Vodafone convierte Curve en un pisapapeles: adiós al dispositivo y al servicio de este localizador GPS

Localizadores hay unos cuantos en el mercado y aunque probablemente el AirTag de Apple sea uno de los más populares, si buscas una experiencia más completa e independiente, lo suyo es apostar por un buen localizador GPS. Vodafone tenía uno de los modelos más interesantes, su Curve que tuvimos la oportunidad de probar hace unos años y la conjugación del verbo en pasado no es casual: la teleoperadora cierra el servicio a partir del 1 de julio.

Porque además de móviles, la tienda de Vodafone cuenta con una larga lista de dispositivos que van desde airfryers a patinetes eléctricos pasando por Smart TV, pero este localizador GPS era uno de los más interesantes por sus características y precio. Sin embargo, Curve ya no está disponible en la tienda de Vodafone pero, ¿qué pasa si tenías uno en uso?

Vodafone se carga Curve: ni dispositivo ni servicio

Como explica Vodafone en su web, el próximo 1 de julio es la fecha elegida para que Curve deje de estar disponible, momento a partir del cual comenzará 'una descomercialización gradual y las suscripciones irán finalizando a medida que llegue la fecha de renovación del servicio'. Asimismo, no será posible utilizar el servicio ni el dispositivo asociado con ningún otro operador o proveedor. Finalmente, explican que ya no habrá más cargos desde el 30 de mayo de 2024.

¿Qué significa esto? Que si tienes un Curve operativo, podrás seguir usándolo mientras dure el servicio que tengas contratado. Primero aparecerá en la factura sin suponer un coste adicional y tras su descomercialización, desaparecerá. Después, no podrás usar ni el servicio ni el dispositivo con la SIM de otros operadores, algo que cuando fue lanzado sí era posible.

Resumiendo, que se convertirá en un bonito y llamativo pisapapeles, lo que constituye una faena para quienes lo usaban, que tendrán que contratar otro servicio y además comprar otro dispositivo de prestaciones similares porque no, el Vodafone Curve no era un mero localizador Bluetooth, sino que lo combinaba con Wi-Fi, tenía GPS y tarjeta SIM independiente para ofrecer la ubicación sin depender de nada más.

Así, era útil tanto para colocar en objetos preciados como la bicicleta (donde lo coloqué para mi análisis) o las llaves, pero también para no perder de vista a mascotas, peques o mayores. Entre sus prestaciones, el seguimiento en tiempo real, configurar alertas por zonas, una autonomía de hasta siete días de duración, varios modos de uso, iluminación, resistencia al polvo y agua IP67, un botón de aviso... y todo ello vinculado a un servicio operativo en más de 90 países que costaba 2 euros/mes.

Portada | Eva Rodríguez de Luis

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