Apple y la realidad disminuida: Los mapas de Apple no dan la talla

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20 Septiembre 2012 Actualizado 21 Septiembre 2012, 10:58

Rafa Bernad

No pocos usuarios de la nueva versión 6 de iOS estarán ahora mismo dándose cabezazos contra la pared por la decisión de Apple de descartar a Google como su proveedor de mapas. El abandono de la aplicación Google Maps fue destacada como una de las grandes novedades de la plataforma, y por lo visto no nos contaron todos los detalles.

La nueva aplicación hace uso de Tomtom para obtener los datos, y al parecer, el detalle de los mapas en la aplicación de Apple dista mucho de los de Google. Los de Cupertino, en un alarde de innovación, y aunque seguramente no fuera su intención, podrían haber creado el concepto de Realidad Disminuida.

Si la realidad aumentada supone añadir capas a la realidad, la realidad disminuida hace justo lo contrario. Así, en internet podemos comprobar como poblaciones enteras como Escazú, en Costa Rica, pasan a dejar de existir como tales, aunque su hipotético emplazamiento reciba el nombre de Escaza. Convendría preguntarles qué piensan de ello sus más de 60.000 habitantes.

Reportando desde Escazu que Escazú no existe

Podemos comprobar también cómo estaciones de ferrocarril desaparecen, así como no pocas calles, dejando una ciudad sin duda más limpia y ordenada, mucho más en línea con la filosofía de claridad y sencillez de Apple:

En internet puedes encontrar múltiples ejemplos que muestran a las claras la deficiente calidad de los mapas, y plantean serias dudas sobre de la conveniencia del cambio de proveedor de servicios.

Sin embargo, y teniendo en cuenta que los datos de Apple provienen de TomTom, que mala reputación no tiene en estas lides, no podemos sino preguntarnos qué ha podido ocurrir para que el debut oficial de Apple Maps haya resultado tan desalentador.

Es de suponer que estas carencias vayan solucionándose con el tiempo, y bien es cierto que el modo Flyover promete bastantes horas de entretenimiento “navegando” por el mundo, así que seguro que más de uno estará satisfecho con el cambio. Ya sólo falta ponderar si son la mayoría, o no.