Ya casi habíamos perdido la esperanza con el esperado smartphone basado en Tizen de Samsung, pero finalmente llegó. Hace unas horas conocíamos por fin al Samsung Z1, el primer terminal que aparece con la particularidad de hacer uso de una plataforma que ya no es solo móvil, sino que se está aprovechando en otros dispositivos como televisores o relojes inteligentes.
Samsung parecía haber apuntado alto inicialmente con el Samsung Z, pero ese terminal no acabaría de aparecer jamás, y en lugar de eso la firma reorientó el producto destinándolo a la gama baja. Su lanzamiento en India y su precio demuestran esa vocación, pero... ¿tiene futuro la propuesta de este fabricante?
A por los mercados emergentes
En Samsung probablemente se lo pensaran mejor: con una gama alta algo saturada y difícil de hacer crecer más -bastante mal lo está pasando Samsung estos últimos meses ante sus competidores en ese frente-, la idea de cambiar de tercio y tratar de ganarse al consumidor de mercados emergentes parece lógica.
Sobre todo cuando son estos mercados los que aparentemente se convertirán en el pilar del crecimiento de estos dispositivos en los próximos años. Tizen era desde hace tiempo una de las posibles propuestas de plataformas para conquistar este terreno, pero a ella se le unieron un algo desaparecido Firefox OS además de otras alternativas como Sailfish OS o Ubuntu.
A todas ellas les ha salido un hueso duro de roer: Android One. La iniciativa de Google que trata de conquistar a ese segmento de la población mundial trata de combinar especificaciones decentes con un precio muy competitivo y con lo mejor de todo: un ecosistema Android que es tremendamente atractivo para los usuarios. ¿Qué pueden hacer Tizen y el Samsung Z1 para competir?
La relación precio/prestaciones, demasiado ajustada
Hace tiempo ya comentamos como el mercado parece estar polarizándose en dos tipos de dispositivos: los de gama baja para un usuario con menores exigencias y/o recursos económicos, y la gama alta para esos usuarios que quieren lo último de lo último y no tienen problema en pagar el precio que eso supone.
La gama media parece quedar cada vez más en tierra de nadie, y las últimas propuestas de los fabricantes demuestran que se pueden conseguir terminales muy decentes por precios que rondan los 100 euros.
Esa parece ser la barrera psicológica de estos nuevos terminales de bajo coste orientados a mercados emergentes. No son los más potentes, no tienen cámaras demasiado solventes, pero sí ofrecen unas prestaciones perfectas para esos segmentos de la población que al fin cuentan con la opción de conectarse a redes móviles.
Y eso es lo que precisamente nos traen esos terminales con los que compite el Samsung Z1. Hemos querido realizar una comparación rápida con dos modelos muy significativos que parecen orientados a ese mismo mercado y que podrían ponerle las cosas muy compliadas.
En concreto hemos elegido al Motorola Moto E y al Micromax Canvas A1 que son similares en precio y prestaciones y que están disponibles en India como parte de ese intento por conquistar a usuarios que se encuentran cómodos con estos dispositivos. La comparación de especificaciones es coherente con la situación que proponen estos terminales.
Diagonal pantalla | |||
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Resolución | |||
CPU | |||
Memoria RAM | |||
Almacenamiento | |||
Ranura microSD | |||
Dual SIM | |||
Cámara frontal/trasera | |||
Conectividad | |||
Batería | |||
Sistema operativo | |||
Dimensiones | |||
Peso | |||
Precio (rupias) |
Como puede verse en la tabla, la propuesta de Micromax que forma parte del programa Android One es a priori la que mejor precio/prestaciones ofrece. Mejores cámaras, más pantalla y resolución y algo más de potencia para un dispositivo que a pesar de su modestia tiene muchos puntos a su favor en la batalla. Pero el más importante, desde luego, no es el de las especificaciones.
Desarrolladores, desarrolladores, desarrolladores
Que yo recuerde, no ha habido en la historia ninguna plataforma software que hay podido triunfar sin el apoyo de los desarrolladores. La lenta evolución de alternativas como Firefox OS, Sailfish OS o incluso Ubuntu -cuya propuesta sigue estando muy difusa- se debe principalmente a que el catálogo software de todas ellas es realmente limitado.
Lo mismo ocurre con Tizen, una plataforma que a pesar de llevar ya varios años en desarrollo sigue teniendo un catálogo muy escaso de soluciones disponibles. Hace unos días ya hablábamos precisamente de cómo se habían filtrado imágenes de WhatsApp corriendo sobre Tizen, pero esa opción tenía truco.
Tizen podrá ejecutar aplicaciones Android gracias a la Android Compatibility Layer (ACL), una capa de emulación que hará que los usuarios de la plataforma apoyada por empresas como Samsung o Intel puedan también sacar partido del catálogo de Google Play.
El problema es que como ya comentábamos ayer, esa opción presenta un problema importante: que los desarrolladores no tendrán apenas ningún incentivo para programar aplicaciones nativas para Tizen. Habrá que ver cuál es la política de Samsung al respecto, pero la situación parece favorecer de nuevo a la plataforma móvil de Google, sobre todo cuando tenemos en cuenta que lo normal es que la ejecución nativa en dispositivos Android sea mucho más fluida y eficiente que la que pueda ofrecer una capa de emulación.
¿Mejor tarde que nunca?
Como a todo hijo de vecino, las alternativas me parecen siempre bienvenidas. El problema es que como les ocurre al resto de plataformas móviles minoritarias, Tizen lo tiene muy complicado para lograr triunfar en el mercado. Y lo tiene así de complicado por el hecho de que Google se ha puesto por fin las pilas y su iniciativa Android One parece ser la solución a ese problema de los mercados emergentes, aun cuando sus primeros pasos estén siendo algo decepcionantes.
Microsoft y su Windows Phone tienen también propuestas interesantes en ese terreno: los últimos terminales de la serie 5 (como el Microsoft Lumia 530) son algo más ambiciosos, y hoy mismo Microsoft ha echado más leña al fuego con la presentación de los Lumia 435 y los Lumia 532. Veremos si logran captar el interés de esos mercados emergentes, pero desde luego tienen bazas interesantes para hacerlo.
Tizen debería haber llegado mucho antes. Cuando en febrero de 2013 Firefox OS parecía una de las plataformas más prometedoras para conquistar estos mercados Android aún no había movido ficha. Dos años después la solución de Mozilla no acaba de cuajar -el problema de los desarrolladores se une a una solución a años luz de Android, por ejemplo-, y aunque no hemos visto a Tizen en acción, es de esperar que su llegada tardía suponga también un lastre importante para su éxito. Espero lo mejor de Tizen, pero no hay demasiados argumentos que a priori parezcan convertirla en un caballo ganador.
En Xataka Móvil | Los mercados emergentes, la próxima gran conquista de los smartphones
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