Que un móvil se vuelva lento es siempre una experiencia desagradable. Y cuando es un terminal que tiene ya varios años, puede ser incluso natural, pero tampoco debería serlo en exceso y ni mucho menos debería ocurrir en un dispositivo reciente. Y, lejos de lo que se pueda llegar a pensar, es completamente evitable que esto suceda.
En este post vamos a repasar los ajustes que debemos mantener a raya si queremos que el móvil vaya fluido. Obviamente, dependerá siempre de las prestaciones del smartphone, pero cuanto menos debería servir para que el dispositivo vaya igual de rápido que cuando lo sacamos de su caja original.
Tenerlo actualizado a la última versión disponible
El proceso de actualización del software en un móvil es lo más sencillo del mundo si se lleva a cabo desde los ajustes. Se hace mediante WiFi en lo que conocemos como "actualizar vía OTA" y cierto es que muchas veces la actualización tarda en aparecernos, por lo que conviene estar pendientes de ello con relativa frecuencia.
Tener el móvil actualizado a su última versión de Android o iOS es conveniente siempre porque, aparte de posibles novedades visuales y funcionales, las actualizaciones sirven para integrar nuevos parches de seguridad, corrección de errores y optimización del sistema. Por tanto, si queremos tener lo más optimizado posible el móvil, actualizarlo es algo muy recomendable.
Apagados frecuentes y sin miedo a la restauración
"¿No funciona? ¿Has probado a apagar y encender?" Suena totalmente a chiste de informático, pero no podría tener más sentido en este caso. Reiniciar el móvil no es algo milagroso que resuelva absolutamente todos los problemas, pero a menudo sí que resulta necesario apagarlo para reiniciar todos los procesos y que todo vuelva a funcionar con normalidad y de forma fluida.
Con respecto a restaurar de fábrica un móvil, esto debería ser algo puntual y solo en casos en los que el móvil ya sea muy lento. Sabemos que resulta tedioso tener que volver a configurar todo, ya que lo recomendable es no cargarle ninguna copia de seguridad después, pero veremos que es efectivo cuando el rendimiento ha empeorado mucho. Ahora bien, tampoco debe ser esta una acción a realizar frecuentemente y menos cuando no hay problemas aparentes que empujen a ello.
Revisa siempre el espacio disponible en la memoria
Aunque Android y iOS gestionan cada vez mejor el espacio de almacenamiento, lo cierto es que tener la memoria al límite puede influir negativamente en el rendimiento. Por ello es conveniente que, desde los ajustes del móvil, accedamos a los apartados de control de almacenamiento y tratemos siempre de tener cierto espacio libre.
No hay una norma escrita acerca de dejar "X GB" libres siempre, pero es conveniente que en el momento en que se llenen procedamos a liberar espacio de otra forma para que ese espacio esté siempre vacío. Insistimos en recalcar que con los años esto ha mejorado, pero de igual forma notaremos una mayor fluidez en ciertos procesos cuando el móvil no está saturado de archivos y aplicaciones.
Revisa qué apps se inician al encender el móvil (solo en algunos Android)
De poco podría servir la acción de apagar y encender el móvil con frecuencia si, al iniciarse de nuevo, todas las apps comienzan a ejecutarse. Y es que hay aplicaciones que comienzan a ejecutar procesos en segundo plano sin que se hayan abierto y si bien es cierto que en algunos casos está justificado, hay otros en los que es completamente innecesario y puede afectar al rendimiento.
En algunos móviles Android existe una forma de controlar esto mediante una opción que, como norma general, se ubica entre los ajustes de la batería. No obstante, para localizarlo rápido basta con que abramos los ajustes del dispositivo y, usando la barra de búsqueda, escribamos "inicio". Debemos localizar una opción llamada "Inicio de aplicaciones" o similar (puede variar en algunos móviles), acceder a ella e ir desmarcando aquellas apps que veamos que son innecesarias, salvo que las abramos nosotros mismos.
Como bonus track a estos tres ajustes, recordamos que tenemos ya un post mucho más amplio abarcando todos los apartados que influyen en la lentitud de un móvil. En cualquier caso, manteniendo siempre el ojo en estos ajustes que hemos repasado, deberíamos experimentar ya una buena experiencia de uso. De igual forma, si no ves forma de arreglar el problema, contactar con el soporte técnico podría sacarte de dudas por si esto fuese debido a un problema de hardware.
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