Estamos estrenando este primer mes de este verano 2018 y como en años anteriores, apunta maneras para ser condecorado como uno de los veranos más calurosos. El calor, como todo en la vida, tiene amantes y detractores, pero nos guste o no, no es del todo beneficioso si llega en exceso.
Y no solo hablamos del daño que las altas temperaturas pueden provocarnos a nosotros, a las plantas o a cualquier ser vivo, también debemos que tener en cuenta que dispositivos electrónicos como los teléfonos móviles, pueden sufrir las consecuencias de una subida extrema de temperatura. Vamos a ver qué podemos hacer evitar daños en nuestro teléfono a causa del calor.
Cómo evitar que el móvil se caliente: condiciones externas
Vamos a ver tres puntos clave para proteger nuestro teléfono del calor. El primero de ellos trata lo que quizás parece más evidente, pues abarca todo lo relativo a los agentes externos, es decir, el calor provocado por el ambiente per se.
No dejar el móvil al sol
Como decíamos, esto puede parecer obvio, pero no está demás recordar que el móvil no debe encontrarse expuesto durante períodos (no necesariamente largos) al sol ni a ninguna otra fuente de calor. Por ello, cuando estemos en la playa o piscina, debemos guardarlo y a ser posible a la sombra. Lo mismo con dejarlo en el coche o la mesa de una terraza. Piensa, ¿te quedarías tú expuesto al sol con 40 grados durante horas? Si has respondido negativamente a esta pregunta deberías hacer lo mismo con tu móvil.
Cómo evitar que el móvil se caliente: condiciones internas
Veamos ahora qué podemos hacer con nuestro móvil para que no se caliente demasiado por sí mismo, ya que si además de encontrarnos a temperaturas elevadas en el exterior éste se calienta por el exceso de uso u otros factores, el problema se agrava más aún.
Dale un respiro
Es habitual que los teléfonos (y cualquier dispositivo en general) se calienten con el propio uso. Si además, a esto le añadimos temperaturas ambientales altas, cuanto más rendimiento le exijamos, más y más rápido se sobrecalentará. Por ello, lo ideal es que si no queremos freír huevos en la pantalla del smartphone, le demos el mínimo uso, bajándole el brillo al panel y que evitemos ejecutar aplicaciones muy exigentes hasta que nos encontremos en un ambiente más fresco.
Cierra aplicaciones
Además de controlar el uso, lo ideal es que si vamos a estar en una zona de calor cerremos todas las aplicaciones que se estén ejecutando en segundo plano, pues algunas de ellas generan muchos procesos que al consumir RAM (especialmente los juegos móviles y los editores de foto) pueden provocar que el teléfono aumente aún más su temperatura.
La carga y la soledad
Cuando el calor aprieta y tenemos más de un dispositivo, lo mejor es que se encuentren alejados entre sí, pues el calor se transmite mutuamente y si uno está sobrecalentado podría aumentar la temperatura del otro. Además, debemos controlar que durante el proceso de carga tampoco esté cerca de otros dispositivos como baterías externas y por supuesto, no utilizarlo mientras carga. Además, es importante comprobar que el cargador no esté defectuoso, pues en ocasiones esto puede provocar que el teléfono se caliente más aún.
¿Y si ya se ha calentado?
Si llegamos tarde a estos consejos enumerados anteriormente y nuestro móvil está a punto de convertirse en lava, no debemos temer, pues hay algunas acciones que podemos llevar a cabo para bajarle la temperatura rápidamente y así evitar daños.
Desnúdalo y apágalo
Si como decimos, llegamos tarde y en la pantalla de tu teléfono ya aparece el mensaje de auxilio que te informa del sobre calentamiento, lo que hay que hacer está muy claro: quítale la funda o el cristal protector si lleva (y puedes) e inmediatamente apágalo y pasa al punto siguiente.
Acércalo a una fuente de frío
Si notas tu teléfono muy caliente o la alerta roja que vimos en el punto anterior ya ha aparecido, el siguiente paso es acercarlo a una fuente de frío que contrarreste. Esta fuente de frío debe ser seca, es decir, acércalo al aire acondicionado o en su defecto a un ventilador, pero nunca (y aunque no te falten las ganas) lo metas en la nevera. Remarcamos este punto pues en una nevera o congelador corremos el riesgo de vertidos que pueden causar daños irreparables en el terminal.
Siempre hay una app para todo
Por último podemos echar mano de aplicaciones que ajustan rápidamente los parámetros de algunos componentes internos como la batería o el procesador. El único inconveniente de estas aplicaciones como 'Cooler' es que no existen en iOS, solamente en Android, así que si tienes un iPhone, tendrás que quedarte con los consejos que os hemos dado a lo largo artículo, que por otro lado, son muy eficaces.
En Xataka Móvil | Tu móvil no evitará que este verano te piquen los mosquitos
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