En el MWC que se está celebrando en Barcelona hemos tenido la oportunidad de probar el Samsung Wave con Bada y lo cierto es que nos ha dejado unas sensaciones bastante contradictorias.
Por una parte el teléfono es físicamente bastante atractivo, muy delgado, ligero y sobre todo destaca por la pantalla que es la primera Super AMOLED del mercado y tiene 3,3 pulgadas. De una forma totalmente subjetiva, diría que la sensación es que tiene más profundidad de color que las otras.
El Samsung Wave tiene un procesador de 1GHz y esto se nota mucho en la fluidez y en lo rápido que se cargan las aplicaciones, pero la versión que hemos probado nosotros, a la que todavía le falta bastante para llegar al mercado, no es tan estable como sería deseable.
Bada tiene una apariencia a medio camino entre el iPhone OS y la interfaz del LG Arena. Al igual que en el iPhone OS las aplicaciones de la parte baja del teléfono se mantienen en todas las pantallas de aplicaciones.
Las aplicaciones que tenía instalado el modelo que hemos probado eran bastante variadas pero se puede adivinar que, como marca la tendencia, la gran apuesta es la conectividad en la idea de mantener al usuario siempre conectado con accesos a twitter, youtube, facebook…
En resumen, es pronto para hacer una valoración definitiva pero, pese a algunos pequeños problemas, que no dudamos que se solucionarán antes de su llegada al mercado, el Samsung Wave y su sistema operativo Bada parecen una apuesta continuista dentro del mercado, sin grandes innovaciones y siguiendo las tendencias del momento, es decir, un teléfono correcto, muy rápido pero sin avances –a no ser que seas un apasionado de las pantallas-.