Apple llevaba años sin que nadie le ganase en potencia. Tuvo que venir el Snapdragon 8 Elite para bajar al iPhone del trono

Finalmente ha pasado: Qualcomm consiguió adelantar a Apple en uno de los puntos donde los procesadores de iPhone se resistían, la potencia bruta. Tras haber probado mi primer Snapdragon 8 Elite, y después de haber comparado los resultados de benchmark con mi iPhone 16 Pro, constaté el adelantamiento en cifras brutas. Especialmente en multinúcleo.

No hay duda de que Apple supo cómo rentabilizar los diseños de ARM para llevar la arquitectura hasta cotas que nadie imaginaba. Núcleos custom para CPU y GPU, mejoras en el proceso de fabricación gracias a la colaboración con TSMC y un rendimiento multitarea que también elevó los gráficos en 3D. Qualcomm, por su parte, se empeñó año tras año en superar a Apple con el Snapdragon de turno. El nuevo Elite es el elegido.

Qualcomm logra un procesador de Android capaz de batir al iPhone en benchmarks

Cuando me enfrenté al análisis del Nubia Z70 Ultra no sólo tenía curiosidad por cómo sería el teléfono en su conjunto, una de mis primeras pruebas fue la de comparar su Snapdragon 8 Elite con el A18 Pro del iPhone 16 Pro. Sabía que los resultados iban a estar más cerca que nunca, no en vano los núcleos Oryon, estrenados este año en la arquitectura smartphone, habían dado muy buenos resultados en PC. Las expectativas estaban altas.

Tras los pertinentes minutos de análisis, todas las pruebas arrojaron cifras concluyentes: en lo que respecta al rendimiento puro y duro, Qualcomm ha logrado superar a Apple. De hecho, los Android premium de este año tienen más potencial que nunca para convertirse en auténticos PCs ARM. Lástima que gran parte de las marcas no incluya un modo nativo de escritorio (algo que también podría hacer Apple, por otra parte).

Tras la batería de pruebas realizadas a los protagonistas, el Nubia Z70 Ultra y el iPhone 16 Pro, me topé con la siguiente comparativa. Los números son la mejor demostración objetiva de la superioridad de Qualcomm.

Sí, Qualcomm logró por fin superar a Apple en potencia bruta, pero eso no significa que sean mejores en todos los escenarios. Bajo mi experiencia, he notado al Snapdragon 8 Elite más caliente bajo presión (la disipación pasiva del móvil influye), me pareció algo mayor su consumo y se enfrenta a un inconveniente que iOS no sufre en tanta medida: será difícil que las apps Android aprovechen el SoC en su totalidad. Por su parte, he apreciado al A18 Pro algo más contenido en consumo energético con la pantalla apagada.

A nivel práctico, y durante la experiencia diaria, tampoco existen exageradas diferencias entre uno y otro. Aquí es donde cada fabricante puede marcar su territorio.

Mayor potencia bruta no implica que sea mejor

Un multiprocesador incluye infinidad de sistemas en un único chip, no sólo se dirige a ofrecer una CPU con GPU integrada. En este sentido, poco importa que un móvil rompa la barrera en benchmarks si después no sabe cómo aprovechar esa potencia. Además, la mayor parte del tiempo el SoC funcionará bajo mínimos para así gastar la mínima energía posible.

Los benchmarks sirven para sacar pecho, eso es indudable, aunque hay un aspecto donde sí terminan marcando la diferencia: el largo plazo. Cuanto mejor rendimiento ofrezcan en el presente más garantía tienen de mantenerse en forma aunque pasen los años. Ésta es la única razón por la que yo me fijaría en una puntuación de GeekBench o 3DMark: aunque la rivalidad es un aliciente, lo que quiero es rentabilizar mi compra. Por los resultados, creo que el Snapdragon 8 Elite tiene energía para rato.

Imagen de portada | Iván Linares

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