La evolución de los Xiaomi Redmi Note 4 a los Note 5: la generación que elevó el listón

Hace ya tiempo que Xiaomi riega sus gamas medias con la familia Note, una que se sitúa por encima de las Redmi clásicas, estableciendo un escalón más alto tanto en precio como en especificaciones, y diferenciándose de los Mi, que juegan en otras ligas tanto por marca como por promoción. Los últimos en llegar, los Redmi Note 5 con el nuevo Note 5 Pro, una importante subida de la apuesta de los chinos.

Estamos aquí no para anunciar la gama, algo que ya hicimos esta misma mañana, sino para comprobar la evolución. Vamos a ver cómo ha cambiado el panorama de estas gamas medias en sólo un año, desde que los Redmi Note 4 pisaron el mercado. Además prestaremos especial importancia al Note 5 Pro, no sólo por ser el más potente sino por ser el elegido para pisar suelo internacional.

La pantalla se alarga

El gran cambio estético que marca la nueva generación de los Redmi Note es el que tiene que ver con su pantalla, y no tanto con el tamaño de su cuerpo. Vivimos en una época en la que los paneles 18:9 surgen con fuerza pero todavía tenemos muchos 16:9 en circulación, en el futuro seguramente los recordemos como algo del pasado. Ahora priman los marcos reducidos y los ratios 2:1.

Los Note 5 y Note 5 Pro se suben a este carro, y dejan atrás las 5,5 pulgadas con 16:9 que disfrutaban en la anterior generación. No cambia la resolución, sólo se estira el panel. Eso hace que el salto de 5,5 a 6 pulgadas producido en esta generación mantenga el FullHD, pero con el apellido Plus. Mismo año, 1080 píxeles, pero distinta altura. De 1.980 pasamos a 2.160, el doble de alto que de ancho.

No cambia nada más en el panel, por cierto. Seguimos estando ante un IPS LCD, seguimos teniendo los 450 nits de brillo máximo de la anterior generación y la densidad de pantalla, aunque se alarga la diagonal, permanece en 400 píxeles por pulgadas. Cosas de la aritmética. Este cambio, además, sólo reduce marcos pero no genera otros cambios de diseño pues el lector de huellas ya era trasero en el Note 4.

La potencia se actualiza

Xiaomi ha bailado en muchas ocasiones entre MediaTek y Qualcomm, y con el nuevo salto generacional lo ha hecho de nuevo. En el Note 3 tuvimos Snapdragon 650, en el Note 4 pasamos a un Helio X20 de MediaTek y ahora volvemos a los americanos. Concretamente tenemos un Snapdragon 625 en el Note 5 y un Snapdragon 636 en el Note 5 Plus.

El cambio es significativo. El Snapdragon 625 ha mostrado su solvencia en los Xiaomi Mi A1 y Xiaomi Mi 5X dentro del catálogo del fabricante, y aunque se han perdido núcleos por el camino, de 10 a 8, se gana en compatibilidad con posibles ROMs, algo que seguramente agradezca la comunidad de cocineros.

En el caso del Xiaomi Redmi Note 5 Pro, al ser nuevo cambia la historia. La apuesta sube aún más, este modelo no existía en la generación anterior y en ésta se sube al Snapdragon 636. Ocho núcleos de Qualcomm, núcleos Kryo personalizados y que ofrecen carga rápida como en su hermano menor. Pero hay un salto: de Quick Charge 3.0 pasamos a Quick Charge 4.0. El Pro se diferencia aún más.

Sobre las memorias, es conveniente tener presente de qué hablamos cuando nos referimos al Note 4 y a los nuevos Note 5, pues lo lógico es que convivan durante algún tiempo. El Note 4 disfrutó de 3GB y 4GB de RAM, y su memoria interna contaba con dos opciones adicionales: 16GB y 64GB, ambas con microSD.

La tarjeta desaparece en la nueva generación y pasamos a nuevas configuraciones de memorias. El Note 5 llega en dos modelos, 3GB/32GB y 4GB/64GB, mientras que para el Note 5 Pro habrá aún más. El modelo básico de 4GB/64GB se equipara al superior del Note 5 pero habrá uno aún más solvente, el de 6GB de RAM y 64GB de memoria. El primer Redmi en contar con 6GB de RAM, todo un logro y destinado al público internacional.

La cámara se duplica en el Pro internacional

En el apartado fotográfico también ha habido cambios, y de nuevo el gran beneficiado será el mercado internacional. En el Redmi Note 4 teníamos 13 megapíxeles traseros y 5 megapíxeles frontales, con los modos de belleza clásicos de Xiaomi y flash LED en la trasera. Para el Redmi Note 5 bajamos a 12 megapíxeles traseros con flash LED, y otro flash LED se une a los 5 megapíxeles del frontal. Selfies iluminados.

La gran ventaja llega en el Pro. No se compara con ningún hermano de generaciones anteriores pero sí con el Mi A1, por ejemplo. La doble cámara llega a los Redmi Note y lo hace con 12 y 5 megapíxeles traseros, con aperturas f/2.2 y f/2.0. Zoom óptico y, de regalo, el modo Estéreo de desenfoque selectivo. La forma en que en Xiaomi llaman al comúnmente conocido como modo retrato.

En cuanto al sensor de esta cámara doble trasera, tenemos una interesante pieza de Sony. El IMX486 es el elegido para el sensor de 12 megapíxeles del Redmi Note 5 Pro, mientras que los 5 megapíxeles corren por cuenta de Samsung. Y para su frontal, un Sony IMX376 con una potencia sin precedentes en Xiaomi.

El premio para el frontal. Si el Note 5 tiene 5 megapíxeles, el Note 5 Pro sube hasta los 20 megapíxeles, también con flash LED para echarnos una mano en situaciones de baja luz. Sin duda un equipo fotográfico a tener en cuenta que esperamos poder probar lo antes posible. Los Redmi Note se suben con este 5 Pro al carro de los desenfoques, bienvenidos al presente de la fotografía en las grandes ligas.

Redmi Note 4 vs Redmi Note 5, las especificaciones

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