Del Galaxy A7 al Galaxy A8: esto es todo lo que ha cambiado

Ni un año ha pasado desde que Samsung nos presentase oficialmente a su Samsung Galaxy A7 2017 y ya tenemos aquí a su digno sucesor, el Galaxy A8 (2018) que además llega con un hermano guapo del que presumir, el Galaxy A8+ (2018). De este modo, el tridente A3, A5 y A8 podría no tener ya cabida en el mercado, siendo sustituido por esta pareja.

Cambios interesantes respecto al modelo anterior entre los que se incluyen una pantalla de aspecto 18:9 y una cámara dual en el frontal, que llegan para darle mucha fuerza a la gama media de la compañía coreana. Y es no podemos obviar que el nuevo el Galaxy A8 (2018), supera a sus predecesor en muchos de los elementos claves del mercado móvil actual como la pantalla, la potencia o el equipo fotográfico. Vamos a echar un vistazo para ver todo lo que ha cambiado entre ellos.

La pantalla crece y el sensor se desplaza

Como decimos, hay una evolución en el modelo nuevo que claramente se deja llevar por la tendencia del mercado, y no hace falta más que mirarlo para darse cuenta de ello. Si comenzamos por el diseño, observaremos que los materiales son prácticamente los mismos, pero no tanto el aspecto.

Para empezar iremos a la pantalla, que pese a seguir siendo una Super AMOLED, crece hasta los 18:9, lo que conlleva una reducción de marcos muy importante con su correspondiente aprovechamiento del frontal. Concretamente el A8 lleva el porcentaje de aprovechamiento del frontal hasta el 81,9% frente al 73,5% del A7 2017 de Samsung.

Este aprovechamiento del frontal conlleva también otro cambio importante en términos de diseño, cuyo protagonista es el sensor de huellas. Y es que este elemento abandona la cara del terminal para situarse en la trasera, justo debajo de la cámara (y no junto a ésta como en los últimos Galaxy y Note).

Dualidad para selfies

Pese a que en el A7 ya se había otorgado protagonismo al tema de los selfies, (incorpora un sensor de 16 megapíxeles y apertura f/1.9) en el nuevo A8 la cámara frontal da un paso más y se sube al carro de la dualidad tan de moda en estos tiempos. De este modo nos encontramos con un sensor de 16 megapíxeles al que le acompaña otro de 8 y una apertura f/19.

Esto en términos de resultados se traduce en selfies más brillantes, con modo retrato y efecto bokeh. En cuanto a la cámara principal, ésta se mantiene 16 megapíxeles como su predecesor, aunque la apertura aumenta hasta f/1.7, por lo que sobre el papel, debería ofrecer resultados mucho más luminosos.

Más potencia, menos mAh

Ya hemos visto los cambios externos y en términos fotográficos pero las entrañas también llegan de manera diferente, concretamente, mucho más vitaminadas. Comenzando por la potencia, pasamos de un procesador Exynos 7870 a un posible Exynos 7885 (aún está pendiente por confirmar) al que acompaña una RAM que sube desde los 3GB hasta los 4GB (y 6GB en el caso del Galaxy A8+).

La memoria de almacenamiento también se eleva ofreciendo una configuración con 64 GB, mientras que la autonomía se mantiene igual (3.500 mAh) en el caso de la versión A8+, pero disminuye hacia los 3.000 mAh en la versión normal, algo que no necesariamente significa menos autonomía.

Como vemos, bastantes diferencias entre estos dos terminales, y sobre todo, diferencias que claramente están guiadas por la tendencia del mercado, algo que nos hace intuir que el nuevo terminal podría convertirse no solo en un digno sucesor del Galaxy A7, sino también en un interesante representante de la gama media de Samsung para este año.

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