Este verano adelantado provocado por la ola de calor del mes de mayo nos obliga a estar alertas para evitar insolaciones. Estando en el hogar, lo podemos sobrellevar con interesantes accesorios de domótica. Pero ¿qué hay de nuestro smartphone? Puede que ni siquiera lo hayas pensado, pero esta ola de calor puede también ser peligrosa para nuestros móviles.
En rara ocasión nos vamos a encontrar un móvil que se llegue a incendiar por estas causas, pero no es tampoco un imposible. Los peligros reales van desde no poder usar el móvil durante unos minutos hasta casos ya más extremos en los que el dispositivo quede completamente inutilizable. Entendemos que cualquier situación de estas, especialmente la segunda, es de todo menos agradable. Así pues, veamos cómo podemos evitarlo.
No lo fíes todo al sistema de protección del móvil
El caso más estandarizado de protección ante altas temperaturas es el del iPhone, pero hay otros fabricantes Android que también incluyen un sistema que avisa de las altas temperaturas internas. Este sistema puede funcionar de varias formas: alertarte de las altas temperaturas y el peligro para el móvil y dejarte igualmente seguir usándolo o directamente te impide su uso y se apaga por protección.
Sea como fuere, no ignores este aviso si te llega a aparecer y deja de usar el móvil siguiendo consejos como los que te daremos en siguientes apartados. Y de igual forma, aunque no te salte el aviso, mantén la alerta si notas que el dispositivo se calienta en exceso. Por algún fallo puntual, sea de hardware o software, el móvil podría no avisarte de su peligrosa temperatura.
¿El teléfono quema? Adiós a la funda
Da igual que tengas una funda que proteja bien al dispositivo y que incluso sea muy bonita. También da igual que sea una funda oficial o no. Al final hay que tener en cuenta que está dificultando la refrigeración del dispositivo. Dependiendo de sus materiales, puede que incluso esté acumulando el calor y siendo más contraproducente todavía.
Por tanto, es conveniente que retires la funda o bumper, dejando completamente libre de elementos al dispositivo para que se pueda refrigerar correctamente. No hay un tiempo estipulado hasta que puedas volver a ponerla. Bastará con que esperes a que el dispositivo vuelva a retomar una temperatura adecuada.
Evita los juegos y/o apps que consuman en exceso
Consideramos juegos y aplicaciones exigentes a aquellos que, valga la redundancia, exigen toda (o gran parte) de la potencia gráfica y a todos los niveles del dispositivo. Ponerse a ejecutar este tipo de acciones con altas temperaturas es muy poco recomendable, salvo casos en los que sea estrictamente necesario.
Al final, cuando se están llevando a cabo este tipo de ejecuciones, el chip principal y otros componentes están en su máxima exigencia y desprenden un alto nivel de calor. Un calor que, en conjunto con una alta temperatura exterior, puede acabar siendo fulminante para el móvil.
¡Atrás, luz del Sol!
Si estás en la calle es evidente que no vas a poder tapar el Sol. En la medida de lo que puedas, es conveniente estar en la sombra (tanto por el dispositivo móvil como por tu propia persona). Sin embargo, no siempre te será posible. Lo que sí podrás hacer es alejar el móvil de la luz del astro.
Ya sea guardándolo en un bolsillo o usándolo en una posición en la que la luz no incida directamente sobre él. Estando en la calle con una alta temperatura será ya de por sí complicado evitar que no se caliente un poco, pero si encima lo exponemos directamente, aumentamos las posibilidades de que pueda sufrir daños irreversibles. Así que, salvo que sea estrictamente necesario, trata de mantenerlo bloqueado y a salvo de los rayos del Sol.
Controla también la humedad
Aparte del calor, las estancias o lugares en los que se acumula mucha humedad pueden también ser contraproducentes para el correcto funcionamiento del dispositivo. Puede que no notes que se caliente o que incluso en un momento dado puedas llegar a considerarlo como idóneo para bajar la temperatura. Pero nada más lejos de la realidad.
Si tu móvil se encuentra expuesto a mucha humedad durante un tiempo muy prolongado, esta puede entrar en el interior del dispositivo y acabar destruyendo los componentes con el tiempo. Quizás no a gran escala, pero sí lo suficiente como para que algún componente falle o incluso quede inutilizable por completo.
Cuidado con llevar todo al extremo
¿Mal la luz solar y bien un refrigerador? No. Parece obvio y, francamente, dudamos mucho que por tu cabeza haya pasado la idea de meter el móvil la nevera o en un congelador. Sin embargo, hay momentos determinados en los que necesitamos que baje la temperatura y recurrimos a métodos poco lógicos.
Por ello, si el móvil se calienta, la acción más importante que puedes llevar a cabo es la de apagarlo. De esta forma evitarás que internamente el dispositivo esté generando calor. Luego deberás acompañarlo de consejos como los que hemos ido viendo respecto a retirar la funda y no exponerlo a la luz solar. A esto deberás sumarle el dejarlo en un lugar con temperatura adecuada y sobre una superficie fría, pero que lo sea de forma natural y no como un refrigerador.
Mojar el móvil, ponerle hielo o algo similar puede ser también peligroso y más teniendo en cuenta que este tipo de acciones requieren de poner el móvil cerca de elementos líquidos o húmedos. Y, como ya decíamos anteriormente, al final estos son también peligros naturales de la electrónica.
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