Aunque por el momento ningún estudio científico «serio» ha demostrado que la radiación emitida por nuestros teléfonos móviles sea perjudicial para nuestra salud, es evidente que todos preferimos que sea lo más baja posible. De medir este parámetro se encarga el SAR, acrónimo en inglés del término Specific Absorption Rate, que podemos traducir como «tasa de absorción específica».
El SAR nos indica cuánta energía de radiofrecuencia absorbe nuestro cuerpo mientras utilizamos nuestro teléfono móvil. Las cifras que suelen indicarnos los fabricantes suelen ser superiores a las reales porque habitualmente los teléfonos no necesitan usar la máxima potencia para acceder a las redes. De hecho, utilizan la mínima posible. En cualquier caso, cuanto más baja sea, mejor. Y parece que el inminente Galaxy S6 Edge de Samsung tendrá un valor SAR realmente bajo.
Curiosamente, aunque aún no tenemos oficialmente datos acerca de este móvil de alta gama de la marca surcoreana sí sabemos que los dos modelos que posiblemente llegarán al mercado europeo, el SM-G925F y el SM-G925FQ, tendrán un SAR de 0,306 W/Kg, un valor que está muy por debajo de los 1,6 W/Kg estipulados como máximo por la Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense (FCC).
Lo interesante es que conocemos estos datos porque los ha publicado la propia Samsung en su página web, probablemente por error. En cualquier caso, es una muy buena noticia que el nivel de emisión de radiación de los nuevos teléfonos móviles sea cada vez menor. De hecho, no estaría nada mal que, además de competir por meter cada vez más núcleos en los SoC y montar paneles con resoluciones excesivas para la pantalla de un móvil, también compitan para ver qué marca cuida más nuestra salud.
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