Nuestros teléfonos móviles ya no son lo que eran. O, mejor dicho, ya no los utilizamos para lo que los usábamos. En la recta final de la década de los 90 del siglo pasado, que fue cuando empezaron a popularizarse, los utilizábamos para realizar llamadas, recibirlas, comunicarnos mediante mensajes SMS, jugar a algún juego sencillo, y, con un poco de suerte, acceder a un puñado de servicios en Internet a través de protocolos veteranos, como WAP. Pero todos sabemos que el desembarco masivo de los smartphones en el último tercio de la década pasada lo cambió todo.
Hoy en día usamos nuestros teléfonos móviles para un sinfín de tareas. Con ellos navegamos por Internet, reproducimos música y vídeos, compramos on-line, jugamos, enviamos y recibimos e-mails, realizamos operaciones bancarias, nos comunicamos utilizando apps de mensajería instantánea y un larguísimo etcétera. Las llamadas convencionales, que representan la aplicación para la que fueron diseñados en un principio, ahora solo son una funcionalidad más entre muchas otras. Y, además, están perdiendo interés a medida que se consolidan los servicios de VoIP.
Quizás hayamos iniciado un proceso irreversible que concluirá con su desaparición, aunque también es posible que consigan sobreponerse ofreciendo valor añadido. Estas son las claves que nos ayudan a entender qué está sucediendo con las llamadas y qué futuro nos espera.
WhatsApp está cambiando las reglas
Antes de seguir adelante es interesante repasar algunas cifras que pueden ayudarnos a describir el contexto en el que nos movemos. Un informe reciente de la consultora comScore revela que en 2014 el número de dispositivos móviles que utilizamos para acceder a Internet igualó al de los equipos de sobremesa, alcanzando ambas cifras los 1.700 millones de usuarios en todo el mundo.
Sin embargo, actualmente esa balanza se ha desequilibrado, por lo que en 2015 casi 2.000 millones de personas acceden a Internet utilizando dispositivos móviles. Como podéis ver, las cifras son abrumadoras y nos muestran con mucha claridad la magnitud de la tasa de penetración de estos últimos equipos como herramientas de acceso a Internet, en la que no cabe duda de que los smartphones tienen un peso muy notable.
Otro estudio reciente realizado por PewResearchCenter, una organización estadounidense especializada en el análisis de mercados y tendencias, es interesante porque refleja con mucha precisión para qué utilizamos nuestros smartphones actualmente. Las cifras hacen referencia a la sociedad estadounidense, pero, aun así, se pueden extrapolar a los países con una tasa de penetración de los teléfonos móviles similar a la de Estados Unidos, entre los que se encuentran buena parte de los estados europeos.
Según este informe, si nos ceñimos, por ejemplo, a los usuarios que se encuentran en la franja de edad entre 30 y 49 años, el 98% de ellos usa su smartphone habitualmente para enviar mensajes de texto, el 90% para acceder a Internet, el 87% para enviar y recibir e-mails, el 46% para reproducir vídeos, el 39% para escuchar música y el 91% para comunicarse a través de llamadas de voz y vídeo. Las cifras que arrojan otras franjas de edad no son muy diferentes a las que acabamos de repasar.
Este último informe es interesante porque demuestra con cifras algo que todos intuimos: actualmente utilizamos nuestros teléfonos móviles para realizar tareas muy diferentes, y no solo para comunicarnos a través de llamadas de voz convencionales. No obstante, hay otra tendencia que está atribuyendo cada vez más peso a las apps de mensajería instantánea como una alternativa muy sólida no solo a los mensajes de texto, sino también a las llamadas de voz convencionales.
Un estudio elaborado por la consultora Statista refleja que en 2014 nada menos que 700 millones de usuarios utilizaron WhatsApp mensualmente. La cifra de Facebook Messenger también es impactante, aunque algo más comedida: 500 millones. Y servicios como WeChat, Skype, Viber o Line se mueven en cifras que oscilan entre los 468 y los 170 millones de usuarios mensuales.
