de que llevemos a cabo la compra a través de una app, descargarla de la tienda oficial, prestar atención a los permisos sospechosos —como acceso a nuestros contactos, funciones administrativas, contraseñas almacenadas y similares—, y revisar la descripción de la misma.

Ya en las mismas tiendas, resulta conveniente siempre que optemos por contraseñas seguras, preferentemente de más de ocho dígitos, que combinen letras y números, mayúsculas y minúsculas. Mantener nuestro teléfono actualizado e instalar un antivirus, así como evitar conectarnos a través de WiFis públicas a la hora de realizar la transacción son también precauciones básicas.

Seguridad en el pago

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Masterpass, un sistema de pago para los que buscan seguridad en sus transacciones

Contar con garantías de seguridad a la hora de llevar a cabo el pago resulta imprescindible. Un objetivo que podemos lograr decantándonos por sistemas de pago como Masterpass. En concreto se trata de una capa de usabilidad que, además de tratar de agilizar nuestras compras —evitando que tengamos que introducir cada vez nuestros datos y permitiéndonos guardarlos en un mismo lugar— nos brinda un extra en este aspecto.

De hecho, cuenta con una sección de detección de fraudes y permite activar la verificación en dos pasos, de manera que seremos sabedores de cualquier transacción que se realice sin nuestro permiso. El funcionamiento es básico: cada vez que se produce una, recibiremos un código en nuestro teléfono que tendremos que introducir para completarla.

Cuenta con una sección de detección de fraudes y permite activar la verificación en dos pasos

Respecto a esta última cuestión y para acabar, cabe mencionar que, según los expertos, sólo con que las compras fueran más rápidas, sin rellenar formularios en cada ocasión, sería posible que el número de usuarios que confirman sus operaciones aumentase notablemente. Un hecho que tiene que ver con la confianza y que también repercutiría sobre el comercio online en general y le permitiría seguir creciendo, quizás a un ritmo todavía más veloz.

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