En los últimos tiempos estamos asistiendo a una escalada en las cifras de la RAM de los teléfonos móviles, hasta el punto de que ya existe un modelo de Nubia con 18GB de RAM, superando ampliamente la media no sólo del propio mercado sino también del de los ordenadores personales. La RAM es importante y, esto es clave, no se puede ampliar de forma física en un móvil.
En un ordenador, y dependiendo del modelo del que hablamos, sí podemos añadir más placas e incrementar el volumen de memoria disponible pero esto no ocurre en los móviles. Es por ello que algunos fabricantes como Vivo y OPPO están recurriendo ya a un truco tan antiguo como el mercado del PC: están virtualizando memoria RAM empleando el almacenamiento del teléfono.
Qué es exactamente la memoria RAM
RAM es un conjunto de siglas completamente estandarizado a estas alturas y que incluso se usa como una palabra en sí, y que responde, en el mercado anglosajón, a las palabras Random Access Memory, o memoria de acceso aleatorio. Se trata de la memoria que más cerca se coloca del procesador en términos de usabilidad y eso tiene mucho sentido.
La memoria RAM es bastante más veloz que la memoria interna del teléfono móvil y su uso no es estático. En la memoria RAM no se almacena información para que esté en ella durante mucho tiempo ya que se vacía una vez se desconecta, al contrario que la memoria interna del teléfono móvil. Cuando apagamos el teléfono, la RAM se vacía y es el almacenamiento interno el encargado de conservar el sistema operativo, las apps y juegos, fotografías, vídeos, etc.
Al ser una memoria de acceso tan rápido, los procesadores de los teléfonos móviles (y otros dispositivos) las usan como memoria temporal para almacenar todo aquello que se esté usando en ese preciso momento, y por tanto la cantidad de memoria RAM que tengamos afecta directamente al rendimiento de nuestro smartphone. Cuanto más espacio de RAM tengamos a nuestra disposición, más operaciones podremos realizar sin recurrir al almacenamiento interno del teléfono y, por tanto, más rápido funcionará todo.
Pues cuando la memoria RAM se agota y el teléfono móvil necesita seguir accediendo a ella, lo que se produce es un volcado de esta memoria. Se almacena en la memoria fija todo aquello que se pueda para vaciar la RAM y seguir trabajando, y los procesos se ralentizan. Todo esto se produce sin pausas en las ejecuciones pero si una app necesita más RAM de la que tenemos, todo se ejecutará de una forma más lenta. Y para solucionar esto existe un truco muy antiguo, la virtualización.
La virtualización de la RAM llega a los móviles
A pesar de que el almacenamiento interno es más lento que la memoria RAM y tiene un uso muy distinto al de ésta, podemos usarlo para el mismo fin aunque para ello sacrifiquemos velocidad ganando volumen de memoria. Esto es lo que se conoce como la virtualización de la RAM: emplear cierta cantidad del almacenamiento del teléfono para que el sistema lo use como si se tratase de memoria RAM. Es más lento, claro está, pero efectivo.
Vivo fija en 3GB el límite de su 'Virtual RAM' mientras que OPPO fija en 8GB su RAM+
Éste es el proceso que funciona en los PCs prácticamente desde sus orígenes y que ahora está llegando a los móviles de la mano de Vivo y de OPPO. Los Vivo V21 y X60, por ejemplo, ya llegaron con una funcionalidad llamada, literalmente, Virtual RAM. Esta Virtual RAM de Vivo consiste en que podemos indicar al sistema, a través de los ajustes, que emplee 3GB del espacio interno del teléfono para que lo use como si fuese memoria RAM.
Así, el Vivo V21 de 8GB de RAM pasa a tener 11GB de forma automática, aunque parte de esa memoria RAM sea falsa y tenga un funcionamiento más lento del habitual. Pero si el sistema la necesita, puede recurrir a ella. OPPO acaba de hacer lo mismo con los OPPO Reno5 y su RAM+, con la salvedad de que OPPO ha establecido el tope de esta RAM virtualizada en los 8GB. Así que podemos convertir el OPPO Reno5 de 8GB de RAM en un modelo de 16GB con un simple toque en los ajustes del teléfono.
Como decimos, esta memoria virtualizada es más lenta de lo habitual, incluso considerando almacenamientos internos UFS 2.1 o superiores, pero aún así podemos poner a disposición del teléfono móvil más memoria RAM para que continúe con sus operaciones, con la carga de información temporal y, por ende, facilitando el uso de apps y juegos más pesados de lo habitual. Veremos si esta técnica (repetimos, más antigua que los propios smartphones) acaba imponiéndose y esta virtualización llega a todos los fabricantes del mercado.
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