Hoy en día WhatsApp es la app de mensajería instantánea más utilizada en el planeta, y lo es, sobre todo, por dos razones contundentes: es muy económica (el primer año de servicio es gratis y la suscripción anual cuesta 0,99 dólares), y, además, utilizarla es sencillo. Esta última cualidad ha provocado que esta app resulte asequible para cualquier persona, y no solo para los «nativos digitales» y los usuarios que están acostumbrados a utilizar ordenadores, teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos.
Además, desde el pasado mes de marzo esta app nos ofrece también la posibilidad de realizar llamadas de VoIP, que no son otra cosa que una nueva alternativa a las llamadas de voz convencionales que consume una parte de nuestra tarifa de datos o de una conexión WiFi, pero que nos exime de pagar el establecimiento de llamada o cualquier otro coste asociado habitualmente a las llamadas tradicionales.
La respuesta de las operadoras
El éxito que han tenido durante los últimos años las apps de mensajería instantánea ha provocado que la mayor parte de los usuarios dejemos de utilizar los mensajes SMS, que en su día fueron una fuente de ingresos importante para las operadoras. Pero los cambios no terminan aquí. La integración de los servicios de VoIP en apps tan exitosas como WhatsApp o Line amenaza claramente los ingresos que perciben actualmente por las llamadas convencionales, lo que ha provocado que algunas operadoras «muevan ficha».
La mayor parte de ellas no pone ningún impedimento al uso de las aplicaciones de VoIP, especialmente las OMV (Operadoras Móviles Virtuales), pero algunos operadores con red propia imponen condiciones más estrictas que dificultan, o incluso impiden, las llamadas a través de apps de VoIP.
La principal baza con la que cuentan estas empresas para conseguir que sigamos utilizando sus redes de telefonía no es otra que incrementar el valor añadido de las llamadas tradicionales. Actualmente la calidad de sonido que obtenemos durante las llamadas de VoIP no es siempre alta. Y, además, suele producirse un pequeño retardo que a veces dificulta la conversación. Esto ha provocado que las operadoras intenten desmarcarse ofreciendo a sus clientes una mejor calidad de sonido mediante soluciones de voz HD (algo que ya están haciendo Movistar y Vodafone), y también implantando las llamadas sobre redes de cuarta generación (VoLTE).
Esta última tecnología permite incrementar el valor añadido de las llamadas de voz mejorando su calidad de sonido y enriqueciéndolas con servicios multimedia, como son la posibilidad de compartir imágenes, vídeos o mapas, e, incluso, de interactuar con ellos en tiempo real durante la llamada.
Pros y contras de la comunicación asíncrona
El éxito que tiene actualmente la mensajería instantánea como alternativa a las llamadas de voz y a otras formas de comunicación es indiscutible. Esto no sería posible si no ofreciese a los usuarios ventajas muy claras, como son un impacto muy reducido sobre nuestra tarifa de datos, su bajo coste, su sencillez de uso y su fiabilidad, que refleja la probabilidad de que los mensajes sean entregados en un plazo de tiempo breve.
Incluso su relativa inmunidad a los problemas de cobertura puede ser contemplada como una ventaja. Sin embargo, las apps que facilitan la comunicación asíncrona también tienen algunas desventajas que merece la pena considerar.
Una de las más relevantes es la inestabilidad que se produce cuando tiene lugar un pico de tráfico que provoca que los servidores de la app se saturen y tarden más de la cuenta en entregar los mensajes. Esto suele suceder en fechas señaladas en las que se produce un incremento muy notable del tráfico, como, por ejemplo, durante la noche de fin de año.
