Ayer era oficial: Samsung ponía punto y final al Samsung Galaxy Note 7 retirándolo del mercado. Algo que tras un recall reemplazando los primeros terminales vendidos se iba convirtiendo en la mejor alternativa cuando los nuevos terminales seguían ardiendo. ¿Por qué sigue ocurriendo si ya no se montaban las baterías aparentemente culpables? Puede que no sea sólo la batería y haya algo más.
A falta de una confirmación oficial del problema que ha supuesto el enterramiento definitivo de una iteración, ya ha habido unidades de remplazo con los mismos problemas, por lo que puede que haya algo más allá de la batería que tenga que ver con lo que ocurre. Y según una última teoría de la que se hacen eco en PhoneArena, lo que vemos es que el hecho de que los bordes laterales del Note 7 sean curvados tanto en la parte frontal como trasera podría ser el detonante del problema.
La simetría: amiga del diseño y posible enemiga del funcionamiento
El Galaxy Note 7 logra tener la misma delgadez del Galaxy S7 siendo algo mayor en tamaño y, además, siendo muy resistente. Esto es gracias al aluminio serie 7000 que monta en los bordes, como los Galaxy S, pero además se usó un proceso térmico de construcción en 3D para lograr que hubiese espacio para el S Pen. Todo eso logrando que tanto trasera como frontal acabasen en este borde metálico curvándose y obteniendo un perfil simétrico (si vemos el teléfono desde el borde superior o inferior).
¿Y qué tiene que ver todo esto con la autocombustión de las baterías? Puede que esta conjunción de factores ocasionase una compresión que sobrepasaría lo adecuado, de modo que la estructura de las baterías se viese afectada, iniciándose el cortocircuito. De hecho, en los documentos que se filtraron de una agencia de consumidores coreana mostraban que debido a las dimensiones de las baterías de SDI no había suficiente separación entre ánodo y cátodo dándose al final el aumento exacerbado de temperatura.
Es por ello que no parece que quede sólo en un problema de las baterías fabricadas en la casa, sino que aunque las otras sean algo más compactas el diseño del teléfono estaría forzando del mismo modo la estructura de la misma. De este modo, el hecho de que las capas de aislamiento entre cátodo y ánodo estén demasiado cerca de los bordes y que al final se acabe colapsando bajo presión al aplicar el sellado para la resistencia al agua, iniciándose el cortocircuito que acaba con esa emisión de humo y el terminal quemado.
Un misterio explosivo pero complejo de resolver
Desde un principio se apuntó a que el detonante del problema, y también por el hecho de que no estuviese sucediendo en todos, es que era cosa sólo de las baterías que fabricaba Samsung y no ATL (un fabricante chino). Pero justo ayer el New York Times se hacía eco de la opinión de Park Chul-wan, director del Centro de Baterías Avanzadas del Instituto Tecnológico de Corea, que explicaba que era un problema complejo y que se había culpado demasiado pronto a las baterías.
El experto asegura que ha hablado con ingenieros de Samsung y que éstos no le han sabido explicar bien qué es lo que ha pasado, y que de momento no estaban siendo capaces de replicar el problema (algo que de tenerse claro el origen podría hacerse con relativa facilidad). De hecho, explica que replicar el problema sería más sencillo si el origen fuese la placa base o el diseño.
Se culpó con demasiada antelación a las baterías. Creo que no ocurre nada con ellas, o que no fueron el principal problema.
De momento Samsung no se ha pronunciado y esto se trata de una teoría que a priori tendría sentido, dado que afectaría a cualquier batería que se montase. Retirado el modelo del mercado faltará acabar de resolver el caso los clientes que aún tienen pendiente el reemplazo o ya tenían la segunda unidad, siendo un incidente históricamente desastroso para la marca por repercusión y costes. No obstante, parece que no afectará al lanzamiento del próximo tope de gama, veremos si se ve muy afectada o no la reputación de Samsung de parte de los consumidores.
Vía | PhoneArena
En Xataka Móvil | Samsung y el problema de las baterías del Note 7 a fondo: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
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