Seguimos con nuestro repaso a los grandes fabricantes de procesadores del mercado móvil, y tras pasar por Qualcomm toca aterrizar el tierras coreanas. Concretamente, en Corea del Sur, y visitar la historia de Samsung, el actual líder mundial en semiconductores, toda vez que rebasó el volumen de ventas de Intel, ahora en segundo puesto.
El actual líder del mercado de los semiconductores no tiene una historia demasiado larga en el desarrollo de procesadores. Para conocer su historia hemos de remontarnos únicamente hasta el año 2010, fecha en que fabricaron el primer procesador para teléfonos móviles, que al principio no tomó el nombre de su actual marca, Exynos, pero que fue renombrado a posteriori. Algo parecido a lo que hizo Qualcomm con sus Snapdragon, aunque con tres décadas menos de historia.
1938: 38 dólares y productos perecederos
La historia de Samsung, sin embargo, es mucho más larga que la de su línea de procesadores. La compañía nació de una forma bastante humilde en el año 1938, pese a que su fundador provenía de una buena familia. Aquél fue el año en el que Lee Byung-chull, con 28 años de edad, fundó la compañía Samsung en Daegu. Samsung, cuyo nombre significa "tres estrellas", se dedicó a la exportación e importación de productos perecederos, y fue fundada con sólo 38 dólares al cambio, unos 30.000 wones que le fueron prestados por su familia.
Samsung trasladó su sede más adelante, cuando Corea se independizó del imperio japonés tras la derrota de éstos a manos de los aliados en la II Guerra Mundial, y la compañía se asentó en Seúl en 1947. Allí firmó sus primeros contratos de abastecimiento con el gobierno del país, y ya contaba con bastantes más empleados. Poco tiempo pero mucha evolución les separaba de su nacimiento, con cuarenta empleados y dedicados a los comestibles y productos perecederos.
Tras aquel primer traslado, y una vez finalizada la guerra que separó a las dos Coreas, Lee Byung-chull abriría una refinería de azúcar en Buscan, y no tardaría en expandir sus negocios a los textiles y otros sectores más alejados, como los seguros, las operaciones con valores y otras ventas minoristas.
Tendría que llegar la década de los 60 para que Samsung se adentrase en la electrónica. Entonces comenzó el desarrollo de sus propios semiconductores y otros componentes electromecánicos, y en 1970, ya con las instalaciones de Suwon en pie, comenzó a fabricar y vender televisores en blanco y negro.
La década de los 70 fue la de la auténtica explosión del negocio de Samsung. Ya con un pie en la electrónica, la compañía fundada por Byung-chull, se adentró en la producción de lavadoras, y tras un par de cambios de nombre acabó convertida en Samsung Heavy Industries. Hacia finales de la década llegarían los televisores a color, los microondas y la subdivisión de la empresa en distintas ramas entre las que se encontraban fábricas de químicos y de dispositivos de precisión.
La década de los 80 sería, sin embargo, la de los cambios profundos en la empresa. Samsung se adentró en la industria de las telecomunicaciones, expandiéndose hacia los teléfonos y faxes, que finalmente desembocaron en la fabricación de teléfonos móviles. Lee Byung-chull fallecería en 1987 y, tras su muerte, Samsung se subdividió, lo que contribuyó aún más a su crecimiento internacional. Entonces, 50 años tras su nacimiento, Samsung ya era una corporación con brazos en casi todos los sectores del mercado, incluyendo la construcción.
Año 2000, procesadores coreanos con rostro griego
El primer semiconductor fabricado por Samsung tardaría en llegar, pues no aterrizó hasta el año 2000. El título de "primer SoC de Samsung" corresponde al S3C44B0, un controlador de pantallas LCD construido sobre litografías ARM 7 y que sería el primero de muchos, aún sin una marca reconocible.
De los controladores para pantallas se saltó a las gráficas y a los procesadores. Samsung fue el diseñador y fabricante del S5L8900, el incluido a bordo del primer iPhone de Apple, además de llegar en el iPod Touch de primera generación. Por aquel entonces, en el año 2007, Samsung fabricaba en 90 nanómetros y su 8900 corría a 412MHz.
Fue en el año 2010 cuando Samsung estableció, aunque con algo de retraso, su actual marca de procesadores. En aquel año, los coreanos fabricaron el Hummingbird, un procesador basado en litografías Cortex A8, con un único núcleo y una gráfica PowerVR también de desarrollo propio. El procesador se llamaría posteriormente Exynos 3 Single, aunque aún se le conoce como Exynos 3110, o como Hummingbird, como decíamos antes. Incluso hoy, aún se le relaciona con Orion, el nombre en clave que tuvo durante su desarrollo.
Pese a su origen coreano, Samsung eligió una mezcla de nombres griegos para crear su marca de procesadores. De la mezcla de "exypnos", que significa inteligente, y "praxinos", que significa verde, nació Exynos con la intención de que representase tanto los avances tecnológicos de la compañía como su compromiso con el medio ambiente.
Con la marca Exynos por bandera, Samsung comenzó una rápida expansión por el mercado. No sólo con su propia marca, que crecía en cuota de mercado con velocidad, sino también gracias a que fabricaba para otras marcas. Algo que a día de hoy sigue haciendo, pues son conocidas sus disputas con TSMC para hacerse con la fabricación de los procesadores de la serie A de Apple, o los Snapdragon de Qualcomm.
Samsung llegaría a los dos núcleos con el Exynos 2 Dual, a los cuatro núcleos con el Exynos 3 Quad y a los ocho núcleos con el Exynos 5 Octa, ya en el segundo trimestre de 2013. El Exynos 5410, ya a bordo del Samsung Galaxy S4 del año 2013, contó con un sistema big.LITTLE dividido en dos clústeres de cuatro núcleos, y mantenía los 64 bits estrenados por el fabricante unos años antes.
El último lanzamiento de la compañía dentro de sus procesadores de gama alta es el Exynos 9820, un chip de ocho núcleos que debe llegar para comandar el ejército de tres o cuatro teléfonos Galaxy S10, que debemos ver llegar en el próximo Mobile World Congress de Barcelona de 2019.
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