Xiaomi, el desgaste de la gran promesa china se hace más evidente, ¿logrará volver a sus orígenes?

Corría el año 2014 cuando Xiaomi anunciaba que había destrozado su récord de ventas del año anterior. Los casi 19 millones de terminales comercializados en 2013 se convertían en 61 millones. Un crecimiento de un 220% que anticipaba algo que a día de hoy sigue sin cumplirse: la realidad de un auténtico monstruo de la telefonía móvil que ya ha sido sobrepasado por rivales más veloces y eficientes.

Al igual que ha ido ocurriendo con los distintos responsables de propagar la información de Xiaomi a través de los medios, a los usuarios puede haberles afectado también el hastío con una marca lenta que parece condenada a ser la eterna promesa. Ya el pasado año Xiaomi empezó a sufrir síntomas de desgaste hasta que, finalmente, su valoración se redujo a mediados de este año hasta situarse en menos de 4.000 millones de dólares.

El líder que nunca dio un paso adelante

Nadie duda a estas alturas que China es una superpotencia económica a nivel mundial y que en su interior seguro alberga algunas sorpresas, en forma de grandes empresas, que desconocemos en Occidente. De allí salió WeChat, salió Alibabá y, entre otras, salió Xiaomi. El fabricante cuya expansión internacional gobierna ahora Hugo Barra nació en el año 2011, y al principio sólo desarrollaba software.

Su ROM MIUI fue sólo un primer paso, claro. A finales de ese mismo año 2011, Xiaomi presentaba el que sería su primer terminal, el Xiaomi Mi 1 o Mi One. Arrancaba así una línea Mi que ha prosperado hasta los últimos Mi 5s y Mi 5s Plus y que años más tarde estaría acompañada por los Redmi. Unos Redmi que en China se conocieron como Hongmi, provocando algo de caos al pensarse que se trataban de distintas líneas. Hong = Red. Hongmi = Redmi.

Las cifras iniciales de Xiaomi daban alas a las teorías que defendían que estábamos ante un gigante que sólo daba sus primeros pasos. El problema ha venido cuando, con el paso del tiempo, otros fabricantes han ido "copiando" la estrategia de Xiaomi y, para colmo, con mejor éxito. El mercado de los "chollos" ha dejado de ser propiedad exclusiva de un constructor al que la peor competencia le llegada desde casa.

Esa Xiaomi que partió imitando diseños de la competencia (no debemos olvidar que en China la copia es un homenaje) parecía empezar a librarse de la influencia del exterior y a tener más personalidad. Y, de repente, llegaron los nuevos Xiaomi Mi 5s y Xiaomi Mi 5s Plus y el paso atrás. Como comentamos en otro artículo al respecto, "lo más Apple que le hemos visto hacer a Xiaomi".

Eterno seguidor de su competencia

Casi todos los analistas parecen coincidir en los males, algunos auto-infligidos, que han llevado a este parón de Xiaomi, y al sorpasso que ha sufrido por parte de su competencia local, esa competencia que ya ha dado el paso que no dio Xiaomi en su día. O, como poco, lo ha dado a mucha más velocidad y con mayor determinación.

A la hora de la verdad, Xiaomi ha seguido a la competencia en lugar de innovar por sí mismo.

El catálogo de productos de Xiaomi, que sigue dando de qué hablar por su sorprendente relación calidad/precio, ha dejado escapar varias oportunidades para seguir cosechando adeptos. A la hora de apuntarse a las pantallas curvas o a los 6GB de RAM, Vivo tomó la delantera con el XPlay 5. La carga rápida llegaba con OPPO, que incluso se hacía con el título del smartphone más delgado del mundo. Incluso llegaron a experimentar con retirar el jack de auriculares antes que Xiaomi.

Si nos metemos en el campo de los lectores de huellas, Huawei puede ser actualmente el líder en Android en cuanto a velocidad y precisión, por más que el Mi 5s haya decidido incorporar Sense ID de Qualcomm, el lector por ultrasonidos. Con las cámaras duales, más de lo mismo. Xiaomi llega, tarde o temprano, pero se esperaba de ellos que fuesen los primeros en muchos campos.

