Sharp Aquos R6 y su sensor fotográfico de 1 pulgada: por qué es tan importante el tamaño real de los píxeles

Sharp es un fabricante al que difícilmente relacionamos con teléfonos móviles lejos de su país. Allí la cosa cambia y sus Aquos gozan de bastante fama, y en ocasiones han sido precursores de características que posteriormente han adoptado fabricantes internacionales. Como las pantallas infinitas que acabaron llegando al Xiaomi Mi Mix original y posteriormente a más modelos.

Ahora, Sharp ha presentado la sexta generación de sus Sharp Aquos R y lo ha hecho inyectándoles dos características más que interesantes de cara al futuro. La primera, el refresco de pantalla pues Sharp acaba de destrozar el récord previo de 144Hz en un teléfono móvil. La segunda, un sensor fotográfico gigante cuya importancia es mayor de lo que se pueda pensar en un primer momento. Y esto es mucho más importante de lo que parece, veamos cómo es el sensor del Sharp Aquos R6.

La importancia de montar un sensor de 1 pulgada

Ya no estamos acostumbrados a ver llegar al mercado móviles de este calibre con una única cámara trasera trasera (aunque en realidad son dos, pues tiene un sensor TOF de apoyo para lecturas de profundidad), y aquí es donde Sharp ha echado el resto de su nuevo Sharp Aquos R6. Principalmente porque apuesta por un sensor "gigante' de una pulgada, dejando siempre lo de gigante entre comillas, pues una pulgada es una pulgada.

Hablamos de sensor gigante pues hasta ahora sólo habíamos tenido un sensor de este tamaño en el mundo móvil, el que estrenó Panasonic con su Lumix CM-1 y también usó Samsung en su Galaxy K Zoom, aunque aquello fuese más una cámara compacta con Android que otra cosa. Y que el sensor sea tan grande es algo muy bueno en materia fotográfica que conviene explicar de una forma algo más detallada.

Los píxeles no siempre miden lo mismo y su tamaño importa. Cuanta mayor sea su superficie, mayor capacidad de captación de luz tienen para así ofrecer información bruta de la escena al procesador del móvil. De ahí que se haya introducido ya de forma estándar el pixel bining, o la fusión virtual de píxeles. Es decir, tomar grupos de píxeles del sensor para que trabajen como uno solo y así ampliar la información. Lo vemos en los sensores Tetracell (grupos de cuatro) y en los Nonacell (grupos de nuevo) de Samsung, por ejemplo. Este tamaño ampliado, sin embargo, está falseado pues se obtiene a base de juntar por software píxeles muy pequeños.

Otros fabricantes apuestan por apiñar píxeles en sensores más pequeños y luego fusionar: Sharp ha optado por la vía óptica

Así pues, apostar por una única cámara de 20 megapíxeles con un sensor de una pulgada (una pulgada de lado, 2,54 centímetros por cada lado del sensor) hace que sus píxeles sean realmente grandes y sin artificios de software, por lo que su capacidad de captar luz es, probablemente, la mayor del mercado en estos momentos. Y por si fuera poco, le cose una lente f/1.9 7P al sensor, lo que hace que todo sea aún más nítido y luminoso.

A caballo entre un angular y un gran angular, el Aquos R6 monta lentes 7P

La cámara única de este Sharp Aquos R6 tiene una distancia focal equivalente de 19 milímetros, lo que la sitúa en el rango entre un angular y un súper gran angular, algo que le confiere un gran campo de visión pero también permite a la cámara tener un bokeh natural muy potente. Aún así, como hemos dicho, se apuntala esta característica con un TOF para medidas de profundidad.

El único pero que se le puede poner a esta cámara, por decir algo en contra de la misma, es que no tiene estabilización óptica sino electrónica, lo que le resta capacidades de fotografía nocturna, en movimiento y vídeo. Aunque con semejante tamaño de sensor, tal vez éste sea un problema que se salve de forma natural con una captación de luz ampliada. Sin duda, una cámara a tener muy en cuenta. Ojalá marque tendencia.

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