La pasada semana IDC publicó sus últimos datos sobre el mercado de los tablets, y un dato destacó sobre los demás: se produjo un descenso del 8% en ventas a nivel global en el segundo trimestre de 2013 frente al primero.
Sin embargo, había otros datos singulares que se podían extraer del informe de la consultora. Por ejemplo, que los tablets basados en Windows aumentaron su cuota en un 11% en ese mismo periodo. Y sin embargo, los propios analistas descartan la verdadera relevancia de Surface. Lo cierto es que las ventas de tablets basados en Windows 8 y Windows RT pasaron de los 1,8 millones en el primer trimestre a los 2 millones en el segundo, y la cuota pasó del 3,7% al 4,5% respectivamente, un dato alentador para Microsoft.
Según IDC, HP y Dell tuvieron un buen trimestre en este sentido, mientras que Microsoft vendió cerca de 300.000 tablets Surface (tanto la versión con Windows 8 como la versión con Windows RT), lo que supone alrededor de un 15% del total de tablets Windows vendidos. Como apuntaba Ryan Reith, analista de IDC, ese porcentaje "es relativamente pequeño".
Surface tiene sentido
Microsoft demostró valentía e iniciativa cuando presentó sus tablets Surface y Surface RT, pero al menos en el segundo caso la apuesta le ha salido --de momento-- muy mal.
Los resultados trimestrales demostraron que sus tablets basados en ARM le hicieron perder la friolera de 900 millones de dólares, quizás por las expectativas demasiado optimistas del mercado de los tablets. Reith lo explicaba en el informe:
Esto es lo que se esperaba durante todo este tiempo. Hay una transición del tamaño y el formato, y el Surface fue un producto revolucionario cuando se lanzó. Pero el volumen (de venta de tablets Windows) crecerá. Creemos que en 2014 Windows 8 comenzará a pegar fuerte entre los consumidores.
Y desde luego, esas expectativas podrían cumplirse, sobre todo en el caso de Surface Pro, un tablet que convence en casi todos los apartados pero al que sin duda le va a venir muy bien una vuelta de tuerca. A falta de que aparezca ese nuevo Microsoft Surface Pro --que tendrá que competir muy probablemente con una nueva generación de iPads-- el problema no es tanto que Microsoft apueste por tablets, sino que lo haga con Windows RT.
Pero puede que Surface RT no
En un reciente anuncio en Internet Microsoft volvía a ensalzar las virtudes de sus Surface RT frente a los iPad de cuarta generación. Si uno no conociera el mercado y llegara al centro comercial en busca de un tablet, probablemente se viera convencido por los argumentos de ese anuncio:
Y sin embargo, Windows RT ha demostrado sus debilidades en un apartado fundamental: el del software. Con un catálogo que no parece crecer demasiado en cantidad ni, sobre todo, en calidad, el empuje que Microsoft quiere darle a esa versión de Windows para arquitecturas ARM no parece suficiente para enganchar a los desarrolladores.
Así lo afirman en TechCrunch, donde anticipan la muerte definitiva de Windows RT alegando que Microsoft está haciendo un flaco favor a los usuarios al promocionar un producto del que simplemente quieren liberar su enorme stock. Otros indicios apuntan a esa falta de interés, como la decisión de ASUS de dejar de fabricar tablets basados en Windows RT.
Y sin embargo, Windows RT para algunos --como para mi-- tiene sentido. Es difícil que un sistema operativo con 9 meses de vida pueda convencer a los desarrolladores rápidamente en un mercado tan aparentemente asentado como el los tablets, pero la apuesta de Microsoft es singular.
Tu tablet (¿o tu smartphone?) podría ser tu próximo PC
Hace tiempo que los desarrolladores de Ubuntu desvelaron su ambicioso proyecto para unificar esta distribución de forma que llegara a todo tipo de dispositivos móviles y de escritorio por igual. La unificación tendría un efecto colateral brillante: la de poder usar el smartphone como un PC de escritorio cuando lo necesitásemos.
Esa idea del smartphone (o tablet) como PC de sobremesa es probablemente la más ambiciosa de los últimos meses (¿años?), y puede que allí donde Canonical no pueda llegar por recursos, otras lo hagan por inercia.
Microsoft podría hacerlo, desde luego. Dada la cada vez mayor relevancia de los micros ARM y de las renovadas capacidades de estos procesadores --el Snapdragon 800 podría pasar por un procesador perfecto para portátiles modestos--, la combinación de un tablet ARM con Windows RT y con una oferta software válida sería especialmente interesante.
Por supuesto, hay sombras y muchas, muchas preguntas en ese camino. ¿Dónde quedaría entonces Windows Phone 8? ¿Unificaría Microsoft WP8 con Windows RT, si es que eso es posible, o acabaría optando por RT tanto en tablets como en smartphones basados en arquitectura ARM? Las posibilidades son muchas, y mantener el desarrollo de tres sistemas operativos distintos es demasiado costoso, hasta para Microsoft.
Quizás tan solo estemos asistiendo a un experimento. Windows RT podría ser el primer escalón de una estrategia que definiría a Microsoft como una empresa definitivamente volcada con el mundo de los móviles y los tablets. Eso sí: Está siendo un escalón costoso. Veremos qué nos depara el futuro.
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