Vistas estas innovaciones que han llegado tarde a Xiaomi no extraña que, por ejemplo, tanto OPPO como Vivo hayan desplazado a Xiaomi en el último ranking de fabricantes mundiales. Con Huawei en un tercer lugar obtenido en 2015 y con la irrupción de dos nuevos competidores en 2016. Corea, Norteamérica y triplete de China. Pero ninguno de esos fabricantes chinos es Xiaomi.

Un catálogo confuso

Xiaomi parecía estar destinado a conquistar toda China mientras que los distintos inversores competían entre sí por poder ser partícipes de este crecimiento, pero los distintos ataques de su competencia no han podido ser contrarrestados. Xiaomi no ha sido capaz de presentar innovaciones reales que hayan marcado la diferencia y, al final, ha tenido que comenzar a variar su propia estrategia. La que le llevó a donde se encontraba en 2014.

De vender únicamente online y plantearse una expansión internacional hemos pasado a algunos modelos con venta mixta, o al último terminal exclusivo para tiendas físicas en India. Un país en el que sí se venden modelos de Xiaomi de forma oficial, con soporte y garantía del fabricante. Como también en países de sudamérica. Del resto del mundo, sin embargo, nada se sabe.

Modelos normales, con letras, modelos Note y variantes Prime. El catálogo de Xiaomi es caótico a día de hoy.

Otro de los defectos que ha tenido Xiaomi es su catálogo. Una carta de dispositivos que comenzó en 2011 y que, a día de hoy, contiene tantos modelos con nombres parecidos que hay que recurrir sí o sí a fuentes de datos para saber diferenciarlos. Variantes normales, variantes locales, modelos que cambian de nombre por cambiar de procesador o que parecen incluso volver atrás en cuanto a nomenclaturas.

El catálogo de Xiaomi, como podemos ver en estas gráficas, parece estar creciendo a un ritmo exponencial. El año en que los Mi tienen menos presencia se compensa con un aumento de dispositivos Redmi. Y así, en su sexto año de vida, Xiaomi cuenta con un catálogo de dispositivos que cuesta diferenciar entre sí. Otro de los fallos del constructor chino, el aparente parecido entre todos sus terminales, algo que se criticaba en Samsung y que ahora está presente en Xiaomi.

Una carrera contra la irrelevancia

Hablábamos de Xiaomi como la gran promesa de la telefonía móvil pero a día de hoy parece estar sumida en un abismo. Un retroceso en diseños y personalidad por volver a perseguir a una Apple que "sigue a lo suyo", lanzando modelos año tras año, y también por un aumento de su competencia que lo hace mejor, o al menos obtiene mejores resultados. Xiaomi necesita liderar el sector, lo que siempre se le pidió y que parecía destinado a hacer.

Comentaban en Xataka tres factores que afectaban directamente al devenir de la gran promesa china. La mejora de su competencia, el agotamiento de la marca en cuanto a sus noticias y lanzamientos y la lentitud a la hora de expandirse. No olvidemos, por ejemplo, que LeEco debuta este mismo mes en Estados Unidos. Un golpe más para una Xiaomi demasiado lenta en todos sus movimientos.

Xiaomi necesita liderar el sector, lo que siempre se le pidió y que parecía destinado a hacer.

Xiaomi ha estado demasiado tiempo sin abandonar su propio país, quizá centrada en otros aspectos de su empresa como en la diversificación de su propio catálogo. Lo que al principio fueron teléfonos ahora son televisores, baterías, pulseras, routers, auriculares, portátiles e incluso discutibles clones del famoso Segway. ¿Quien mucho abarca poco aprieta?

Mientras todo eso ocurría, Xiaomi perdía fuelle en el sector que, hoy por hoy, es el auténtico rey de la tecnología: los smartphones. Hugo Barra llegó a Xiaomi en 2013 y el brasileño aún no ha logrado aquello para lo que supuestamente se le fichó. Xiaomi sigue siendo muy difícil de comprar lejos de China. Confiemos en que eso se solucione a no mucho tardar pues la compañía china puede acabar siendo aquello que nunca quiso ser: irrelevante.

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