Nuestro invitado es un móvil que seguramente pasó por las manos de quienes llevan más de dos décadas utilizando teléfonos móviles: el Nokia 3210. Uno de los grandes superventas, también antecesor del mítico Nokia 3310. Y continúa vigente a día de hoy para aquellos que sólo deseen llamar y enviar SMS: lo hemos comprobado.
Pese a que los smartphones son los teléfonos que más se utilizan en la actualidad, aún siguen vendiéndose móviles que apuntan al terreno más 'básico' ofreciendo sólo llamadas y SMS. Son perfectos para desconectar de redes y de WhatsApp sin estar por completo incomunicados, peo no hay por qué adquirir teléfono nuevo: los antiguos aún sirven. Como ocurre con el Nokia 3210, uno de mis primeros móviles, también uno para los que guardo mejor recuerdo. Sigue yendo a pesar de que cumplió la friolera de 22 años.
Duro como una roca y un auténtico pionero
Hablar de Nokia y móviles resistentes suele llevar la conversación al Nokia 3310, pero no es del todo justo: el Nokia 3210 ya abrió la puerta a los móviles capaces de aguantar cualquier trote. De hecho, el Nokia 3210 que tienes en este artículo ha sobrevivido a decenas de caídas, golpes y hasta al maltrato de un niño pequeño (los restos de rotulador rojo en las teclas son la prueba). No obstante, y tras varios años sin encender, fue conectarle el cargador y encenderse. Como el primer día.
Ningún móvil con 21 años puede sustituir a un smartphone de hoy ya que el uso que le dábamos era muy distinto aunque compartan finalidad, la comunicación a distancia. Esto es algo que se nota tras unos minutos utilizando el Nokia 3210 y después de que se haya esfumado el efecto puramente melancólico: está bien si quieres desconectar de WhatsApp y similares, también para abstenerse de encender la pantalla ante el mínimo atisbo de aburrimiento. Más allá de aquí tiene casi la misma utilidad que una roca. E idéntica resistencia.
El Nokia 3210 fue pionero en muchos aspectos. Primero en no incluir antena, lo que le daba un aspecto muy moderno, también en permitir al dueño del teléfono componer su propio tono de llamada (desde la opción 'Compositor', en 'Sonidos'). Además, el 3210 incluía la vibración en llamadas, un auténtico hito para Nokia y que la marca desactivó en gran parte de los mercados (se podia instalar aparte con un poco de maña y flasheando el firmware). Y fue mi primer teléfono con escritura predictiva T9. Eso me dejó sin palabras en su momento.
Nunca fui partidario de acortar el texto en los SMS hasta que parecían telegramas escritos en una máquina de escribir a la que le faltaban la mitad de las teclas: mis mensajes de texto iban hasta con tildes. Es verdad que las facturas engordaban (el SMS resultó ser una mina de oro para las operadoras), pero nunca he sido capaz de enviarle a alguien un 'krs qdr sab tmr lgo?'. Y descubrir que el Nokia 3210 adivinaba las palabras con sólo pulsar el número que contenía cada carácter me pareció mágico. Y qué decir de la serpiente o 'Snake': he perdido más horas con esa barra deslizante monocolor que todas las que he acumulado con el Mario Kart Tour. Y llevo muchas horas conduciendo karts.
El Nokia 3210 fue un móvil avanzado a su tiempo
La serpiente del Nokia 3210 fue mi primer juego móvil, mucho antes de que accediese a las primeras joyas de Gameloft para Symbian (el Nokia 7650 fue otro de mis grandes teléfonos). Visto en perspectiva lo cierto es que sorprende que aquella pantalla monocroma pudiese arrojar tanta diversión, sobre todo cuando las teclas numéricas no son precisamente cómodas para controlar una línea que aumenta en tamaño y velocidad. Aunque esta es parte de la receta de su éxito: Snake era (y sigue siendo) todo un reto para la habilidad. Y el Nokia 3210 aún conserva mi récord: 414 puntos. Creo que no está mal.
No sólo cuenta con la serpiente, el Nokia 3210 posee otros dos juegos: 'Rotation' (una especie de puzzle en el que hay que ordenar los números en pantalla) y 'Memoria' (hay que recordar la posición de las figuras a base de ir volteando dos cartas), títulos menores en comparación con 'Snake'. Y Nokia no sólo comenzó a popularizar los juegos móviles, también la personalización de los teléfonos: aparte de los tonos de llamada compuestos en el móvil al Nokia 3210 podías darle cualquier aspecto con sólo cambiarle la carcasa.
