Intentar espiar a otros en WhatsApp está mal, casi igual de mal que está intentarlo, y además roza la ilegalidad. Pese a todo, hay muchos usuarios que lo intentan y nunca está de más recordarles, y a los que se sientan víctimas, que la mayoría de trucos que se publican no son ciertos. WhatsApp es mucho más segura de lo que muchos creen, en parte gracias al cifrado de mensajes desarrollado por Signal y gracias a que sus mensajes no dejan rastro en los servidores de la compañía.
Pese a todo, algunas partes parecen ser más vulnerables que otras y cuando hablamos de la geolocalización entramos en un terreno más ambiguo. Porque no es posible conocer la ubicación de otra persona, al menos no de una forma en la que la otra persona no colabore. No es posible conocer la ubicación con la IP ni tampoco por datos surgidos de la nada. Pero si hacemos click donde no debemos, quizá sí. Vamos a tratar de explicarlo.
Lo de rastrear la IP no funciona
Se difunde habitualmente un sistema para saber dónde se encuentran otros usuarios de WhatsApp, siempre de forma aproximada, en el que interviene la IP y también el cliente web de WhatsApp para Windows. Para que funcione, ambos usuarios han de estar usando el mismo cliente en ambos extremos de la red pero ni aún así es posible vincular la IP del usuario con su localización.
El método consiste en emplear el comando "netstat -an", lo que permitiría detectar la IP de la otra persona que queremos localizar. O la nuestra, si somos el objetivo de esta búsqueda un tanto ilegal. El problema es que la IP que se obtiene mediante este método no es la de la persona en cuestión. Se obtiene la IP del centro de datos por el que pasan nuestros mensajes.
Dado que no estamos hablando en ningún caso de una app de comunicaciones P2P, los mensajes que salen de nuestra conexión a Internet pasan por distintos centros de datos que sirven para conectarnos a la red. Así que quizá rastreen nuestra IP y les conduzca al centro de datos de Facebook en Madrid. O quizá aparezca algún centro de datos de Google, de Microsoft o de Amazon. Nunca aparece nuestra IP particular.
El motivo de este firewall involuntario (con matices) tiene que ver con que WhatsApp emplea servidores intermedios para la recepción y entrega de nuestros mensajes. Se usa un sistema de "almacenamiento y envío" que permite, entre otras cosas, almacenar los mensajes que enviamos hasta que se pueden entregar a otra persona. Si tuviera el móvil encendido o sin cobertura, por ejemplo, nuestro mensaje se perdería si fuese directo. Así que hay un mediador, un servidor automatizado que te entrega lo que tienes pendiente de recibir cuando ya tienes conexión. Ésta es la IP que se desvela.
Existen formas de conocer nuestra ubicación, como ya dijimos en la introducción, pero para ello tenemos que poner algo de nuestra parte. Está la más evidente, que compartamos nuestra ubicación en tiempo real con la otra persona, lógicamente. Pero como hablamos de que nos encuentren sin que queramos, tendríamos que pulsar en algún enlace que nos envíen y que desvele nuestra IP pública. O quizá que abramos una imagen que contenga algún tipo de IP logger (un registrador de la dirección desde la que se abre).
Pero si no hacemos nada de esto, podemos estar tranquilos de que si alguien quiere saber dónde estamos no lo va a poder averiguar. No lo conseguirá porque WhatsApp está configurado para que nadie sepa dónde estamos a no ser que nosotros se lo queramos decir. Y si ése no es el caso, fin del problema. Como ya hemos dicho, WhatsApp es más segura de lo que se cree. O de lo que se quiere hacer creer.
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