Uno de los lastres de Android como plataforma con respecto a sus rivales es la fragmentación debida a ese granito de software que conforman todas las versiones del sistema aún activas y que vemos cómo se mantiene año tras año. Un aspecto que, si bien supone menos barreras para lanzarse al mercado, tiene como efecto que la evolución del sistema a nivel global sea más lenta.
De esto hablamos hace unos meses, momento en el que Kit Kat y Jelly Bean se llevaban la mayor proporción de usuarios de Android con un 66,8% del total (29% y 37,8% respectivamente), muy por encima del porcentaje de usuarios con Lollipop (26,1%) y Marshmallow (0,3%). De hecho, la fracción correspondiente a usuarios con versiones de hace más de cuatro años perdura y representaba casi un 8%, porcentaje bastante por encima de la última versión del sistema (eso sí, de lanzamiento reciente en ese momento).
Esto es un aspecto de importancia relativa para los usuarios ya que no todos dan importancia a las actualizaciones de software en general o son conscientes de ella. Pero no son pocos los que ponen entre sus prioridades a la hora de elegir qué terminal comprar y que ven de manera más grave la penalización que existe en cuanto a recibir la actualización cuando intervienen fabricante y operadora. Es por ello que la Asociación de Consumidores de Holanda (Consumentenbond) empezó su campaña Update!.
Cuando la lentitud es una injusticia
La campaña Update! se trata de un programa que Consumentenbond inicia en julio de 2015 con el fin de que los fabricantes de Android informen a los usuarios debidamente sobre las actualizaciones y que éstas lleguen finalmente. Así lo explicaba Bart Combée, director de la asociación, según recogían en CIO:
Creemos que tener un dispositivo seguro y de confianza es un derecho de los consumidores. Los fabricantes deberían proveer actualizaciones para sus dispositivos al menos tras dos años de su lanzamiento.
La campaña fue el fruto de un sencillo estudio sobre 171 dispositivos Android que adquirieron desde dos años atrás que trataba de actualizar los dispositivos a medida que las nuevas versiones iban llegando. Lo que vieron es que sólo seis dispositivos habían recibido Android 5.0 (desde noviembre de 2014) o alguna nueva versión, y la mitad de los teléfonos seguían con Android 4.3 o un software anterior.
Más allá de las prestaciones y novedades de las que carecen estas versiones más antiguas, el problema (y lo que motiva a la asociación a llevar a cabo esta campaña) son los fallos de seguridad que aún no están subsanados. Algo que ocurre de manera más notable según el fabricante, llevando por ejemplo Motorola mejor ritmo que otras como Huawei, pero que a su vez también se da dentro de una misma marca, actualizando los terminales de gama más alta antes que otros de gama menor más nuevos, como en el caso de HTC.
El último objetivo: Samsung
La asociación ha protagonizado los titulares de estos días al ponerse como objetivo el gigante coreano. Según Consumentenbond Samsung es culpable de malas prácticas en cuanto a este aspecto, algo que intentaron tratar con el fabricante en diciembre de 2015 cuando enviaron un comunicado pero que no resultó en ningún cambio por parte del fabricante. Y es por ello que el asunto acabe en terreno judicial.
Como ocurre en muchos países, Samsung es líder de ventas en cuanto a los fabricantes de Android también en los Países Bajos y esto motiva aún más a la asociación a tomar cartas en el asunto debido al volumen de usuarios afectados. Bart Combée explica la situación en el comunicado que la asociación ha publicado con motivo de la denuncia a este fabricante:
Comprando un dispositivo Samsung, los consumidores reciben una información inadecuada sobre hasta cuándo seguirán recibiendo actualizaciones de software. Consumentebond exige que Samsung dé información clara y sin ambigüedades a sus clientes. Además, Samsung tampoco da suficientes datos acerca de las vulnerabilidades en cuanto a seguridad, como Stagefright, en sus teléfonos.
El reparto a día de hoy y las falsas promesas
Si consultamos la proporción de cada versión en la actualidad en la página en la que Google dispone esta información, vemos que las versiones más antiguas han disminuido un poco en beneficio de las posteriores. Si bien Froyo aguanta estoica con su 0,2%, tanto Ice Cream Sandwich, como Gingerbread como Jelly Bean y Kit Kat presentan un porcentaje menor, diferencia que se ha repartido entre Lollipop y Marshmallow, llevándose la mejor parte Lollipop con un aumento del 5% frente a un 0,4% para la última versión del sistema.
Como ya dijimos al hablar de la fragmentación, pese a que esto represente un problema en la práctica para los usuarios (sean o no conscientes), por parte de Google tampoco existe una insistencia notable de cara a acabar con este problema. Hemos visto algunas iniciativas al respecto, como la creación de una alianza de fabricantes y operadoras que asegurase la actualización de terminales durante al menos 18 meses (si el hardware lo permitía), pero es algo que en la práctica no vimos de manera general ni mucho menos desde que se hiciese ese acuerdo en 2011 (en el que convivieron Gingerbread, Honeycomb y Ice Cream Sandwich).
En el caso de HTC hemos visto como el HTC Sensation o el One S no pasaban de los 10 y 8 meses de soporte oficial respectivamente, recibiendo una sola actualización al igual que el Desire HD. Casos compilados en este post de Antonio Sabán en el que encontramos también ejemplos de Sony, con un Xperia S que se quedaba con la versión de software del año anterior (Jelly Bean).
Algo que también ocurrió con el LG 4X, que sólo actualizó a Jelly Bean y tras 10 meses de su lanzamiento. Y entre el resto de fabricantes está el caso de Samsung, que si bien mejoró con un Galaxy S2 que nació con la última versión (Gingerbread) recibiendo dos actualizaciones más, no ha sido igualitario en este reparte de actualizaciones y terminales como el Note 2 y el Galaxy S3 estuvieron casi un año sin actualización. Pese a esto, es el fabricante con una media de actualizaciones por terminal superior al resto (en número y duración de soporte).
Un hecho que como vemos no es suficiente para sus usuarios según Consumntenbond. Veremos si la asociación logra que los acuerdos entre fabricantes y operadoras con relación al ritmo de actualizaciones y soporte en general mejoren de cara a este aspecto, una lucha que sin duda no será fácil teniendo en cuenta el alcance global de esta situación y de las empresas responsables.
Más información | Consumentenbond
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