Presentar aspectos llamativos e innovadores que destaquen con respecto a lo existente, y sobre todo con la competencia, es cada vez más difícil en esta especie de meseta tecnológica en la que se encuentra la tecnología móvil. LG lo intentó con su LG G3 en 2014 con una pantalla 2K que llenó titulares pero no tanto de satisfacción a sus usuarios. Ahora llega Sony con el Z5 Premium, el primer smartphone con pantalla 4K del mundo.
Una pantalla para romper récords
No hablamos en este caso de iteración, ya que con el Z5 Premium tenemos un miembro más en la gama de los Z que supera en tamaño al resto, así como a sus precedentes. Con 5,5 pulgadas de diagonal no es su mayor tamaño lo que destaca, sino su resolución, siendo como decíamos el primer terminal en montar un panel 4K, lo que se traduce ni más ni menos en 807 píxeles por pulgada.
La pantalla del Z5 Premium busca ser la mejor pantalla del mercado, tanto por esta brutal definición como por la mejora de otros aspectos. Incorpora un nuevo sistema de contraste, Sparkling Contrast, que promete obtener unos negros mucho más profundos desde cualquier ángulo. Además, en cuanto a los colores también hay un nuevo sistema, el motor X-Reality, para la obtención de colores más vivos.
Lo que Sony quiere que con esta pantalla es que el usuario pueda trabajar de verdad con el material 4K que se produzca, como la grabación de vídeos o la captura de videojuegos. Poder reescalar el vídeo, obtener fotos de 8 megapíxeles o una visualización lateral sin comparación con la competencia actual.
Esta característica también representa un añadido en cuanto al uso compartido con otros dispositivos. Los vídeos 4K pueden compartirse con el televisor de manera inalámbrica, gracias a una tecnología propia mediante DLNA usando la app propia Películas. Así, el vídeo 4K obtenido de otra fuentes (cámaras de vídeo, de acción) se podrá observar sin problemas en el Z5 Premium.
Esto fortalece el concepto de ecosistema tecnológico que esta marca posee con todo el árbol de productos, desde los televisores hasta las cámaras pasando por los videojuegos. Sony busca que el usuario pueda compartir contenido de uno a otro de manera cómoda y que no haya problemas debidos a limitación de hardware.
No obstante, pese a que sobre el papel ésta será una pantalla que rompa récords y busque no tener problemas de compatibilidad, hay varíos aspectos que plantea dudas en cuanto a la experiencia final del usuario con esta descomunal resolución.
Por un lado está el límite para apreciar este grado de detalle que pone ante todo el propio ojo humano, algo de lo que ya hablamos hace algo más de un año en vísperas al MWC ‘14 y a que se sucediesen las presentaciones de terminales con resolución 2K, esto es, unos 590 ppp de densidad (aproximadamente), los cuales ya superan lo teóricamente apreciable por el ojo humano (530 ppp).
Por otro lado está el reescalado de los vídeos. Como ya comentamos cuando hablamos de la introducción de los televisores 4K en el mercado, un factor que predeterminará que esta resolución se normalice es el contenido, el cual, aunque gradualmente lo hay más, no es precisamente abundante. Y lo que ocurre cuando vemos un contenido de menor resolución es que se reescala, es decir, que “se inventa” los píxeles que faltan. Habrá que ver qué ocurre con el contenido por debajo de 1080p.
Además está lo que ya anticipábamos citando el ejemplo del G3 y esa pantalla 2K que le quedó grande. Justo hace unos días hablábamos de cómo influye en el desempeño de los terminales montar un panel de 5,5 pulgadas con tal número de píxeles. Evolución y mayor definición cuyo coste además de económico es en cuanto al rendimiento del terminal que se verá afectado.
Identidad con guiños de adaptación
A priori Sony se muestra conservador manteniendo su diseño OmniBalance, pero sí hay algunas modificaciones respecto a modelos anteriores. En este caso los marcos son de acero inoxidable (el interior sigue siendo de aluminio) y el cristal que monta en la parte trasera no es esmerilado, de forma que proporciona un mejor agarre y es más agradable al tacto, con una anchura de aproximadamente 7,8 milímetros.
Como para el Xperia Z3, el Z5 Premium mantiene las certificaciones IP65 e IP68, es decir, es resistente al agua y al polvo. El puerto USB 3 tipo C quedará descubierto (como ya consiguieron con el M4) evitando una tapa en un puerto que se usa con mucha frecuencia, y mantiene la ranura para microSD y nanoSIM.
¿La principal novedad? No sólo del Z5 Premium, sino de toda la gama. Como ya nos anticiparon las filtraciones hace una semana, se confirma hoy que Sony se ha subido al tren de los sensores de huellas, aunque esto no significa que vaya a cambiar su frontal sin botones físicos.
Se situará en el lateral, en el botón de encendido (que cambia de forma y no es protuberante) con intención de que resulte más cómodo que en la parte trasera (por la ausencia de botones en el frontal). Además de para el desbloqueo y la seguridad del acceso, la intención es que se use con métodos de pago por móvil como Paypal y FIDO.
Novedades también en cuanto a los colores. Tendremos el mayor de los modelos de Sony en dorado, cromo, y plateado, a los cuales han añadido un efecto espejo similar al que incorporó Samsung en sus modelos Galaxy S6 y S6 Plus dando un matiz según el brillo.
Todas las miradas a la batería
Si la batería es de manera habitual un punto clave en la experiencia final del usuario, en este caso con la pantalla 4K será determinante. El Z5 Premium monta una batería de 3600 mAh que aspira a compensar el consumo extra de la pantalla, un problema que ya vimos en el LG G3 cuya autonomía se veía comprometida por montar una pantalla 2K.
Aquí habrá que ver la influencia del software. Sony implementa el modo Stamina, con el cual se consigue prolongar la autonomía de manera notable con respecto a otros modos de ahorro de batería. Pero además aquí serán claves las nuevas tecnologías de las que hemos hablado anteriormente. Tanto X-Reality como Sparkling Contrast ajustan el brillo y el trabajo del procesador según qué se esté viendo, de modo que se optimiza algo más el consumo de batería.
Algo que por otra parte se busca compensar con el cargador quick-charger con el que en teoría se consigue una autonomía suficiente para un día con una carga de 30 minutos (con las salvedades que estas afirmaciones representan en cuanto a los distintos usos).
Aumentar la familia en tiempos de superpoblación
Si bien es cierto que el tamaño medio de los terminales experimenta un incremento respecto a años atrás, las 5,5 pulgadas siguen siendo consideradas un tamaño de smartphone más bien grande y de hecho es el mayor tamaño de la renovada gama de la marca.
Pero tiene su público, el cual cada vez tiene más que decidir cuando muchos otros fabricantes ya tienen sus nuevos modelos de este tamaño (o aproximado), como el One Plus Two o el LG G4 representando una competencia a la que Sony pretende ganar con su panel sin precedentes. Veremos qué resultados da esta resolución en la práctica y si logra situarse entre los más demandados.
En Xataka Android | Sony Xperia Z5 Premium, las pantallas 4K llegan a los móviles
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