Es habitual que asociemos la fibra óptica a las telecomunicaciones, pues es donde más se promociona su uso. Al fin y al cabo, hablamos de un canal físico de transmisión de información y la transmisión más corriente es la que nos conecta con Internet. Pero la fibra óptica puede emplearse para otros menesteres y varios de ellos han sido ideados por geólogos e investigadores.
Dado que hablamos del sistema de comunicación físico más veloz del mercado (es luz, al fin y al cabo), la fibra óptica puede integrar multitud de sistemas y los geólogos han decidido conectar fibra óptica a distintos sensores. El resultado es que puede emplearse para estudiar seísmos y volcanes, y también para estudiar glaciares.
Fibra para mapear terrenos y detectar vibraciones
Hablamos de un estudio realizado en Estados Unidos. Un grupo de investigadores se reunió y decidió aprovechar un tramo de fibra óptica de unos 20 kilómetros de largo que estaba sumergido en la Bahía de Monterey, en California. El cable llevaba una década en uso pero los investigadores han decidido multiplicar sus posibilidades y convertirlo en todo un detector de seísmos de alta sensibilidad.
Este cable ha pasado cuatro días sirviendo a los propósitos de los investigadores, convirtiéndose en una alternativa a la colocación (evitada) de más de 10.000 sensores de movimiento que al final han sido virtuales. El resultado de las pruebas ha sido la detección de un terremoto de 3,4 grados cerca de Gilroy, en el estado de California, al tiempo que les sirvió para ampliar el conocimiento de toda la zona de la falla de San Gregorio en la región.
Además de este uso, el más reciente, la fibra óptica sirvió como canal de comunicación en el estudio de terremotos en Islandia (2015). Según informan, la fibra óptica tiene un coste reducido y permite mapear grandes superficies de terreno. Así que dicho y hecho, la fibra óptica también se emplea para monitorizar volcanes y glaciares, y también para prevenir avalanchas en zonas congeladas, además de para estudiar el deshielo del permafrost.
Los científicos emplean la fibra óptica para lanzar pulsos láser y registrar los cambios al ser recibidos en el otro extremo. Pero yendo más allá, la fibra óptica también podría emplearse para estudiar cambios en los flujos de vehículos y peatones en ciudades. Todo ello gracias a que se aprovecha su extrema sensibilidad para realizar mapeos. Como hemos dicho, todo ello es gracias a su sensibilidad y su coste, así que no es de extrañar que pronto comencemos a ver de forma más habitual usos extra para la fibra óptica aparte del de transportar Netflix de la nube hasta nuestro televisor.
Vía | Science
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