Es evidente que no se trata de algo oficial, sino que viene de la mano de un grupo de hackers que han conseguido hacerse con una ROM de Android 2.3 Gingerbread y la han adaptado para ser ejecutada sobre un iPhone 3G al que se le ha realizado el pertinente “jailbreak”. Algo que, salvando las distancias, sólo el Nexus S es capaz de hacer hoy en día a la espera de las ya ansiadas actualizaciones.
La operación en cuestión se enmarca dentro del denominado proyecto iDroid, mediante el cual el dispositivo es capaz de realizar un arranque dual, ofreciendo la posibilidad de ejecutar iOS o Android a elección de usuario, tal y como apreciamos en el siguiente vídeo.
Con las evidentes limitaciones que un iPhone 3G presenta a nivel de hardware a día de hoy, el smartphone se toma un largo minuto para el arranque del sistema. Más notables son estas carencias a la hora de ejecutar las tareas más básicas del sistema, como el simple desbloqueo de pantalla o la navegabilidad por los menús de aplicaciones.
Está claro que Android 2.3 Gingerbread le queda grande a un iPhone 3G. No sería de extrañar ver con el tiempo una prueba similar con un iPhone 4. Algo que, a priori, se nos antoja hasta interesante.
Vía | RedmondPie.