Seguramente si hablamos de ZTE a muchos les suene a chino, nunca mejor dicho. Pero si añadimos que este fabricante asiático se ha situado como el quinto mayor fabricante de dispositivos móviles, las cosas toman otro tinte. Sobre todo debido a la repercusión que ha tenido en el sector de las telecomunicaciones la negativa de la compañía a comenzar a distribuir terminales con Windows Phone 7 como plataforma dada el impacto mínimo que dicho sistema ha tenido en el mercado hasta el momento traducido en una baja demanda por parte del público, según palabras de sus responsables.
A pesar de que el fabricante chino reconoce disponer de prototipos equipados con la plataforma móvil de los de Redmond, al igual que otras compañías permanecen expectantes ante lo que Microsoft y Nokia puedan llevar a cabo en un futuro inmediato, cuyos resultados posiblemente veamos poco antes de finalizar el presente año.
Aunque Ballmer y compañía parezcan no preocuparse por la decisión de ZTE ante la paralización de sus desarrollos, sobre todo a tenor por los últimos acontecimientos junto al afamado fabricante finlandes, la posición de la compañía asiática podría ser imitada por otros fabricantes que pudieran barajar la posibilidad de diferenciarse en el mercado optando por una plataforma diferente a la más que popular Android.
Pocas opciones restan en el actual panorama ante la tendencia de las grandes compañías por hacerse con sus propias plataformas, tratando así de desarrollar tanto hardware como software con el fin de asegurar el óptimo rendimiento del producto. Sin embargo, las pocas opciones de personalización de Windows Phone 7, sólo permitidas ahora en los futuros terminales de Nokia, puede formar parte del escollo que frene la expansión del sistema operativo y su implantación en teléfonos de otras marcas.
Vía | IntoMobile.