Cómo hacer un buen balance de blancos antes de hacer fotos con tu móvil

El balance de blancos ajusta la temperatura de color de nuestras fotografías. Si disparamos con nuestro móvil, es muy importante ajustarlo de la forma más precisa posible para tener la máxima calidad. Así que vamos a aprender cómo hacerlo con nuestro teléfono móvil.

El objetivo es compensar las dominantes de color, es decir, controlar que nuestra fotografía salga cálida o fría (o verde). No es más que un ajuste para intentar ajustar el color de la luz, su temperatura, mediante un sencillo cálculo del procesador de la cámara o del motor de revelado de nuestra aplicación o programa.

Algo tan aparentemente sencillo puede empeorar, y mucho, la calidad técnica de nuestra fotografía. Es tan importante que influye en la exposición. Y puede suponer la diferencia entre una fotografía perfecta y una imagen quemada. Por este motivo es fundamental que lo ajustemos de la manera más precisa posible.

Cómo funciona el equilibrio de blancos

El balance de blancos es una traducción directa de white balance y no es correcta. Balance viene del francés y es el movimiento de un cuerpo hacia un lado y hacia el otro. Así que deberíamos tratar de utilizar equilibrio de blancos, mucho más preciso y fácil de entender.

El sensor de la cámara capta la luminosidad de la imagen. La luz pasa a través de la matriz Bayer (RGBG), de tal forma que a cada pixel solo llega la luminosidad de un color: rojo, verde o azul. Hay que recordar que hay el doble de verdes que cualquiera de los otros dos colores.

Si viéramos el RAW original sería gris verdoso. Así que hay interpretar el color, y en la cámara se realiza este trabajo (para ver la imagen en la pantalla):

1. En primer lugar, se le da un color primario a cada pixel en función de la posición en la matriz.
2. A continuación, mediante el demosaicing (interpolación del color) se le añade información de los otros dos colores.
3. Para aproximarse a los colores que vimos se aplica un equilibrio de blancos que consiste en una subexposición o sobreexposición de por lo menos dos de los colores primarios.

La luz siempre tiene una dominante de color. Se mide en unidades Kelvin. En cualquier cámara podemos elegir cualquier equilibrio de blancos para captar con precisión la temperatura de color de la luz que haya en ese momento. El punto medio es la luz de un día despejado en las horas centrales, la famosa luz blanca (5000-5500 K).

A partir de ahí tenemos las luces frías -por debajo de 5000 K- y las luces cálidas -por encima- en la naturaleza... Si nos adentramos en la luz artificial podemos ver dominantes de todo tipo, desde verdes a magentas. A la hora de hacer una fotografía tenemos tres opciones en nuestra cámara:

• Ajustar el AWB (Automatic White Balance) y olvidarnos.
• Elegir una opción que se ajuste a la luz de nuestra fotografía.
• Ajustarlo manualmente.

Y todo esto siempre y cuando nuestra aplicación permita ajustar el equilibrio de blancos. En mi caso siempre utilizo la cámara de Adobe Lightroom en modo Pro.

Lo mejor de todo es que si empleamos el histograma podemos ver en el lado izquierdo cuál es la dominante de color... El color que sobresalga nos dará la solución.

Ajustar el equilibrio de blancos en nuestro móvil

El problema, desde el punto de vista técnico, es hacer el equilibrio de blancos una vez hecha la fotografía, sobre todo si trabajamos con archivos jpeg o HEIC. La calidad de imagen, tan justa en muchos teléfonos móviles, se puede ver comprometida.

Por eso lo más recomendable es ajustar el equilibrio de blancos antes de hacer la fotografía. Es la única forma de conseguir toda la calidad que nos pueda dar nuestro teléfono móvil.

Si queremos podemos hacerlo como siempre, pero me imagino que no habrás llegado hasta aquí para llegar a esta conclusión. Además, todo se complica cuando estamos en un interior o la iluminación se sale de la norma.

Pero si quieres más calidad, el mejor consejo que podemos dar es comprar una carta gris y ajustar el equilibrio de blancos con ella:

1. Seleccionamos Equilibrio de blancos>A medida.
2. Colocamos la carta de grises para que cubra toda la superficie seleccionada. Es importante que la luz sea uniforme.
3. Validamos el ajuste.
4. Hacemos la foto definitiva.

Si disparamos en RAW nos podríamos ahorrar todos estos pasos. Pero algunos móviles todavía no lo permiten, o la luz es tan escasa que no es recomendable. Pero si quieres rozar la perfección no queda más remedio que trabajar tal como hemos descrito. Al final depende, como siempre, de nuestras necesidades y objetivos.