Es por todos sabido que Samsung Electronics es un gigante de proporciones bíblicas, y que está presente en prácticamente cualquier sector en el que se comercialicen dispositivos que se puedan enchufar a alguna parte. El terreno en el que más se le conoce a pie de calle es el de los teléfonos móviles, y ahí juega más cartas de las que podemos ver a simple vista.
No sólo hablamos de que Samsung fabrique teléfonos móviles, terreno en el que es el líder actual del mercado, sino también de los componentes internos de los mismos, y algunos externos. Pantallas, sensores para cámaras, baterías, módulos de memoria RAM, procesadores y lo que nos ha traído aquí, las memorias NAND internas. Componentes construidos en fábricas de Samsung que no sólo están en el interior de sus propios teléfonos.
14 billones de dólares en memorias
Para comprender las dimensiones de Samsung sólo hay que echar un vistazo al cierre de las cifras del pasado 2016. Sólo en semiconductores, Samsung acabó el año con unos ingresos de casi 42.000 millones de euros, a los que hay que sumar otros 64.000 millones de euros en su división de pantallas. Pero de esa cantidad relativa a los semiconductores ya podemos extraer lo que corresponde a las memorias internas.
Porque en los semiconductores entra un buen número de componentes que Samsung comercializa y que, por desgracia, no suele desglosar. Cuando nos referimos a semiconductores hablamos de procesadores, tanto los Exynos propios como los Snapdragon que fabrica para Qualcomm, y también de sensores para cámaras, de bloques de memoria RAM o de memorias internas para dispositivos. El almacenamiento puro y duro.
El último informe de DRAMeXchange habla de que 13.330 millones de euros de los casi 42.000 millones antes mencionados corresponden a las memorias internas. Memorias que se instalan en los smartphones de Samsung pero también en dispositivos de la competencia, como los propios iPhone de Apple para los que se fabrican a medida, siguiendo las especificaciones fijadas por los chicos de Tim Cook.
El dato es más relevante aún si tenemos en cuenta que su máximo perseguidor, Toshiba, el inventor de estas memorias NAND, nunca había estado a más de 5.600 millones de euros de diferencia en ingresos del líder del sector, Samsung. El pasado 2016 la distancia en ingresos entre ambas compañías se situó en 7.440 millones de dólares. Samsung casi llegó a doblar los ingresos de Toshiba, llegando a un techo histórico.
Mientras que esto ocurría, Toshiba invertía en investigar y evolucionar un nuevo tipo de memoria llamado 3D NAND que permitirá almacenar mucha más memoria en un espacio mucho más pequeño, agrupando capas de memoria unas sobre otras con una tecnología que permitirá hacerlas mucho más finas. Veremos si con eso consiguen remontar y acercarse más a un Samsung que parece imparable en estos momentos.
Así que recuerda que tengas el teléfono que tengas, de la marca que sea, su memoria interna podría haber sido fabricada por Samsung. O por Toshiba, o por cualquier otro. Pero vistas las cifras de ventas que manejan en las oficinas de Samsung, la probabilidad de que la memoria sea de factura surcoreana es muy alta. Mucho más alta que nunca.
Vía | Business Korea
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