No es la primera vez que hablamos del juego en la nube. Y es que ya sabemos que podemos jugar a los títulos de consola desde la palma de nuestra mano. Nuestros teléfonos se convierten en consolas improvisadas, y gracias a la posibilidad de ejecutar videojuegos desde Internet, este obtiene la potencia de una consola (en sentido figurado).
Hace unos meses que no toco el mando de la consola, en realidad sí, pero para conectarlo al móvil. Mas bien no enciendo mis dos consolas, al igual que tampoco juego a títulos nativos en el móvil. La nube ha sustituido mi adicción a Clash Royale porque es una ventana abierta a un mundo conocido, que ahora es más accesible que nunca. Te cuento el porqué y los motivos que me animan a jugar a través de Xbox Game Pass.
El juego en la nube es el gran tapado
La nueva generación de consolas lleva un tiempo entre nosotros, pero generalmente los títulos que más disfruto no tienen porque ser los más bonitos visualmente o con una jugabilidad revolucionaria.
No quiero decir que solo toque indies o juegos de bajo presupuesto, podría decir que estoy cansado de las mismas fórmulas y busco cosas más atrevidas. Precisamente estas obras menos demandantes (a nivel técnico) suelen estar publicadas para dispositivos móviles.
La cuestión es: ya pago religiosamente por un servicio cada mes, ¿Por qué he de pagar por el mismo en Google Play Store? Y ahí comencé mi andadura con el juego en la nube. Bajo mi punto de vista, el juego en la nube es el gran tapado de la actual generación de videojuegos.
Vale que al comienzo ofrecía un rendimiento, en ocasiones, deplorable. Esto se hacía más acusado en títulos que requieren rápidos reflejos como los shooters, no obstante, ahora nos proporciona una experiencia satisfactoria. Acepto algunas críticas relacionadas con que queda camino por recorrer, o que debe mejorar la latencia, pero para mi es suficiente.
Es un gusto llevar las partidas en la nube
Al principio dije que iba a contar mis motivos, aquí empiezan. Me ha ocurrido mil veces que he perdido mis partidas porque he restablecido mi teléfono, o bien porque he desinstalado algún juego de mis consolas (en Switch hay que pagar para guardar los datos en la nube). Es un engorro volver a jugar un título que ya jugaste con anterioridad, para volver a ver lo mismo.
Esto no me ocurre en la nube, cada vez que guardo partida estas se almacenan en los mismos servidores desde donde recibo la imagen del videojuego. Cuando acabo con mi sesión, cierro la aplicación y no temo por mis savegames.
Lo mismo cuando tengo un hueco para disfrutar: abro la app, conecto mi mando y a jugar. No tengo nada de lo que preocuparme, el progreso siempre está ahí disponible.
No hay lugar para las actualizaciones
Otro hecho que resulta muy molesto, y muchos jugadores estarán de acuerdo conmigo, son las dichosas actualizaciones. Sí, a veces las deseamos para que arreglen ese bug que nos impide continuar partida o arruina la experiencia, pero el tamaño que tienen y lo impaciente que soy me ha hecho tocar más la nube.
En este sentido no tenemos que esperar a que la barra de progreso de la descarga se complete. Volvemos a lo mismo: conéctate y juega. Es así de sencillo porque los servidores que nos proporcionan los juegos, están permanentemente actualizados. En cuanto hay un cambio, ocurre rápidamente en la nube.
Conecta y juega, no necesito más equipamiento
Este cuarto apartado hace énfasis en lo que venimos comentando: no necesitamos más que un móvil, una aplicación instalada y un mando. No hay necesidad de contar con un televisor, ni de instalar una consola con sus periféricos. Nos olvidamos de carátulas, discos, lectores, actualizaciones y de casi todo menos de jugar.
He mentido un poco, suelo llevar una batería externa para largas sesiones fuera de casa, y cuando la batería de mi smartphone está a punto de agotarse, cable y a seguir. La carga rápida nos posibilita ganar unas horas de autonomía con solo unos minutos de carga, y cada vez esta tecnología nos deja más asombrados.
Por suerte para todos, no hace falta contar con un mando específico para jugar a la nube de Xbox. Casi todos los gamepads que tenemos son compatibles, aunque la interfaz no se adaptará a cada cual, sino que mostrará los botones del mando propietario. Aquí puedes comprobar cuáles son compatibles con XCloud.
