Tras años y años con iPhone, he aprendido cómo extremar el cuidado de sus baterías: estos son mis trucos
El primer teléfono de Apple que tuve fue un iPhone 3GS que conservo junto con la caja original. Mucho ha llovido desde entonces y también muchos son los iPhone que han pasado por mis manos: el iPhone 5s, el el iPhone SE, iPhone 8, el iPhone 11 Pro, el 13 Pro y mi actual iPhone 15 Pro. Solo uno sigue conmigo, la mayoría los vendí y hubo uno que me robaron.
Así como Apple ha ido evolucionando su teléfono, yo he ido aprendiendo con el uso y si hay algo que he descubierto es cómo cuidar de la batería de los iPhone, o lo que es lo mismo, lo que debo y no debo hacer para cuidar de su salud. A partir de aquí, intento seguirlo a rajatabla, aunque tampoco me obsesiono porque las reglas también están para romperlas cuando es necesario.
Mejor con cables y cargadores originales o MFi en buen estado
Es cierto que prácticamente cualquier cable que tenga el puerto que necesites para conectar el iPhone (habitualmente un lightning, pero ahora ya un USB-C) y un adaptador compatible permite cargarlo, pero si quieres extremar el cuidado de la batería, mejor no jugársela y usar cable y adaptador original o en su defecto, con la certificación MFi de Apple, una garantía de compatibilidad, protecciones y seguridad ante incidencias eléctricas como sobretensión, sobrecalentamiento o sobrecarga. Y es que pueden parecer iguales, pero no lo son.
Aunque Apple históricamente ha ido por libre con los conectores (por lo que no podías usar cualquier cable al no tener su lightning propietario), en el mercado hay una ingente cantidad de adaptadores con amperajes, potencia y otras especificaciones que aunque puedan valer, quizás suministran menos energía de la que admite o por el contrario, que entre más. Como resultado, es posible que el teléfono se vea forzado y pase factura a la batería.
Ojo con el estado de ambos elementos. Soy la primera que cuando un cable se le está rompiendo ha jugado buscando el giro que establece la conexión y hasta ha puesto cinta adhesiva, craso error: un cable defectuoso pierde energía y no solo carga más lento el teléfono, sino que ofrecen un flujo de electricidad inestable y además se calienta, lo que puede ser un peligro tanto para el propio maltrecho acceosorio como para el teléfono e incluso para ti, ya que podría derivar en un incendio.
¿Regleta o puertos USB? No gracias, prefiero el enchufe de la pared
El resumen a la afirmación anterior es que cuantos menos intermediarios haya entre el teléfono y la fuente de energía, mejor: reducimos posibilidades de fallos, pérdidas energéticas, flujos inestables, calentamiento, entre otros.
Es cierto que cada vez tenemos más dispositivos y que hay casas (especialmente si son antiguas como la mía) que sufren escasez de enchufes, lo que nos puede llevar a tirar de regletas o hasta a aprovechar los puertos USB disponibles para salir del apuro, por ejemplo del ordenador o hasta de la tele, pero si queremos suministrar la cantidad de energía necesaria y hacerlo de forma uniforme, mejor destinar un enchufe de pared a cargar el iPhone.
Mejor con la carga con cable de toda la vida
No es la primera vez (ni será la última) que me dejo el cargador en alguna parte y termino recurriendo a la carga por inducción, que al fin y al cabo está ahí disponible para usarse. De hecho, la carga inalámbrica resulta de lo más cómoda, por ejemplo con esa minibatería que se integra en la trasera del teléfono valiéndose de Magsafe para adherirse, o dejando el teléfono en una base de carga. Sin embargo, si buscamos cuidar al máximo de la batería, la carga inalámbrica no es la mejor opción.
Porque la carga inalámbrica no es tan eficiente como la carga vía cable, lo que como consecuencia provoca que la temperatura del dispositivo suba. Si además no alineas correctamente el accesorio (y como consecuencia, las bobinas responsables de la carga), el porcentaje de energía que se traduce en carga baja notablemente. Como resultado, necesitamos más energía para cargarlo. No obstante y teniendo esto claro, sigue siendo un buen recurso de emergencia para mí.
El modo avión es mi amigo
Los iPhone no se distinguen por tener la carga más rápida del mercado ni mucho menos, pero siguiendo ciertas normas que hemos ido viendo (en resumen: carga con cable y cargador oficial a la máxima potencia permitida por Apple enchufándolo en pared) estaremos optimizando la entrada de energía al máximo recomendable. Pero la carga no deja de ser un balance energético en el que el acumulado es el resultante de la energía disponible más la que entra menos la que estamos consumiendo. Y aquí es donde entra el modo avión.
Con el modo avión activado, ni el Bluetooth ni el Wi-Fi están operativos, lo que impide que el teléfono esté estableciendo conexiones e intercambiando información: ya sea con mi Apple Watch o con otros dispositivos vinculados, o directamente con el exterior (sirva como ejemplo la llegada de emails o de WhatsApp). Esta actividad, que suele pasarnos desapercibida, consume energía que afecta negativamente a la carga ralentizándola.
De hecho, para evitar totalmente el consumo lo suyo es apagarlo del todo, así ni procesos internos, ni pantalla encendida ni nada gasta la energía que entra.
Antes de que el icono de la batería se ponga rojo, lo cargo
El rango ideal de batería de un teléfono va del 20 al 80%, ya que cuando este componente se encuentra fuera de este abanico, contribuimos de desgastarla más. No obstante, este es un tema crítico y con el que no deberíamos obsesionarnos, habida cuenta de que la pila es un elemento que se degrada per se con el uso irremediablemente, ¿está bien ayudarle a que lo haga más lentamente? Sí, pero no a costa de que pase factura a la conveniencia.
Me explico: si voy a estar todo el día fuera de casa, de aquí para allá y sin acceso a un enchufe, lo cargo todo lo que puedo (y ya te adelanto que me llevo una batería con Magsafe) porque sé que necesito el teléfono con vida. Eso sí, lo que también hago es poner desde ya el modo de bajo consumo, lo que por un lado va a estirar al máximo la batería de acuerdo con los parámetros implementados por Apple y por otro, va a evitar en la medida de lo posible que caiga del 20%. Así, con un poco de suerte, cuando llegue al hogar estaré todavía dentro de ese rango idóneo.
Sin embargo, en mi rutina habitual tengo claro que Apple tiene un modo de carga limitado al 80% para protegerme por arriba y que lo normal para mí es estar en casa y salir unas pocas horas, por lo que en cuanto detecto que el teléfono está cerca del 20%, pasa por el enchufe sin esperar más. Si toca hacerlo dos veces en un día, no hay problema.
Vía | Mundo Xiaomi
En Xataka Móvil | Todo sobre la carga rápida: cómo funciona, peligros y velocidades máximas
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