Las alarmas saltan a tenor de los cambios en los términos de la política de privacidad de los de Cupertino, la cual debemos aceptar sin rechistar viéndonos obligados a permitir que Apple y un número indeterminado de socios y licenciatarios puedan recopilar información de los usuarios en base a los datos de geolocalización solicitados por algunas aplicaciones.
Parece que Apple pretende hacer frente a Google en todos los terrenos posibles, incluido en la pugna por el pseudotítulo de “Gran Hermano” que durante tanto tiempo se le ha otorgado a los de Mountain View debido a la gran cantidad de datos privados que alberga en sus servidores. A pesar de que los acólitos de Jobs ya han tratado de atajar la polémica argumentando que se tratan de datos totalmente anónimos, los expertos analistas indican que algunos patrones de comportamiento servirían para identificar a cualquier usuario.
Aplicaciones tales como la mayoría de los clientes de Twitter existentes para la plataforma iOS, así como otras tan comunes como Google Maps o la recientemente aparecida Find My iPhone hacen uso de datos concernientes a los movimientos de los usuarios y los dispositivos de Apple.
Sin ir más lejos, ayer mismo se ponía en marcha la nueva plataforma de publicidad iAd con la liberación de iOS 4 para iPhone y iPod touch, lo que también puede ofrecer claros indicios del propósito final de la compañía a la hora de aprovechar la situación geográfica del usuario para publicitar determinado tipo de productos y/o servicios.
Para proporcionar servicios basados en geolocalización en nuestros producto, Apple y nuestros socios y licenciatarios podrán recoger, utilizar y compartir datos de localización precisa, incluyendo la ubicación geográfica de su ordenador o dispositivo de Apple en tiempo real. Estos datos se recogen de forma anónima de modo que no se identifica personalmente al usuario y es utilizado por Apple, nuestros socios y titulares de licencias para prestar y mejorar los productos y servicios basados en la ubicación del sujeto.
No obstante, la casi invisible frontera que limita el uso de datos públicos y el intrusismo en la privacidad de cada individuo se ve violentamente franqueada a partir del momento en el que la nueva política de privacidad no indica el tipo de datos que pueden compartir entre Apple, sus socios y licenciatarios, además de no especificar en ningún párrafo por cuanto tiempo cualquiera de éstos se reservan el derecho a mantener almacenada dicha información.
Por mucho que la nueva plataforma para dispositivos móviles permita la desactivación del servicio de localización o el seguimiento de aplicaciones que hacen uso de esta utilidad para información del usuario, en ocasiones, cuando indicamos nuestra posición a través de Twitter o Foursquare, tan sólo queremos hacer saber donde estamos a nuestros amigos o conocidos. Cualquier otra consideración es puramente mercantilista y lesiva contra la intimidad del usuario. Más si cabe, con la obligación de aceptación de la norma de por medio.
Vía | Los Angeles Times.