El principal problema del Galaxy S8 tiene nombre y apellidos: Samsung Galaxy S7

El Samsung Galaxy S8 ya está aquí y se pondrá a la venta a finales de mes. El principal candidato a convertirse en smartphone del año no sólo tendrá la genética de su parte sino también un ingente apoyo de marketing que los coreanos ya empiezan a desplegar. En televisión ya pueden verse anuncios avisando de la reserva anticipada. Samsung no parece que vaya a reparar en gastos.

La competencia en este ejercicio tampoco pondrá las cosas fáciles. Ni LG con su LG G6 con pantalla 2:1 y muy buenas críticas, ni Huawei con sus P10 y P10 Plus a un precio bastante tentador, ni tan siquiera el futuro Xperia XZ Premium, aunque tengamos que esperar por él. Tampoco Apple, por supuesto, aunque el iPhone 7 no entrará en la guerra de precios, iOS no es Android.

Generaciones demasiado parejas

El principal escollo que encontrará el Galaxy S8 para vender lo que aspiran a vender se llama Samsung Galaxy S7, y es que el terminal de los coreanos de la pasada generación no está envejeciendo de forma notable y su precio sí se está reduciendo a pasos agigantados. Ahora, a menos de un mes de la salida del S8 al mercado, el S7 está a casi la mitad de precio que la nueva generación. Algo que lo convierte en una tentación difícil de resistir. Con el S7 Edge pasa casi lo mismo.

Esto mismo, aunque no personificado en el catálogo de Samsung, lo comentamos hace varias semanas cuando analizábamos si merecía la pena abalanzarse sobre las gamas altas con Snapdragon 821, las protagonistas del cierre de 2016 con la excepción del HTC U Ultra y el LG G6, o si era más conveniente esperar algo más de tiempo y hacerse con un dispositivo con el Snapdragon 835.

El salto entre generaciones que hemos vivido este año dista de ser algo impresionante, y prueba de ello es que el S8 parece una evolución del S7, no un salto cualitativo que quite el aliento.

Es, con algunos matices, lo mismo que nos encontramos cuando observamos tanto el Galaxy S7 del pasado año como el Galaxy S8 de éste. Incluyendo, por supuesto, las dos versiones de pantalla grande, el Edge de 2016 y el Plus de 2017. Recordemos que este año, al tener ambos una pantalla curva, el apellido Edge ha pasado a la historia en la gama S de Samsung.

Llevamos ya algunas semanas viendo cómo salen a la luz distintos benchmarks comparando el Snapdragon 835 con sus antecesores, e incluso viendo cómo la versión Exynos del S8 parece batir a la versión con procesador Qualcomm. Sobre el papel las nuevas generaciones siempre ganan, pero ¿tanto se aprecia la diferencia una vez tenemos el dispositivo en la mano?

El salto cualitativo no ha sido "bestial"

Lo cierto es que este 2017 no se recordará por haberse producido un salto brutal en calidad de un año hacia el siguiente. 2016 sí fue un gran año en términos evolutivos, con dispositivos de muy alto nivel como el Huawei P9 estrenando doble cámara, como el iPhone 7 Plus maravillando con su modo retrato o como la propia Samsung corrigiendo gran parte de los defectos de su S6 con un Galaxy S7 que es, a día de hoy, aún un magnífico teléfono.

Esto va en contra de Samsung, pues aunque sobre el papel el S8 será mejor que el S7, algo que parece lógico, existe poca justificación que invite a invertir casi el doble en el nuevo teléfono. Sobre todo después de que la maquinaria de marketing de la propia Samsung nos grabase el S7 a fuego en el cerebro, más aún tras la debacle de un Note 7 que obligó a seguir fabricando S7s como si no hubiese mañana.

Samsung cometió "un error" haciendo el Galaxy S7 demasiado bueno. Ahora el hermano menor puede ser una piedra en el zapato del Galaxy S8.

Comparando ambos modelos de forma directa, el Galaxy S8 será mejor en rendimiento, para quien valore esas décimas a máxima potencia, y será mejor en cuanto a tamaño de pantalla pero no en cuanto a densidad. Todavía falta por comprobar cuánto ha evolucionado su cámara, y la batería sobre el papel parece ligeramente más pobre que la del Galaxy S7. Samsung cometió un error el pasado año, bendito error, y ése fue el de hacer un Galaxy S7 demasiado bueno.