Era habitual disponer de varios modelos de carcasa para ir cambiándolos según el día. Con este tipo de personalizaciones se le daba mucha vida al teléfono, también resultaba muy sencillo repararlo ya que no era habitual que se rompiesen las partes internas, como la pantalla: si algún plástico se rajaba bastaba con cambiar la carcasa, lo mismo ocurría con la batería. Lo mismo que ahora, ¿verdad?
Sí, los smartphones son más potentes, ofrecen un sinfín más de posibilidades y han conseguido diluir gran parte de las fronteras que la informática planteaba a nuevos usuarios, pero también hemos perdido notables ventajas por el camino. La duración de los móviles se ha reducido, tanto la vida útil como la autonomía lejos del enchufe. También hemos perdido intimidad, nuestro uso se ha convertido en moneda de cambio, necesitamos cada vez más espacio en el bolsillo para guardar el teléfono y parece que no estemos nunca contentos por más que tengamos un móvil a la última. Ahora bien, no todo es negativo: el smartphone ha abaratado los servicios móviles.
Usar llamadas y SMS ahora no es lo mismo que usarlas hace 21 años
El Nokia 3210 no fue mi primer móvil (ese 'honor' corresponde al mítico Alcatel One Touch Easy, otro teléfono casi indestructible). Adquirí dicho Nokia con una operadora que se estrenaba en su momento: Amena. Recuerdo que no me costó demasiado (para la época) el pack con una prepago y el teléfono, con la ventaja de que el Nokia 3210 era libre de origen, algo muy poco común y que Amena utilizó para sobresalir. Por comparar, el coste se situaría más o menos en la línea de los 200/250 euros, un gama media como ahora podría serlo un Xiaomi Redmi Note 9 Pro, siempre salvando las enormes distancias entre ambos. Dada la competencia en su momento, el Nokia 3210 destacaba entre todas las propuestas de su misma gama por un diseño arriesgado y amplias posibilidades de personalización.
Para arrancar el teléfono ahora he tenido que insertar la nano SIM en el recorte más grande de la tarjeta, algo que llevo sin hacer más de diez años. Las operadoras mantienen los antiguos formatos, por lo que resulta posible revivir las joyas que tenemos por el cajón. Y vaya si el Nokia 3210 revivió: más allá de que la batería acusa el lógico desgaste y no recarga toda su capacidad, el móvil continúa en plena forma. O, mejor dicho, su nivel de forma es mucho mayor.
En su momento llamar y enviar mensajes era notablemente caro, ese es uno de los motivos por los que terminaron triunfando las tarifas de datos y aplicaciones como WhatsApp o Telegram (¿quién se acuerda de hacer perdidas porque el saldo estaba casi a cero?). En cambio, como ahora ocurre con mi tarifa de datos de Movistar, disponer de llamadas y SMS ilimitados resulta muy común en estos tiempos. Imagina disfrutar de ellos a comienzos de los 2000, habría sido un sueño (y una ruina también, seguro).
He estado llamando con el Nokia 3210 sin preocuparme de los minutos, como quien se apunta a una barra libre sabiendo que conduce otro. SMS como si no costaran (de hecho no cuestan), minutos y minutos a mis contactos más cercanos, todo sin el temor de que llegue una factura de más de tres dígitos. Lo que ahora es común resultaba una utopía en la época del Nokia 3210. Y esto es un gran aliciente para recuperar los teléfonos más básicos.
El tiempo del Nokia 3210 ya pasó, pero no por ello está obsoleto
Siguen utilizándose móviles que sólo hacen llamadas y envían SMS, y no sólo por las personas que no tienen acceso a un smartphone: poder desconectar con sólo cambiar la SIM de teléfono es su principal aliciente. Y el Nokia 3210 es más que apto para la tarea: pocos móviles actuales vuelven a la vida tras precipitarse al suelo desde varios metros. Eso sí, solía ser imprescindible armar de nuevo la carcasa.
Me reservo el Nokia 3210 para la próxima vez que me escape de vacaciones. Tendré que comprarle una batería nueva, pero yo creo que valdrá la pena: a ver si los smartphones de hoy en día siguen funcionando dentro de 21 años como lo hace ahora este Nokia.
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