Android P ha estrenado un nuevo sistema de control por gestos y nos lo ha mostrado en el Google I/O, pero también a través de su recién abierto programa de betas. Un sistema que nos permite pasar de los botones virtuales de Android y también de los botones físicos. Un sistema que, sin embargo, dista mucho de ser novedoso y que tiene una interesante historia detrás.
Los fabricantes llevan ya varios años experimentando con nuevas formas de interacción con los teléfonos, con la voz cobrando cada vez más peso. Pero los gestos llevan ya muchos años aquí, aunque nadie ha conseguido por ahora convertirlos en una moda. Hay que remontarse hasta el año 2009 para ver a Palm traer los gestos al ecosistema móvil, aunque no fue hasta el año pasado, con el iPhone X, cuando cobraron verdadera importancia.
WebOS lo empezó todo
Aunque los gestos en las pantallas táctiles son mucho más viejos, la introducción de los mismos en el terreno móvil se le debe a WebOS, nacido en 2009. El sistema operativo, entonces en manos de Palm que lo hizo debutar a bordo de la Palm Pre, decidió añadir el reconocimiento de gestos sobre la pantalla para lanzar distintas acciones. Un sistema realmente rompedor que, sin embargo, no salvó al sistema de su casi extinción, pues iOS era el que marcaba el paso en aquel momento, y Android comenzaba a dar muestras de que acabaría convirtiéndose en un auténtico monstruo.
El conocido gesto actual de hacer zoom uniendo o separando dos dedos sobre la pantalla, nació en WebOS y tardó muy poco en dar el salto a iOS. Era el año 2010, y a día de hoy está perfectamente integrado en todos los sistemas operativos táctiles del mercado, tanto en los que cosechan portada tras portada como en los que no reciben tanta atención por su baja dispersión. Como ése, otros gestos nacieron bajo el paraguas de Palm y su WebOS, hasta que finalmente todo acabó cerrando. WebOS pasó entonces a manos de HP, como el resto de Palm, y finalmente se vendió a LG, que lo integró en sus televisores smart TV, donde reside en la actualidad.
BlackBerry, cuando aún desarrollaba un sistema operativo propio, también le dio una oportunidad a los gestos. Los integró de forma definitiva en BlackBerry 10 y permitían al usuario moverse entre menús y opciones, todo gracias a gestos que se activaban desde los marcos de los dispositivos con BlackBerry 10, amén de otros gestos basados en desplazamientos. Dibujos sobre el panel con los dedos que lanzaban distintas acciones en el sistema. Como en el caso de WebOS, BlackBerry 10 acabó muriendo y su empresa matriz abrazó Android al licenciar sus teléfonos a TCL, la también matriz de Alcatel. Los gestos, de nuevo, cayeron en el olvido.
Aunque no del todo. Es justo decir que se han mantenido vivos de forma tímida a bordo de algunas marcas y teléfonos que, sin embargo, los han usado como complemento más que como un sistema principal de navegación. Los pequeños gestos en los bordes curvos de las pantallas Edge de Samsung, o los gestos sobre la pantalla apagada del OnePlus One, e incluso el marco táctil Edge Sense de HTC, cuyo funcionamiento también puede considerarse control por gestos. Pero el encargado de devolver este sistema de manejo a las portadas ha sido sin duda Apple. Un teléfono de Apple, concretamente, el iPhone X.
Llego el iPhone X, y tras él lo hizo Android P
Apple se vio ante la imperiosa necesidad de encontrar un nuevo sistema de manejo para su primer teléfono sin marcos. El iPhone X borró el botón Home táctil de su frontal, lo hizo desaparecer junto a Touch ID, y tenía entonces dos opciones para seguir adelante: implementar botones virtuales en pantalla 'a lo Android' o rescatar y potenciar el control por gestos. Y optó por el segundo camino. Gestos antiguos pero revitalizados, y que resultan imposibles de usar sin que nuestra mente vuele hasta los tiempos de WebOS y su Palm Pre, más las que vinieron después.
Como suele ocurrir en estos casos, Apple no es muy dado a llegar primero pero sí se erige como un formidable trendsetter, o un marcador de tendencias. Y si el iPhone X ha situado cortes en las pantallas de no pocos teléfonos, y ha fomentado la aparición de nuevos sistemas de reconocimiento facial, también ha hecho lo propio con los gestos. Y Android P ha llegado para corroborarlo, con un nuevo sistema de gestos nativos que, de nuevo, recuerda a todo lo anterior. Pero Android hará algo que no han logrado sus predecesores: convertirlos en un sistema común de uso. Con un 85% de cuota a nivel mundial, no tardaremos mucho tiempo en tener gestos a lo largo y ancho del planeta.
La beta de Android P anticipa lo que está por venir en Android 9.0, sea cual sea finalmente el nombre elegido para continuar la inicial. Un sistema por gestos que reemplaza los botones virtuales y nos permite volver atrás, regresar a la pantalla inicial o abrir la lista de aplicaciones abiertas. Lo que ya existía, ligeramente renovado e incorporado al sistema operativo mayoritario en estos momentos, y parece que por muchos años más. Los gestos han llegado para quedarse y cada vez toman más protagonismo. Con pantallas ocupando porcentajes superiores al 80% de los frontales de los teléfonos, hacían falta. Ahora sólo resta que evolucionen a buen ritmo. Y que nos acostumbremos a ellos, claro está.
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