Para muestra, un botón, veamos ambos modelos cara a cara.

Galaxy S8/S8+

Galaxy S7/S7 Edge

Pantalla

S8: Super AMOLED dual-edge, 5,8 pulgadas, 2.960 x 1.440 píxeles (18,5:9) S8+: Super AMOLED dual-edge, 6,2 pulgadas, 2.960 x 1.440 píxeles (18,5:9)

S7: Super AMOLED 5,1 pulgadas, 2.560 x 1.440 píxeles S7 edge: Super AMOLED dual-edge, 5,5 pulgadas, 2.560 x 1.440 píxeles

Procesador

Samsung Exynos 8895 octa-core 2.3/1.7 GHz Snapdragon 835 octa-core Kryo

Samsung Exynos 8890 octa-core 2.3/1.6 GHz Snapdragon 820 quad-core Kryo

RAM

4GB

4GB

Almacenamiento

64GB (UFS 2.1) + MicroSD

32/64GB + MicroSD

Seguridad

Lector de huellas, reconocimiento facial y escáner de iris Samsung Pass y Carpeta segura

Lector de huellas Samsung Knox

Cámaras

Trasera: 12 MP, AF Dual Pixel, f/1.7, OIS, vídeos 4K Frontal: 8 MP, AF, f/1.7

Trasera: 12 MP, AF Dual Pixel, f/1.7, OIS, vídeos 4K Frontal: 5 MP, f/1.7

Conectividad

LTE Cat 16, WiFi ac, Bluetooth 5.0, ANT+, GPS, USB-C, minijack

LTE Cat 9, WiFi ac, Bluetooth 4.2, ANT+, GPS, MicroUSB, minijack

Dimensiones y peso

S8: 148,9 x 68,1 x 8 mm y 155 gr S8+: 159,5 x 73,4 x 8,1 mm y 173 gr

S7: 142,4 x 69,6 x 7,9 mm y 152 gr S7 edge 150,9 x 72,6 x 7,7 mm y 157 gr

Extras

Resistencia al agua IP68 Always On, Multi-Window, Apps edge Asistente Samsung Bixby con botón dedicado Samsung DEX

Resistencia al agua IP68 Always On, Multi-Window, Apps edge

Batería

3.000 /3.500 mAh Carga rápida y carga inalámbrica

3.000 /3.600 mAh Carga rápida y carga inalámbrica

Dependerá de los distribuidores

Si los distribuidores son hábiles, el Samsung Galaxy S7 puede convertirse en todo un superventas más de un año después de su presentación, y casi un año después de ponerse a la venta. Seamos sinceros, la diferencia entre ambos terminales no es salvaje, y el S7 puede ser un obstáculo en el camino del S8, una piedra en el zapato del nuevo modelo. Una piedra fabricada por la propia Samsung.

El stock fabricado debe venderse, y Samsung fabricó muchos S7 y S7 Edge para satisfacer la demanda de un Note 7 que desapareció demasiado pronto.

Los coreanos estimaron que el Galaxy S8 sería capaz de vender 60 millones de unidades en su primer año, y para ello quieren tener fabricados 20 millones en cuanto esté a la venta y los analistas ya han rebajado esa cifra a una cantidad cercana a los 46 millones. Si el Galaxy S7 consigue hacerse fuerte, ¿en qué cifra quedarán finalmente las ventas del nuevo dispositivo?

No me cabe la menor duda, el Galaxy S7 puede ser un auténtico problema para su hermano mayor. Este año transcurrido no se ha hecho notar en rendimiento pero sí en precio, y de una forma notable. Ya veremos, a la hora de la verdad, cuántos usuarios optan por el S8 y cuántos por el S7. Aunque Samsung hará todo lo posible por centrar nuestra atención en el modelo nuevo, así como las operadoras. No podría ser de otra manera.

En Xataka Móvil | Samsung Galaxy S8, ¿hasta qué punto se distancia de la gama Note?

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