Malas noticias para todos, Nokia ha vendido su fábrica de Salo, Finlandia, la última que la compañía mantenía en Europa Occidental y se lleva esa parte de la producción a Asia, como viene siendo normal en esta indústria.
Esta venta, que se hizo pública esta misma semana representará el despido de 850 trabajadores finlandeses y la creación de 100 nuevos puestos de trabajo por parte de Orion Pharma, la empresa farmacéutica que ha comprado las instalaciones.
Orion Pharma confirma el trato
Pese a que Nokia no ha hecho comentarios al respecto, la farmacéutica finlandesa ha confirmado el trato con el fabricante de los Lumia en una nota de prensa:
Orion ha planeado establecer un nuevo centro de empaquetamiento y logística en Salo. La compañía ha firmado una carta de intenciones con Nokia, según la cuál comprará un edificio de Nokia en Salo para centralizar algunos de las funciones de empaqutado y logística que se producían hasta ahora en las plantas farmacéuticas de Espoo y Turku. En caso de establecerse, el centro crearía nuevos trabajos.
La adaptación del complejo de edificios a las necesidades de Orion empezará a inicios del año que viene, y las opoeraciones en el nuevo centro empezarán durante 2013, aunque la planta de empaquetado y logística no funcionará a pleno rendimiento hasta el otoño de 2014. Una vez completado, el proyecto aumentará el número de trabajadores para Orion en Finlandia y, cuando esté listo, el centro dará trabajo a más de 100 personas.
Intentando buscarle el lado positivo – si es que realmente lo hay – nos daremos cuenta de que los drásticos y dramáticos recortes que está practicando Nokia para reducir costes, han conseguido mantener la empresa a flote y reducir las pérdidas durante los últimos 18 meses, después del cambio de rumbo y la alianza con Microsoft y su Sistema Operativo para móviles, por lo que se espera que en breve vuelva a generar beneficios y re-entre en el Top 5 de fabricantes, del que fue recientemente destronada.
China no seguirá siendo barata para siempre
Pese a quien le pese, el ritmo de crecimiento que lleva China – aunque cada trimestre se desacelera un poco – nos hace preguntarnos si, en un futuro no demasiado lejano, todas estas fábricas que producen millones de terminales a tan bajo coste seguirán siendo viables.
Al ritmo de crecimiento, también viene asociada una inflación en los precios de los productos, a excepción de los de primera necesidad, que el gobierno chino ha ido manteniendo bajos de manera artificial, igual que el yuan, para no entorpecer las exportaciones.
Como es lógico, los salarios suben también anualmente acordes a la inflación y el crecimiento económico del país, que demuestra tener una clase media cada vez más numerosa y sólida, con lo que progresivamente va a ser más difícil encontrar a trabajadores que estén dispuestos a realizar estos tipos de trabajos en cadenas de ensamblaje de tecnología por sueldos tan bajos.
Cuando esto occura, si es que llega a ocurrir (China tiene una burbuja inmobiliaria mucho más grande que la española y un modelo industrial y económico que aún no están preparados para dar el siguiente paso y convertirse en la primera potencia mundial), ellos mismos sufrirán en sus carnes qué es esto de la deslocalización.
Más información | Nota de Prensa de Orion Pharma
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