Los Google Pixel 8 tendrán siete años de actualizaciones, lo cual es bueno sobre el papel, aunque siembra dudas sobre el matrimonio hardware-software a largo plazo
Ayer asistíamos a la presentación oficial de los Google Pixel 8 y Pixel 8 Pro y más allá de sus novedades y cambios respecto a generaciones anteriores, la gran noticia venía en sus años de soporte, dado que recibirán actualizaciones completas de Android hasta 2030. Una cifra poco vista en fabricantes Android e incluso en Apple con sus iPhone.
Sin embargo, por positiva y aplaudida que resulte esta noticia, también genera muchas dudas con respecto a su envejecimiento. Y no hablamos de cómo aguantarán sus materiales de construcción, que entendemos que dependerán del uso que se haga del mismo. Nos referimos fundamentalmente a cómo enfrentará un hardware de 2023 un software de 2030.
Hoy tiene un buen hardware, pero "mañana" quizás no tanto
El Tensor G3 es el nuevo procesador que Google añade en los Pixel 8. Un chip que, a expensas de hacerle pruebas de rendimiento, apunta a ser un SoC bastante decente para una gama alta. Pero claro, contextualizado a 2023. Inevitablemente se irá convirtiendo en un hardware obsoleto. En un año, quizás no haya mucha diferencia con el hipotético Tensor G4. Puede que tampoco en dos años con el futurible Tensor G5. Pero en siete años…
Que los sistemas operativos como el flamante Android 14 hayan alcanzado una madurez que impide ver grandes cambios cada año no quita que no precisen de un hardware específico. Más aún en el caso de una Google que lo está apostando todo por la inteligencia artificial, lo que conlleva muchos recursos del SoC. El Pixel 8, para lo que hay ahora, bien, pero nuevamente nos preguntamos cómo será para 2030.
Es evidente que por cuestiones comerciales, tanto Google como otros fabricantes, capan algunas funciones de software en móviles que apenas tengan uno o dos años. Se escudan muchas veces en no tener un hardware preparado y quizás no siempre sea así. Con los Pixel 8 será irremediable que no todo lo nuevo de Android les llegue en el futuro y que la razón sea de verdad la ausencia de un hardware que lo soporte.
Que habrá quién piense que, aunque no esté tan preparado el hardware, lo mejor sea añadir todo lo que salga nuevo a los móviles anteriores. No obstante, añadir según que funciones podría lastrar el rendimiento de forma considerable. Y ojo, que esto no sólo podría ocurrir con funciones propias del sistema, sino también con aplicaciones de terceros que precisen de un determinado hardware.
La duda que tienen pendiente de resolver los Pixel 8 es hasta qué punto dejarán de recibir nuevas funcionalidades. Si progresivamente va perdiendo cada vez más, serán versiones muy 'light' lejos de ser actualizaciones completas. De ahí que al final a efectos prácticos los siete años de actualizaciones puedan ser más un mensaje de marketing.
Porque sí, no neguemos que también hay mucho de táctica comercial en el mensaje de los siete años. Pese a que la tendencia del mercado de teléfonos está en horas bajas, en países como España seguimos cambiando de móvil cada 2-3 años según algunos estudios. En ese punto, y salvando las evidentes excepciones, se antoja complicado imaginar un gran número de usuarios de Pixel 8 en 2030.
También hay siete años de reparaciones, pero será igual, solo que menos desgastado
Según confirmó un portavoz de Google a Android Authority, los nuevos Pixel 8 no sólo tendrán soporte de actualizaciones hasta el año 2030. También tendrán soporte para reparaciones, algo fundamental para alargar la vida útil del terminal.
Esta era otra de las grandes dudas que generaban los siete años de actualizaciones completas del sistema. Y es que, si Google no hubiese optado por ello, se podría haber dado la posibilidad de estar ya con Android 21 y en cambio tener un móvil casi inutilizable por su desgaste. Especialmente la batería, que es de los componentes que mayor degradación sufren con el tiempo.
Aquí podemos hacer una modificación de la vieja expresión de "mismo perro con distinto collar", diciendo que esto sería el mismo perro, pero con nuevo collar. Porque sí, podrás tener un Pixel 8 en pleno 2030 con batería y pantalla nueva. Incluso uno totalmente nuevo si se ha de cambiar por completo, pero puede que con idénticas limitaciones a las comentadas anteriormente.
Además, no obviemos que al final las reparaciones no serán algo gratuito, ya que exigirán de un pago de componentes y mano de obra (salvo que sea durante los primeros años y esté cubierto por garantía). Por tanto, tampoco es cuestión de que cada 2 años se vayan cambiando las piezas, porque desde luego que acabaría saliendo mucho más a cuenta ir adquiriendo otros teléfonos más recientes.
Por supuesto, aplaudimos la iniciativa de Google por brindar tanto soporte a sus nuevos móviles. Más cuando su máximo estaba en 4+2 años para los recientes Pixel Fold y Pixel 7a. En cualquier caso, no podemos dejar de albergar dudas sobre cómo será el matrimonio hardware-software en el aún lejano 2030.
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