No hemos dejado de hablar del Galaxy Note 7 en ningún momento durante el último año, todo a causa de un mal comienzo que se prolongó en el tiempo. El teléfono se presentó, se puso a la venta, comenzó a sufrir problemas de baterías y todo el asunto duró hasta la llegada de la nueva edición, sólo para Corea, con algún cambio mínimo.
Tanto es así que el Samsung Galaxy Note 8 aterrizó hace unos días en el mercado y daba la sensación de que no habían transcurrido los doce meses de rigor. Pero ha sido así y el nuevo teléfono ha traído más novedades de las habituales, propiciadas por un cambio estético que está marcando los últimos diseños de Samsung. Veamos qué ha cambiado exactamente de un año a otro.
La pantalla, el gran cambio estético
Samsung anda sumido ahora mismo en un profundo cambio que ya ha afectado a tres de sus terminales. Tanto la pareja de Galaxy S8 como el reciente Galaxy Note 8 han adoptado ya pantallas infinitas; un nombre comercial para definir cómo entienden las pantallas prácticamente sin marcos en Samsung, aunque sin llegar a los niveles de los Mi Mix de Xiaomi, que juegan en otra liga por ahora.
Relaciones de aspecto de 18,5:9, alargadas, con resoluciones por encima del QHD. Concretamente de 2.960 x 1.440 píxeles. El Note 8 la porta y el Note 7 se quedó fuera de la nueva tendencia, de ahí el mayor cambio entre ambos teléfonos. El pasado año teníamos 5,7 pulgadas y este año 6,3 pulgadas, con 400 píxeles más de altura.
Además, la introducción de esta pantalla, que mantiene los dos laterales curvos que ya adoptó el Note 7 el pasado año, ha supuesto otro gran cambio en diseño que ya en el S8 no fue el mejor recibido. Con el crecimiento de la pantalla, el lector de huellas ha pasado a la espalda y se ha colocado junto a la cámara, necesidades de espacio.
Lo más destacado, gracias a haber restado tal cantidad de marcos, es que la ganancia en pantalla se ha conseguido haciendo crecer el cuerpo bastante poco en proporción. El nuevo Note 8 ahora mide 162,5 milímetros de alto frente a 153,5 milímetros del Note 7, y sólo es 0,7 milímetros más grueso: 8,6 milímetros. El peso sí ha crecido, 27 gramos más hasta los 195 gramos.
Año nuevo, potencia actualizada
Los móviles evolucionan y con ellos van los procesadores, de ahí que el año transcurrido entre el Note 7 y el Note 8 se traduzca en dos nuevos procesadores al frente. Del Snapdragon 820 y el Exynos 8890 pasamos al Snapdragon 835 y al Exynos 8895. Una nueva generación, formas más eficientes de hacer las cosas.
Fijándonos únicamente en el terminal más distribuido, el que porta el procesador Exynos, se ha pasado de ocho núcleos a 2,3GHz y 1,6GHz a una configuración parecida en 2,3GHz y 1,7GHz, con la salvedad de que el nuevo procesador es de 10 nanómetros y sobre el papel consume menos energía que el de la generación pasada.
También ha habido cambios en la memoria. Mientras que los 64GB de base son idénticos para ambos modelos, el nuevo Note 8 llega con 6GB de RAM de serie frente a los 4GB del Note 7. No tendremos que esperar a una versión especial para China o Corea del Sur para hacernos con esa cantidad de RAM, lo cual es de agradecer.
De todas formas, ya hay rumores de que un par de modelos extra del Note 8 vendrían de camino al mercado. Uno con 4GB de RAM, que equipararía su potencia bastante más al Note 7, y otro aún mayor con 8GB de RAM con el objetivo de ser, gracias a DeX, un móvil más orientado al perfil profesional. O eso creemos.
Hola, doble cámara
El otro gran cambio que llega con el Note 8 es que Samsung ha dado finalmente el salto a las cámaras duales. Parece que el S8 estaba ya preparado para hacerlo pero finalmente no lo hizo. Así que los sensores ISOCELL Dual se presentaron hace algunas semanas y ya han debutado. El Note 8 tiene dos ojos en la espalda.
