Hoy es el día señalado en rojo por los accionistas de ONO. El 11 de febrero es el día elegido para que se reúna el consejo de administración de la cablera en el que según apuntan todas las señales los máximos mandatarios de la compañía tendrán que decantarse bien por la tan preparada salida a bolsa o por echarse a los brazos de Vodafone.
Todo apunta a que se aprobará la venta de la compañía al operador de origen británico, que según apuntan diversos medios habría presentado una oferta formal de compra que rondaría los 7.000 millones de euros, pero la búsqueda de una mayor rentabilidad con una salida a bolsa podría truncar el plan.
Desde hace dos semanas que saltaron las primeras noticias los rumores entorno a una posible compra de ONO por parte de Vodafone se han ido sucediendo. Primero fue el periodista Ignacio del Castillo en el diario Expansión el que soltó la noticia, un inicio de negociaciones que posteriormente recogieron medios internacionales y que parece que se han acelerado con su salida a la luz.
Y es que no tardó en salir otro interesado en la cablera, Liberty Global, aunque tras los rumores que la situaban en la pelea nada más se ha vuelto a hablar de la opción que venía del otro lado del charco, quedando como principales opciones la venta a Vodafone o la salida a bolsa, ya que Orange también parece haberse borrado de la lista de pretendientes.
Cuestión de precio
En que manos acabe ONO parece estar en manos de las distintas ofertas que puedan haber recibido sus mayores accionistas, fondos de capital riesgo, ya que estos como es lógico buscan el mayor beneficio. Las últimas informaciones apuntan a que la oferta de Vodafone estaría en 6.900 millones de euros que se pagarían en efectivo, pero que incluirán los casi 3.400 millones de euros que la cablera mantiene en deudas.
Es por ello que los actuales accionistas de ONO que realmente recibirían unos 3.500 millones de euros descontada la deuda, podrían pensar en sacar sus acciones a bolsa, donde la especulación y la experiencia de otras cableras europeas podrían dar aún un mayor beneficio que una venta directa a otra empresa.
No son los clientes, es la red fija
Pero a la hora de evaluar como cambiaría el mercado de las telecomunicaciones en España más que tener en cuenta los clientes que ganaría de golpe Vodafone, la nada despreciable cifra de algo más de un millón de líneas móviles y 1.5 millones de líneas de Banda Ancha fija, el elemento que da el verdadero valor a ONO es su red fija.
Y es que a pasar del estancamiento en su expansión la cablera tiene una red capaz de ofrecer altas velocidades de Internet, ahora mismo ofrece hasta 200 megas de bajada, a 7.2 millones de hogares, incluso más que los que prevé cubrir el despliegue conjunto de fibra óptica hasta el hogar de Vodafone y Orange.
El coste de llevar la fibra óptica hasta el hogar está estimado en unos 300 euros por unidad inmobiliaria, mientras que Vodafone estaría pagando algo menos de 1.000 euros por cada hogar cableado por ONO si se confirman las cifras que se manejan, un coste mucho mayor pero para una red ya montada, sin necesidad de todos los tramites administrativos que le llevaría crear dicha red de cero.
Orange, la clara perjudicada
Si finalmente Vodafone se hace con ONO pasaría a contar con la mayor red fija de alta velocidad del país, aunque con importantes agujeros como Galicia, Asturias o Euskadi, aunque Movistar tiene en sus planes llevar su propia fibra a siete millones de hogares este mismo año, por lo que la que quedaría claramente en desventaja sería Orange.
La compañía francesa lleva tiempo tonteando con la fibra óptica aunque su cobertura actual es muy limitada y precisamente lo tiene apostado todo al despliegue conjunto con Vodafone, que no llegaría hasta 2017 a seis millones de hogares, pero claramente correría riesgos de producirse la compra de ONO por parte de su rival.
La solución no sería sencilla desde luego, y es que por mucho que Orange se pudiese hacer con Jazztel, siempre en las quinielas, el atractivo de esta no es su red, ya que su crecimiento se ha fundamentado en la vieja red de par de cobre aunque recientemente comenzó con su propio despliegue de fibra, en el que mantiene un acuerdo de verticales con Movistar, llegando a estas alturas a más de 600.000 hogares.
La CNMC tiene la última palabra
Ahora hay dos puntos muy importantes donde la CNMC tendría la última palabra, y es que por un lado tendría que aprobar la posible compra de ONO por parte de Vodafone, parece que no debería haber gran problema en este sentido, pero el otro punto tiene aún mayor relevancia, y es que el sector sigue pendiente de un posible cambio en la regulación del acceso a la fibra de Movistar.
Y es que el regulador tiene pendiente pronunciarse acerca de si los operadores alternativos (Vodafone, Orange, Jazztel ...) podrán o no acceder a la fibra de Movistar sin ninguna restricción, ya que ahora su reventa solo se permite con un límite de 30 megas de bajada mientras Movistar ofrece 100. De abrirse su acceso sin condiciones ONO perdería gran parte de su valor a la vez que se desincentivaría la inversión en nuevas redes pero esta posibilidad parece bastante lejana.
Sea como sea en unas horas, no creemos que días, sabremos cual es el futuro a corto plazo de ONO.
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