Por fluidez y versatilidad, hay un dispositivo que utilizo mucho más que el resto
No le faltan aplicaciones, tampoco puerto Ethernet ni USB
Teles con Android TV, Tizen, WebOS y otros sistemas operativos. También varios Chromecast de Google, incluyendo las últimas generaciones que equipan el software Google TV. Nada de esto me convence para ver series y pelis en streaming, o para enviar la pantalla de mi móvil, o al menos no tanto como un dispositivo que es el que más utilizo en los últimos tiempos.
No me preocupo de actualizaciones, ni de falta de memoria o potencia: lo tiene todo, incluso aplicaciones muy populares como Kodi. Y tampoco es demasiado caro, sobre todo teniendo en cuenta la subida de precios que la propia Google ha aplicado en su nuevo Google TV Streamer (estaba pensando en dar el salto). Te cuento qué dispositivo de streaming conecto a mi televisor y qué motivos tengo para preferirlo sobre el resto.
Ni un Chromecast ni una Smart TV, este es mi preferido
Al grano y sin rodeos. Después de utilizar todo tipo de dispositivos, hay dos que han cumplido mis expectativas, uno más que otro por mucha diferencia. En segundo lugar pongo a un Xiaomi TV Box que regalé y he utilizado con cierta frecuencia, le va pesando el paso de los años pero todavía tiene un buen desempeño.
El primero no es otro que una consola. Concretamente, una Xbox Series S que adquirí cuando mi PC murió, y aunque en un inicio la quería para jugar, es mi dispositivo de streaming preferido. Y el que más uso para cosas como ver YouTube, Netflix o Prime Video en la tele, cargar Kodi de complementos útiles o echar un ojo a canales en emisión IPTV de todo el mundo.
Quizá pongas en duda mi preferencia. Sin embargo, ya digo que en términos de rendimiento y versatilidad, no hay una opción igual. Por si fuese poco, utilizarla para estos fines es cómodo a más no poder, que incluso existen mandos multimedia similares al de la tele, compatibles con Xbox.
En esencia, me resulta la solución óptima respecto a otros dongles, TV boxes, e incluso televisores Smart TV. Ni el Chromecast, ni tampoco un Fire TV, me han devuelto la fluidez y rapidez de la consola de Microsoft. Ni que hablar de los sistemas de las teles inteligentes: poca memoria y un rendimiento paupérrimo. Siempre refiriéndome a las de gama de entrada y media, claro está, que en el segmento premium hay televisores bastante capaces.
Volviendo al tema central, ofrecer una consola en sustitución de dispositivos generalmente más baratos puede parecer un sinsentido. Lo sería si hablara de las consolas más potentes, sea Series X o PS5, porque la mía ha estado a menos de 200 euros en varias ocasiones. ¿Vamos a la web de Apple? El Apple TV 4K con WiFi y Ethernet cuesta 189 euros.
Tampoco Google se queda atrás en caso de elegir el nuevo Google TV Streamer: son 119 euros, frente a los 39,99 euros del Chromecast. Por lo tanto, en el caso de que, además vayas a darle su principal uso, que es jugar, no hay rival que se le acerque. Eso sí, no esperes un uso avanzado como en un dispositivo Android TV. Por lo demás, tiene un montón de motivos por los que se ha convertido en mi primera elección.
Tengo motivos de sobra para elegirla como reina del salón
¿Faltan aplicaciones en la Microsoft Store de Xbox Series? Para nada: Netflix, Prime Video, YouTube, Twitch, Max, Crunchyroll, Disney+, Spotify, e incluso alguna joyita de terceros para servicios conocidos. Puedes explorar el catálogo completo en este enlace en el que no faltan todas las plataformas de streaming. Y Kodi, que se me olvidaba, funciona mucho mejor que en el resto de dispositivos que he probado.
En relación al rendimiento, no hay color. Tengo salida de vídeo 4K/120fps, HDR, un reproductor multimedia bastante cumplidor, y todo con una fluidez excelente. ¿Que alguna vez puede tener algún tirón en apps, sobre todo de terceros? Sí, aunque los puedo contar con los dedos de las manos.
Por otro lado, considero que es más versátil. Puedo también jugar al amplio catálogo de Game Pass, aparte, su hardware añade posibilidades: tiene un puerto Ethernet que no todos los dispositivos llevan, tres puertos USB, y mucha memoria. Mi unidad es solo de 512 GB, la nueva lleva el doble (también es más cara).
Reconoce sin problemas un disco duro externo en caso de que necesite más almacenamiento, o un pendrive, que es muy cómodo ver mis vídeos y fotos de viajes a la vuelta. Sigo sumando motivos, y el control es uno de ellos: a pesar de que me siento cómodo con el mando de la consola, no tardaré en adquirir uno de los que mencioné antes. Con esto, se convierte en un centro multimedia brutal.
Ahora bien, no todo es positivo, como en la propia vida: no hay aplicaciones tan completas y cuidadas como en Android TV, algo que puede fastidiar a usuarios avanzados. El reproductor nativo, aunque no está mal, podría funcionar mejor, cuestión de que Microsoft pulse el botón. Y al final, hablo de una consola, que hace algo más de ruido que un sencillo dongle detrás de la tele. Por supuesto, ocupa un mayor espacio y pesa casi cincuenta veces más, por eso de viaje elijo a Google.
De todas formas, para mí, estas pegas no son suficiente para cambiarla por un Chromecast o Apple TV en casa, mucho menos para cambiar de televisor. Con mi Xbox, tengo todo lo que necesito y con ciertos límites, detiene mi constante necesidad de experimentos, que viene bien en ocasiones para simplemente relajarse en el sofá.
Imagen de portada | Pepu Ricca para Xataka Móvil
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