Los números de Xiaomi son noticia casi siempre, y no es para menos. El fabricante chino se ha plantado entre los gigantes en relativamente poco tiempo (viendo la larga trayectoria de éstos) y hace algo más que carraspearles. Hace poco os hablábamos de este ascenso y de cómo cada vez se ha ido llevando más trozo de ese suculento pastel que es la cuota de mercado. No obstante, desde Business Insider informan de que puede que no todo sea de color de rosa en Xiaomi.
En la web se hacen eco de los datos que publica TrendForce, en sobre las ventas que se esperan del fabricante chino para este 2015, siendo para ellos un total de 70 millones de unidades. Una cantidad nada despreciable pero que queda por debajo de lo estimado para uno de sus rivales directos, Huawei, para la que se calculan 110 millones de unidades vendidas.
¿Y a qué vienen las alarmas? Bueno, quizás no sea una alarma como tal o no tan significativa como otros descensos prolongados en ventas que hemos visto este año, pero de cumplirse la previsión de TrendForce significaría que se han vendido 20 millones menos de unidades que el pasado año, en el cual Xiaomi logró superar los 60 millones. De este modo quedaría aún más lejos su meta de llegar a los 100 millones de unidades vendidas, objetivo que reafirmaron en marzo.
Además de la estimación de TrendForce, como decíamos hace unos días en Canalys apuntan que las ventas del fabricante para el tercer trimestre de 2015 han disminuido con respecto a las del mismo periodo en 2014, dándose por primera vez un descenso en este sentido. La compañía aún no ha confirmado nada a este respecto, pero según TechInIndia varias fuentes apuntan a que será así.
¿Qué es lo que ha fallado?
De la estrategia de Xiaomi hemos hablado numerosas veces y no hay fórmula mágica ni ingrediente secreto: teléfonos (muy) económicos y de calidad. Un low-cost con clase capaz de toserle a los gigantes salpimentado con los guiños e “inspiraciones” a Apple que la empresa ha negado y con la contratación de un experimentado Hugo Barra que fue más que una declaración de intenciones no a China, sino al mundo.
Pero, pese al obvio logro de estar donde están en un mercado altamente (y cada vez más) competitivo, una vez se llega arriba hay que mantenerse y no es fácil, y menos cuando te planteas objetivos nada modestos. En julio Xiaomi había vendido unos 34,7 millones de unidades, a mitad de año y sólo tres meses después de que Lei Jun anunciase que la intención no era llegar a los 80 sino a los 100 millones.
La dispersión y el “más de lo mismo”
Así, este descenso se atribuye entre otras cosas a la necesidad de renovación, algo de lo que ya había signos hace unos meses y que tiene relación con una competencia en aumento que consolida un amplio y variado abanico de opciones con las que competir tanto a nivel de prestaciones como de precio. Meizu, Oppo, una One Plus cuyo único producto es la representación del principio que comparten ambos fabricantes y una serie de fabricantes más tanto en China como en India y otros países.
Unos rivales que se han multiplicado en todos los niveles, ya no sólo en terreno flagship o baja gama. Y puede que la ampliación de la empresa, tanto a nivel de catálogo de terminales como en cuanto a familias de productos (routers, televisores, etc.), haya influido en los números totales. Una dosificación de esfuerzo y fondos que podría haber repercutido en el resultado final de los productos en su línea de móviles y haberse traducido en este descenso.
Una presencia internacional que se hace esperar
Ser profeta en tierra propia no es fácil pero serlo en tierras ajenas tampoco resulta mucho más sencillo. Xiaomi ya dejó de ser una empresa exclusivamente local para sumergirse en países tan jugosos como India o Brasil, pasando por Singapur, Malasia, Indonesia y Filipinas. La empresa cruzó el charco no sólo para quedarse en Sudamérica, sino que según Barra la intención es llegar a México, además de otros países asiáticos como Tailandia y Vietnam.
De momento sigue siendo un plan, una intención que de hecho no sólo queda en esos países, sino que el fabricante se marca el objetivo de llegar a Estados Unidos según afirmo Bin Lin, co-fundador de Xiaomi, recientemente. Aquí el verdadero escollo a saltar sea probablemente una intensa guerra de patentes y diseños para la que Apple (y especialmente Ive) lleven tiempo preparándose.
Un primer bache en un ascenso ejemplar
Xiaomi ha pasado de ser un fabricante local chino a estar entre las cinco startups con más valor a nivel mundial. Algo que no logra cualquier empresa, pero cuya idea (que tampoco era original) si han adoptado muchos más y están sabiendo llevar a cabo de manera que al menos logran hacerse su pequeño hueco en el mercado. El descenso de este trimestre con respecto al año pasado es, de momento, un primer cambio en la tendencia.
Lo que está claro es que el fabricante no se amedrenta y, todo lo contrario, apuesta fuerte por su línea de móviles con alternativas que se sitúan a la altura de las propuestas de otros pesos pesados. Ejemplo de ello es el Xiaomi Mi4c, un terminal doble SIM y 3.000 mAh por unos 260 euros que se codea con el LG G4, el buque insignia de LG para este año, en cuanto a especificaciones.
Su catálogo presenta opciones para muchos perfiles de clientes y aquello de competir sólo a nivel local queda cada vez más atrás, ampliando tanto sus fábricas como sus distribuidores oficiales. Veremos si en los resultados de venta del próximo trimestre Xiaomi se recompone de esta primera bajada en su meteórico ascenso.
Gráficos | Canalys, Tech Thoughts
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