Otra desventaja menos relevante, pero que también debemos tener en cuenta, consiste en su «no universalidad». Y es que difícilmente podemos usarlas para comunicarnos con todos nuestros contactos debido a que es imprescindible que también las tengan instaladas. La implantación de WhatsApp, como hemos visto, es enorme, pero no «universal», por lo que es posible que no podamos usarla con algunos de nuestros contactos.
Y otro punto que puede jugar en su contra tiene que ver con la forma en que están implementadas algunas de sus prestaciones, como, por ejemplo, los grupos. Algunos usuarios se quejan debido a la ausencia en WhatsApp de una notificación que nos permita decidir si queremos ser incluidos en un grupo o no antes de que el alta se lleve a cabo de forma efectiva.
Alcatel Onetouch Idol 3: reinventando las llamadas
Los fabricantes de smartphones también juegan un rol importante a la hora de ofrecer valor añadido a las llamadas tradicionales. Sin embargo, muy pocos ofrecen soluciones que realmente marquen la diferencia. Una de las propuestas más innovadoras en este escenario de uso es la que nos propone Alcatel con la función reversible en el plano vertical de su Idol 3.
Se trata de una solución tecnológica inteligente que nos permite sacar el máximo partido al terminal independientemente de la posición en la que lo coloquemos. Y es que podemos realizar o recibir una llamada sin necesidad de fijarnos en qué posición tenemos el móvil. Los demás smartphones nos obligan a cerciorarnos de que el micrófono queda en la parte inferior, y el altavoz en la superior, pero el Onetouch Idol 3 tiene ambos elementos duplicados en los dos extremos del smartphone.
Además, es capaz de identificar en qué posición lo hemos agarrado para activar de forma inteligente el micrófono y el altavoz adecuado en cada momento. De esta manera la experiencia del usuario durante las llamadas es lo más enriquecedora y flexible posible. Sin duda, se trata de un giro de tuerca muy apetecible que aporta un plus a las llamadas tradicionales.
¿Volveremos a llamar con el móvil?
La mensajería instantánea y la popularización de los servicios de VoIP están contribuyendo decisivamente al ocaso de las llamadas de voz tradicionales. Sin embargo, si tenemos presente todo lo que hemos repasado en este post podemos concluir que mantendrán su vigencia a medio plazo. Una de las razones que apoya esta afirmación tiene que ver con la relación que existe entre su impacto en nuestros planes de datos y la rentabilidad de las tarifas planas de las llamadas de voz.
Utilizando el códec G.729, que es el más extendido, durante una llamada de VoIP consumimos unos 32 Kbps, por lo que un minuto de conversación implica un gasto de 0,5 megabytes de datos. No es mucho en absoluto, pero debemos tener en cuenta que muchas tarifas planas actuales nos permiten llamar a los móviles y los fijos nacionales sin ningún coste, aunque durante un número de minutos limitado.
Eso sí, a la hora de llamar desde el extranjero el panorama cambia sensiblemente. Las llamadas a través de los servicios de roaming siguen siendo caras, por lo que la opción de conectarnos a una red WiFi y recurrir a las llamadas de VoIP de WhatsApp o de cualquier otra app es muy tentadora. En este escenario de uso esta solución es muy interesante, y, desde luego, mucho más rentable que las llamadas de voz tradicionales.
Aun así, es probable que a medio plazo sigamos utilizándolas, pero a medida que las operadoras dejen de poner impedimentos a los servicios de VoIP (las que los imponen, que como hemos visto no son todas); los planes evolucionen y nos permitan consumir un volumen de datos mayor, y los códecs mejoren y nos permitan disfrutar una latencia menor y una calidad de sonido mayor, las llamadas de VoIP se acabarán imponiendo.
A partir de ese momento, con toda probabilidad, las llamadas de voz tradicionales irán desapareciendo. Posiblemente podremos llamar a cualquier teléfono del planeta mediante VoIP con un impacto mínimo en nuestra tarifa de datos. ¿Por qué íbamos a renunciar a esta opción tan apetecible?
Ver 5 comentarios