La rapidez con la que entramos a nuestra partida es un motivo más. El servicio en la nube tarda unos segundos en cargar, luego está disponible sin ningún retardo ni espera. La experiencia que nos proporciona depende, en gran parte, de nuestra conexión. Como normalmente suelo jugar en casa, no detecto trabas para jugar cómodamente, todo esto contando con una conexión de fibra óptica.
Al hacerlo fuera de mi hogar, el 4G parece suficiente para disfrutar sin tirones ni retardos. Lo que sí percibo es un tiempo de respuesta más alto, así que evito títulos que necesiten una intervención rápida. Fíjate bien, porque he podido acabar la saga Ori con conexión 4G, cuando tenga una tarifa que incluya 5G, la experiencia debería subir de nivel.
En ocasiones no necesito ni el mando
Tal y como comentábamos antes, lo único que necesitamos es un mando... pero es que he colado una medio mentira. Hay títulos que es posible disfrutarlos sin mando, pues la propia aplicación de Game Pass nos habilita unos controles táctiles que no tienen nada que envidiar a los de juegos nativos.
Esto me evita, por ejemplo, volver a casa si me he olvidado el mando. Cabe destacar que no todos los juegos añaden el control táctil, de hecho, son la minoría. Pero es de agradecer, aunque sea por unos pocos, que esto funcione así.
Quizá en el futuro más videojuegos sean compatibles con esta función, permitiéndonos 'olvidar' al gamepad. Aunque siendo sincero, es la mejor manera de jugar (si no tengo en cuenta el ratón y teclado).
En cualquier momento, en cualquier lugar
Llegamos al final con un apartado más que evidente, si bien lo hemos mencionado varias veces a lo largo de este artículo. No es otra cosa que jugar en cualquier sitio y en cualquier momento. Podríamos hacer una lista inmensa de situaciones en las que sería agradable echar una partida, mientras esperamos el transporte público, nuestro turno en el médico o bien en un largo trayecto.
La magia del juego en la nube es hacerlo posible en todos los lugares donde haya conexión a Internet. Que esta tecnología ha llegado para quedarse es un hecho, y solo podemos pedirle más y más, pues sus posibilidades son infinitas.
Bonus: unas cuantas pegas
Donde dije digo, digo Diego, porque no quería despedirme sin contar algo negativo de jugar a través de la nube. Como todo en esta vida, aún tiene sus límites, y posiblemente algunos de estos perduren para siempre.
Una de las pegas que encuentro es la imposibilidad de jugar a otros títulos que no están añadidos al servicio. Xbox, en ocasiones, reserva algunos juegos para consolas y PC, obviando el servicio de la nube. Esto hace que no pueda disfrutarlos todos, y me obliga a jugar desde la Xbox Series S.
Si la apuesta es total por Game Pass, es un requisito que todos sean compatibles con esta modalidad. Sin embargo, cada cual tiene sus motivos y no es de extrañar que haya cláusulas extrañas en los contratos que agregan nuevos juegos al servicio de Microsoft.
Otro tema que me resisto a aceptar es por qué las obras que adquiero legalmente (a través de la Microsoft Store) no las puedo reproducir desde la nube. Comprendo que de momento, la nube se reserva para las que sí entran en Game Pass, pero es hora de que Microsoft reaccione y permita a los jugadores disfrutar estos títulos a distancia.
Por último (ahora de verdad) y no menos importante es el soporte de mods. Es cierto que al venir del PC, echo en falta algunas modificaciones que amplían la vida útil de muchos juegos, añaden nuevas características o simplemente mejoran los gráficos. Entiendo que el límite está en las consolas que reproducen los juegos en la nube, pero podría haber alguna herramienta que permitiese instalar mods. Aun así, no es algo en lo que me vaya la vida.
En definitiva, el juego cloud me ha hecho olvidar, en parte, las consolas, que siguen cogiendo polvo al lado del televisor. Pero, al contrario de lo que podéis pensar, son servicios complementarios y que pueden sobrevivir sin problemas. Lo normal es, cuando estamos en casa, usar la consola. Quizá soy yo el raro que disfruta teniendo un acceso rápido a una biblioteca bastante grande de videojuegos, al alcance de mis manos.
Imagen de portada | Pepu Ricca con Midjourney
Ver todos los comentarios en https://www.xatakamovil.com
VER 1 Comentario