Era cuestión de tiempo que los coreanos diesen el paso. De hecho, parece que estaba previsto para meses atrás pero se vieron obligados a cambiar de planes. No una sino dos veces; la primera a causa de la doble cámara, la segunda a causa del lector de huellas bajo la pantalla. El resultado fue un lector mal colocado, pero presente, y una cámara que ha esperado al Note 8 para hacer su aparición.
Fue hace unos días, Samsung se subía al escenario de Nueva York y desvelaba el largamente filtrado Samsung Galaxy Note 8. Una de sus características estrella, la doble cámara trasera que, de forma previsible, se utilizará para poder jugar con los desenfoques. El tan preciado bokeh que todos parecen perseguir de forma desesperada. Pero el Note 8 sólo es la avanzadilla, habrá más.
Esto no ha hecho más que empezar
Eisenhower coordinaba una de las mayores operaciones bélicas que se recuerdan para que el ejército aliado pusiese el pie en la arena de Normandía, y ahora Samsung hace lo propio en el territorio de las cámaras duales. Una tendencia, ya lejos de una moda, que ha venido para quedarse. Como los móviles sin marcos. Como pronto desaparecerán los lectores de huellas. Como los tibios intentos de retirar de la circulación el jack de auriculares.
El Samsung Galaxy Note 8 sólo ha sido el primero por partida doble. El primer teléfono de la marca en portar el primer sensor doble de la marca porque Samsung, que suele operar así, ha aterrizado con material fabricado en casa. ISOCELL Dual se llama la criatura y pronto lo veremos expandirse por todo el catálogo del fabricante. Y así es como debe ser.
Parece que el primero será el Samsung Galaxy J7+, un móvil que ya ha asomado la patita por debajo de la puerta y que llevará los sensores duales de Samsung a la gama media. A competir contra los LG X Cam, Moto G5S Plus, Honor 8, Xiaomi Mi 5X y compañía. Porque la batalla por la conquista fotográfica ya no sólo se libra en las altas esferas, también se combate a pie de calle.
Se rumoreaba también que el futuro Galaxy A5 de 2018 montaría una pareja de sensores más el frontal, pero los últimos benchmarks parecen desmentirlo. Ya habrá tiempo de comprobar si esto es cierto pero lógico, lo que se dice lógico, sería. Si ya está en los Note y también estará en los J, ¿van a quedarse fuera los A? Aunque si se considera un "premio" para los modelos más potentes de cada gama, quizá lo veamos en un A7 o un A5+.
Importan más los móviles baratos que los flagships
Por supuesto, nadie duda de que el futuro Samsung Galaxy S9 también contará con un par de ojos en la nuca, pero lo realmente interesante es lo que Samsung hará con el resto de su catálogo. Móviles de 200, 300 y 400 euros portando dos lentes, veremos si con el mismo propósito que el Note 8. Más de una decena de móviles cada año en el mercado, muchos con sensores gemelos.
No olvidemos que Samsung coloca cada año más de 300 millones de teléfonos en circulación, las cámaras dobles llevan tiempo aquí pero los coreanos serán muy culpables de que se establezcan como un estándar. De igual forma que nos preparamos para que los móviles sin marcos supongan un 20% del mercado a finales de 2018, deberíamos hacerlo con las dobles cámaras.
Cada fabricante les dará el toque que quiera darles, desde fotografía 3D a desenfoques más o menos creativos, pero pronto quedarán pocos teléfonos con un único sensor en la espalda. Habrá alguna resistencia, claro está, como la hubo en otros cambios. Pero si el modelo fotográfico de la doble lente triunfa, y todo parece indicar que lo hará, al final la conquista será plena. Y un 22% de ellos será de Samsung.
En Xataka Móvil | Samsung Galaxy Note 8: el mayor móvil sin marcos de Samsung quiere hacer las mejores fotografías
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