Hace tres meses, tras la última presentación de cifras de Microsoft, escribimos un artículo acerca de la propia empresa en el sector de los smartphones y sobre si debíamos seguir dando oportunidades a su división móvil o la dábamos definitivamente por muerta. Microsoft ha realizado algunos movimientos desde entonces pero lo cierto es que nada ha mejorado en un trimestre.
Víctima de los errores del pasado, y de algunos actuales, Nadella no ha sido capaz de reconducir la situación de la división móvil de Microsoft hasta ahora y los últimos resultados trimestrales de la compañía son bastante negativos en este sentido. Hace tres meses caían un 73% y ahora la tendencia se repite con una nueva caída en las ventas del 71%.
Annus horribilis, una y otra vez
Las cifras de Microsoft demuestran dónde está el garbanzo negro de sus resultados financieros. En medio de una montaña de datos que dejan ver que prácticamente todas sus divisiones van creciendo, la encargada del ecosistema móvil, tanto smartphones como la expansión del propio sistema operativo para ellos, cae un 71%. El mensaje es demoledor.
Phone revenue declined 71% (down 70% in constant currency)
Puede decirse que a Microsoft todo le va bien salvo alguna cosa y que le irá aún mejor cuando decida entregar las armas y rendirse definitivamente en una batalla que tiene prácticamente perdida a día de hoy. Con Android dominando el mercado de forma aplastante y con Apple dominando un sector fiel de usuarios que difícilmente cambie, Microsoft no encuentra oxígeno del que nutrirse.
De hecho, la división móvil de Microsoft no registra pérdidas pese a su caída en ventas gracias a que se han restringido al máximo las inversiones en la misma. Si no inyectas dinero para proyectos y/o desarrollo, no tienes dinero que recuperar. Así que sin nada que alimente el fuego de la división, los móviles de Microsoft se siguen apagando trimestre tras trimestre.
El recurso de la empresa
La empresa sigue siendo el reducto de los irreductibles galos en el que Microsoft se cobija y hacia el que enfoca actualmente prácticamente todo el desarrollo concerniente a móviles. La decisión de dejar de fabricar terminales Lumia para dejar hueco a los partners, y que así aborden el mercado empresarial, parece de lo más acertada llegado a este punto.
Con la llegada del HP Elite X3 en breve y con el Surface Phone aún en el horizonte, Microsoft seguiría quemando cartuchos en un sector que aún depende mucho de su sistema operativo y que podría ver con buenos ojos la posibilidad de la convergencia del móvil y el PC. El problema es el de siempre con Microsoft, los plazos se están dilatando en exceso.
No parece, pues, que vaya a cumplirse la promesa de los 1.000 millones de dispositivos para 2018 que prometieron en 2015. La piedra en el zapato de los móviles lo entorpece todo.
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