En el Note 7 encontrábamos un sensor trasero f/1.7 de 12 megapíxeles, uno con lente de 26 milímetros y enfoque por detección de fase, además de contar con estabilización óptica y flash LED. Para la nueva generación se ha optado por una pareja de 12 megapíxeles, uno en 26 milímetros y otro en 52 milímetros. De ahí que aterrice el zoom óptico.
Con un sistema casi idéntico al del iPhone 7 Plus, el primero que optó por las diferentes distancias focales para ofrecer zoom sin deterioro, el Note 8 además ha añadido un segundo estabilizador óptico al equipo. Así tendremos una lente f/1.7 y otra lente f/2.4 cuyo objetivo principal es el de "leer" el fondo para ofrecer un mejor desenfoque por software.
Este efecto se consigue gracias a la inclusión del modo Live Focus en el software de la cámara del Note 8. Aprovechando ambas lentes, podremos decidir el nivel de desenfoque del fondo con respecto al primer plano. No es exactamente un modo Retrato como tal, pero sí se trata de la interpretación de este modo por parte del fabricante coreano.
La cámara frontal también ha dado un paso adelante en esta generación. Pasamos de 5 megapíxeles f/1.7 a 8 megapíxeles con idéntica apertura. Más tamaño de fotografía para recortes y, sobre todo, más resolución para videollamadas, pues ahora tendremos 4K frontal. Así pues, un único año de diferencia pero el potencial fotográfico entre ambos modelos ha aumentado considerablemente. Habitual cuando se adopta un nuevo sistema como el de las cámaras duales.
La batería ha encogido
Uno de los últimos cambios apreciables entre la pasada generación y la nueva en el mundo de los Galaxy Note. La batería del pasado modelo fue de 3.500 mAh mientras que la nueva sólo llega a los 3.300 mAh pese a contar con un cuerpo mayor y más grueso en el que insertarla. La razón, lógicamente, no repetir la problemática del pasado año que causó las distintas deflagraciones que acabaron con el modelo de forma casi definitiva.
Casi definitiva, porque el Note 7 tuvo una segunda vida en Corea del Sur como un Galaxy Note 7 Fan Edition que también redujo esta batería hasta llegar en esta ocasión hasta los 3.000 mAh. Así pues, hay dos formas de verlo. La batería ha perdido 200 mAh en un año o ha ganado 300 mAh desde julio. Afirma Samsung que el nuevo procesador consume menos y su batería debe aguantar, la pondremos a prueba como merece.
En cuanto al resto del teléfono repiten el lector de huellas y el chip NFC, también el puerto USB tipo C y se adopta el estándar Bluetooth 5.0, aunque por ahora haya pocos accesorios compatibles. Aunque la gran diferencia entre ambos modelos es que no habrá dudas sobre cuál comprar pues el primer Galaxy Note 7 ya no está a la venta. Así de sencillo.
Pequeñas evoluciones menores en determinados apartados, grandes saltos como el de la cámara o la pantalla infinita. Así ha pasado la gama Note del 2016 al 2017. Un novísimo y gran teléfono que ya habrá tiempo de medir con su competencia para saber si es o no el mejor de la temporada. Lo que es seguro es que será uno de los más caros: 1.010,33 euros de partida.
Samsung Galaxy Note 7 vs Galaxy Note 8: las especificaciones técnicas
Samsung Galaxy Note 7 |
Samsung Galaxy Note 8 |
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Pantalla |
Super AMOLED 5,7 pulgadas QHD |
Super AMOLED 6,3 pulgadas QHD+ |
Procesador |
Exynos 8890 o Snapdragon 820 |
Exynos 8895 o Snapdragon 835 |
RAM |
4GB |
6GB |
Memoria interna |
128GB más microSD |
64GB más microSD |
Cámara trasera |
12 megapíxeles f/1.7 |
12 + 12 megapíxeles f/1.7 y f/2.4 |
Cámara frontal |
5 megapíxeles f/1.7 con autofocus |
8 megapíxeles f/1.7 con autofocus |
Batería |
3.500 mAh con carga rápida e inalámbrica |
3.300 mAh con carga rápida e inalámbrica |
Sistema operativo |
Android 7.1.1 Nougat bajo TouchWiz |
Android 7.1.1 Nougat bajo TouchWiz |
Otros |
Lector de huellas dactilares |
Lector de huellas dactilares |
Dimensiones y peso |
153,5 x 73,9 x 7,9 milímetros |
162,5 x 74,8 x 8,6 milímetros |
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